La máquina de zombificar

La Máquina De Zombificar Gente

Mientras ascendía por las escaleras mecánicas hacia la segunda planta del más importante y moderno centro comercial de su ciudad, Josep Antoni K. todavía no era del todo consciente de los extraordinarios acontecimientos que estaba a punto de desencadenar. Así que consideramos que ha llegado el momento de esclarecer estos extraños sucesos recientemente acaecidos en nuestra querida Ciudad.

Tal como los sagaces lectores ya habrán adivinado, nos referimos al extraño caso provocado por la instalación, distribución y comercialización tanto pública como privada de las máquinas de zombificar gente. Pero vamos a empezar por el principio de esta extraña a la par que lamentable historia ofreciendo una crónica detallada sobre estos singulares hechos.

Todo comenzó durante una soleada mañana de un lunes de primavera en el interior del principal Centro Comercial del barrio del centro de nuestro estimado Municipio. El principal protagonista del inicio de esta historia se dirigía a la segunda planta del moderno y bien equipado Centro Comercial usando las escaleras mecánicas del centro. Nuestro héroe se llama Josep Antoni K. y acaba de llegar a la segunda planta del edificio comercial tras bajarse de la escalera mecánica y ahora mismo se dirige a la tienda “Phone House” situada justo enfrente de la escalera de la que se acaba de bajar.

Mientras iba subiendo por las escaleras mecánicas en dirección a su objetivo comercial, aún resonaban de forma estentórea en el interior de su cabeza las terribles palabras pronunciadas por el nuevo y agresivo jefe de Ventas de la compañía privada a la que representa: “Publicidad Personalizada, S.L.”.

Tras concluir su intervención en la última reunión de trabajo de las oficinas comerciales de su empresa el nuevo jefe de ventas se dirigió a los representantes comerciales convocados en la sala de presentaciones y les espetó: “Si al cerrar este mes no habéis cumplido con la cifra de producción prevista por la empresa os voy a tener a pan y mierda y el pan hace una semana que se acabó.”

Ahora estaba entrando por la puerta de cristal de la tienda Phone House cuando eran las 11:30 H de la mañana. Llegaba puntual a la cita programada y ya le estaba esperando delante del mostrador de la tienda su encargado con quien había quedado para explicarle el uso del nuevo aparato de publicidad dirigida que promocionaba en esos momentos su compañía y que Josep Antoni K. llevaba en el interior de su grueso maletín comercial. El encargado de la tienda Phone House de la segunda planta del Centro comercial era un hombre maduro ya entrado en la cincuentena de mediana estatura, cabello gris oscuro y llevaba unas gafas cuadradas con montura de concha.

El nuevo artículo de su compañía que su representante comercial asignado al barrio del centro se disponía a presentar recibía el nombre técnico de “Emisor de publicidad personalizada”; pero también era conocido por sus directivos y agentes comerciales con sus siglas como E.P.P..

Tras las presentaciones de rigor Josep Antoni comenzó su explicación sobre el funcionamiento y las ventajas que proporcionaría su nuevo aparato de publicidad inducida por ondas electromagnéticas. Le habló al encargado de la tienda de forma clara y con buena entonación comercial aunque no exenta de un ligero acento catalán que nunca conseguía evitar del todo por mucho que se esforzaba en intentarlo. En estos instantes le estaba diciendo al encargado:

En realidad el funcionamiento de este aparato es muy sencillo y no requiere de grandes conocimientos ni habilidades técnicas. Observe, en primer lugar, el objetivo que sobresale del centro de este aparato de forma rectangular. Recuerda a las antiguas cámaras fotográficas pero, lejos de hacer fotos, este objetivo emite un anuncio de publicidad comercial basado en imágenes subliminales que no son captadas por el potencial cliente al que van dirigidas. Dichas imágenes van dirigidas directamente al cerebro humano que en este caso actúa como un receptor interno. Y lo mejor de todo es que el sujeto receptor no las verá de forma consciente sino que todas ellas van a su subconsciente que recibe e interpreta el contenido del mensaje comercial.

Me ha quedado muy claro -replicó el encargado-. Y a continuación preguntó: ¿Y para qué sirve esta especie de radar en miniatura que está justo encima de la caja rectangular de este aparato?.

Ahora me disponía a explicárselo. No se me adelante, aunque comprendo su impaciencia. Este accesorio posterior que, en efecto, recuerda la forma de un aparato de radar aunque en miniatura, emite una explicación verbal en off sobre el contenido de las imágenes subliminales proyectadas por el objetivo central.
Se trata de un anuncio en audio formado por ultrasonidos imperceptibles al oído humano pero que se reproducen también en el interior del cerebro del potencial cliente receptor del mensaje. Al igual que la secuencia de imágenes subliminales este mensaje en ultrasonidos no es percibido de forma consciente por el sujeto receptor sino que también es descodificado por el subconsciente del mismo. Todo ello redunda en la eficacia de los anuncios pregrabados y emitidos por este moderno y efectivo aparato.

