Mi vecina Lola me mola. Está en su casa sola. Sale por la ventana a tender la ropa y la digo “hola, que bueno volverte a ver” …
Cada tarde cuando vuelvo a casa miro por la ventana de mi habitación y bajo una tela fina de la cortina, diviso una silueta de cuerpo de mujer dentro de la ducha.
Me imagino todas sus formas mientras la veo y escucho el sonido del agua que sale de la ducha y el sonido de las gotas al caer al suelo.
Me la imagino toda empapada de agua y su cuerpo húmedo me pone. Me pone mucho y yo también me pongo húmedo.
No puedo evitar dejar de verla y escucharla unas notas tatarear. La veo borrosa y la imagino desnuda y me empiezo a calentar, primero mi mente luego mi cuerpo.
Bajo el agua tibia de la ducha la veo y la espío con aires de deseo, un deseo que ya ha comenzado. Mi mente me ordena que la espíe, mi mente pervertida, son cosas de la vida, cosas prohibidas.
Mi vecina Lola no está sola, tiene una pareja, pero eso no me importa. Yo solo quiero que entre en mi imaginación. No la quiero para una seria relación, ni lo que quiere mi corazón, solo la imagino, solo la deseo como una musa.
Ella es atractiva y muy guapa. No sabe qué estaría dispuesto a hacer yo para estar con ella. Ella ignora la atracción sexual que le tengo, pero no es nada tonta y sabe que la espió cuando la veo, cuando la oigo y cuando se toca.
En un momento dado mi vecina sale de la ducha y en este momento parece que todos los planetas giren a su alrededor!… ¡Ella es como la musa del mismo Dios!…
Me mola mi vecina Lola, ella sabe que nunca estará sola.
Autor: Oriol Mestres Camps
Del libro: Historias para no olvidar
Edita: Creatius SE7
ISBN: 9781446732