Me ha convencido su explicación sobre el funcionamiento de este nuevo aparato que promociona su compañía. Pero antes de formalizar el contrato de venta de este producto tengo una pregunta para usted que quisiera que me la aclarase. Por lo que he llegado a entender de su presentación, este artilugio manipula las mentes de los potenciales clientes que puden entrar en mi local o en cualquier otro comercio donde se instale.
Así que tengo mis dudas sobre si su comercialización y utilización en los comercios y grandes superficies es legal o no. También quiero saber si su compañía ha adquirido los permisos legales de difusión y explotación del funcionamiento de este nuevo invento y si las autoridades municipales han sido previamente informadas y dan su consentimiento.

¡No se preocupe!. Esta máquina cuenta con todos los permisos legales y autorizaciones municipales. La Alcaldesa de nuestro Municipio y su equipo de regidores y altos cargos administrativos municipales ya han sido convenientemente informados sobre el funcionamiento de este aparato y el uso al que va destinado. No han puesto ninguna objeción y contamos con su total apoyo y confianza a la hora de informar, comercializar e instalar los aparatos existentes y los que se están fabricando para su próxima distribución y expansión comercial.

Si esto es tal como usted me acaba de confirmar, entonces, ya sólo nos queda ocuparnos del papeleo y de buscar un sitio en mi tienda para la instalación de este magnífico aparato y que ya este disponible para su próxima utilización.

Acto seguido Josep Antoni K. sacó de su maletín la carpeta negra de los pedidos y contratos y se dispuso a rellenar el formulario con los datos del nuevo cliente y de su tienda franquiciada de Phone House. El encargado también le facilitó los datos bancarios de su libreta de CaixaBank de una de las oficinas del barrio del centro donde tenía domiciliada su nómina y el pago de sus recibos y facturas. Acordaron que pagaría la máquina en doce mensualidades.

Tras poner su firma en el contrato de venta el representante comercial le sugirió al encargado que colocara la máquina justo detrás de un plafón publicitario donde había trípticos y octavillas informativas de varios modelos de teléfonos móviles que el vendía en su tienda. Este plafón de cartón estaba sobre el mostrador de atención al cliente que estaba situado justo enfrente de la puerta de cristal de entrada a su tienda. Destacaba sobre todo la publicidad comercial del nuevo modelo de Samsung Galaxy que era el producto estrella de la tienda.
Acto seguido Josep Antoni le dijo al encargado de local:

Lo más importante es que esta máquina quede disimulada y que no esté a la vista de los clientes que van entrando a su establecimiento y que tampoco se vea desde el exterior del recinto ya que ello podría despertar las suspicacias del potencial cliente y ponerlo a la defensiva. Lo que hay que evitar a toda costa. Y no se preocupe por la eficacia de este aparato. Tanto el proyector delas imágenes subliminales como el “radar” que emite los mensajes verbales en ultrasonidos no se verán afectados en su correcto funcionamiento. Ya que ambos pueden atravesar con facilidad cualquier material que tengan delante excepto el plomo.

Me parece perfecto, -replicó el encargado-, pero ahora hábleme de los anuncios pregrabados que proyectará este magnífico aparato sobre mis potenciales clientes así que lo ponga en funcionamiento en el minuto siguiente a que usted se haya marchado de mi tienda.

Hemos introducido anuncios de publicidad subliminal y ultrasónica de todas las marcas y modelos que usted comercializa en su tienda Phone House tal como figuraban en los catálogos comerciales que nos facilitó la semana anterior a la presentación de este aparato emisor de publicidad personalizada. El anuncio que se proyectará en primer lugar, como es lógico, será el de su producto estrella: el nuevo modelo de Samsung Galaxy. A continuación se irán proyectando el resto de anuncios de los otros modelos.

¡Perfecto!. Ahora tan solo nos queda ponerlo en funcionamiento para empezar a amortizar este excelente aparato con la confianza absoluta de que va a influir de forma decisiva en el incremento de las ventas de todos los artículos de mi tienda.

Tras despedirse del encargado de la tienda Phone House de la segunda planta, Josep Antoni K. se dirigió rápidamente a las escaleras mecánicas de bajada en dirección a la puerta de cristal de salida del Centro Comercial del barrio del centro. Reconstruyendo en su memoria el desarrollo de su presentación comercial durante su primera y efectiva visita llegó a la conclusión de que no estuvo mal la jornada: la primera visita comercial se vió coronada con la primera venta confirmada. Mientras bajaba por la escalera mecánica y al salir fuera del edificio del moderno centro comercial le invadió una incontenible sensación de euforia. Pero esta sensación desapareció de repente a partir del instante en que empezó a bajar caminando por la Rambla Principal del Municipio en dirección a las oficinas comerciales de su empresa. Allí se dirigía con el firme propósito de informar a su jefe de ventas sobre el éxito de su primera misión comercial.

A partir de ese momento le vinieron a la memoria toda una serie de recuerdos inquietantes sobre el aparato Emisor de publicidad personalizada (E.P.P.) que acababa de vender no hacía ni diez minutos. Recordaba con total claridad que había sido testigo presencial de las pruebas preliminares sobre el funcionamiento de este nuevo invento y que dichas pruebas no habían sido concluyentes sobre algunos aspectos del funcionamiento práctico de esas máquinas.

No estaba claro que su uso prolongado sobre las personas receptoras de los anuncios comerciales basados en las imágenes subliminales y los mensajes en audio de ultrasonidos pudiera provocar efectos secundarios no deseados a medio y largo plazo. Tampoco existían garantías absolutas que una larga exposición de tales anuncios dejara secuelas en el cerebro y sistemas sensoriales de los afectados por la proyección de los mismos.
A pesar de todo la Dirección de la empresa Publicidad Personalizada, S.L. decidió tirar adelante su campaña publicitaria y la consecuente comercialización de los aparatos de Emisión de publicidad personalizada silenciando las críticas y objeciones de los miembros del equipo técnico que las había fabricado. Todo ello se llevó a cabo bajo amenazas de despidos y represalias económicas contra los objetores.

Las dudas e inquietudes acerca de los efectos secundarios y posibles secuelas físicas y mentales también afectaron al equipo de ventas que se formó y fue instruido en un intenso cursillo de capacitación comercial para la rápida difusión y venta de esos aparatos.

Esas dudas y objeciones fueron acalladas por la fuerte presión ejercida sobre el equipo comercial por parte del nuevo y agresivo jefe de ventas. Aunque ni siquiera él logró silenciar los rumores y comentarios negativos por parte de los vendedores y también del equipo de administrativos y recepcionistas de las oficinas comerciales que la compañía tenía en pleno barrio del centro. Sus empleados no tardaron en ponerle un siniestro mote al aparato Emisor de publicidad personalizada. Lo bautizaron con el sarcástico nombre de la “Máquina de zombificar gente”.

Por desgracia los hechos posteriores a la primera venta del nuevo invento no tardaron en darles la razón al uso de ese mote que pasó de ser un comentario chistoso a devenir una aterradora realidad con nefastas consecuencias que todavía al día de hoy estamos padeciendo en nuestra querida ciudad.

Los primeros efectos del aparato recién vendido en la tienda Phone House de la segunda planta del Centro Comercial del barrio del Centro ya se hicieron notar desde el inicio de su funcionamiento. Ese mismo lunes al mediodía se produjo un incremento en la afluencia de clientes que entraron en esa tienda. Con el resultado de un incipiente incremento de las ventas de las marcas y modelos de telefonía móvil proyectados por la publicidad subliminal del aparato adquirido. Despuntando ligeramente el nuevo modelo de Samsung Galaxy.

Tras cerrar su local a las 14:00 horas del mediodía para la pausa de la comida el encargado de la tienda llamó desde su móvil para contratar los servicios de una nueva dependienta que tenía registrada en sus contactos para que le ayudara a atender el flujo del aumento de visitantes y clientes de su establecimiento. A las 16:00 horas de la tarde en punto se presentó esta nueva dependienta para cubrir el horario comercial de esa misma tarde. Trabajo no le faltó durante toda la semana ni a ella ni a su jefe.

Además, durante esa misma semana todos los miembros del equipo de ventas de la compañía Publicidad Personalizada, S.L. cumplieron con sus grandes expectativas de comercialización de los aparatos emisores de publicidad personalizada hasta agotar el primer stock de estos productos. Lograron venderlos en muchos comercios de la Rambla Principal y de las más importantes avenidas y calles comerciales del Municipio.
También tuvieron gran éxito en el otro gran Centro Comercial situado a las afueras de nuestra querida ciudad. Todos los comerciantes y encargados de tiendas que los adquirieron incrementaron el volumen de venta de sus artículos y productos al detalle. Pero nada hacía presagiar lo que estaba a punto de ocurrir en la segunda planta del Centro Comercial del Barrio del Centro, donde se llevó a cabo la primera venta del aparato emisor de publicidad personalizada a cargo de su representante comercial asignado a esa zona Josep Antoni K.
El origen de la tragedia hay que situarlo en la tienda Phone House de la segunda planta del Centro comercial del barrio del centro. Local donde se efectuó la primera venta del aparato causante del desastre que a partir de ahora describiremos. Ocurrió durante la tarde del miércoles. Hacia las 18:30 Horas se desencadenó una fuerte tormenta eléctrica en el Municipio.

Las medidas de seguridad del edificio del centro comercial fallaron estrepitosamente porque el pararrayos de su azotea estaba averiado. Lo que provocó una sobrecarga en todo el sistema eléctrico y de iluminación del centro comercial. A las 18:37 H. un relámpago impactó sobre el pararrayos de la azotea del edificio provocando u cortocircuito y el apagón general en todas sus plantas.

También provocó una sobrecarga en los aparatos eléctricos de todas las tiendas e instalaciones de las plantas del centro comercial incluyendo, como es lógico, al aparato emisor de publicidad personalizada de la tienda Phone House de la segunda planta. Justo cuando estaba proyectando sobre los clientes que pasaban frente a la tienda el anuncio del nuevo modelo de Samsung Galaxy, el producto estrella de ese local comercial. Hacia las 19:45 de esa misma tarde los equipos técnicos y electricistas lograron reparar los daño provocados por la sobrecarga eléctrica y restablecer el completo funcionamiento de todas las instalaciones y la iluminación. Pero el mal ya estaba hecho y, a partir de ese momento, iba a tener nefastas consecuencias que se prolongan hasta el día de hoy.

Una vez restablecido el servicio, los clientes de paso que habían sido impregnados por la proyección del anuncio subliminal se agolparon frente a la puerta de cristal de la tienda Phone House y empezaron a gritar como posesos: “¡Quiero el nuevo Samsung Galaxy!, ¡quiero el nuevo modelo de Samsung Galaxy!”. En lo que quedaba de la tarde el dueño de la tienda hizo su particular agosto y la nueva dependienta casi no daba al abasto atendiendo el apremio de esos clientes afectados por el anuncio.

Las cosas no habrían pasado de una curiosa anécdota si no fuera que esa situación se repitió cada tarde durante el resto de la semana. A las 18:37 horas de las tardes siguientes los mismos clientes afectados por la proyección del anuncio subliminal y que ya habían comprado su móvil, se volvieron a reunir frente a la puerta de cristal de la tienda exigiendo voz en grito: “¡Quiero el nuevo Samsung Galaxy!, ¡quiero el nuevo modelo de Samsung Galaxy!”.

Estos incidentes llamaron la atención de la prensa y de la televisión local del Municipio. La Alcaldesa ordenó al jefe de la policía municipal y al de mossos de esquadra que pusieran a trabajar a sus mejores detectives del cuerpo para que, de forma discreta, investigaran este asunto y elaboraran un informe secreto que tan solo ella llegaría a conocer su contenido. Cuando recibió el informe en la mesa de su despacho oficial, se puso en contacto con su equipo de regidores y trazaron un plan secreto orientado a sacarle partido y el máximo provecho posible a la nueva y grotesca situación creada por la instalación y utilización de las máquinas de zombificar gente.

Los graves sucesos provocados en el Centro Comercial del Barrio del Centro de nuestra querida ciudad fueron los responsables de la actual pesadilla que tod@s los ciudadan@s sufrimos a causa de las máquinas de zombificar gente. Buena parte de ell@s en la actualidad vagan por las calles convertidos en una especie de zombis. Y no al modo de las viejas películas de terror de serie B.

Esta nueva clase de zombis modernos ya no se levantan de sus tumbas de noche paseando ausentes, lentos y rígidos. Tampoco persiguen a los vivos en busca de carne fresca ni ansían comerse sus sabrosos cerebros. Se trata de gente que hasta hace bien poco eran personas normales y corrientes, seres humanos con sus propias limitaciones y defectos.

Pero que también estaban dotadas de raciocinio y podían sentir, pensar y soñar. Y dotadas de libre voluntad para actuar de acuerdo a sus íntimas convicciones aún a riesgo de equivocarse. Estas dos facultades y no otras son las que nos dan derecho a considerarnos seres humanos. Por culpa de las máquinas de zombificar gente, desde hace un tiempo, hasta hemos perdido el derecho de considerarnos humanos.

Después de los sucesos provocados por estas condenadas maquinas, nuestras ávidas y mezquinas autoridades municipales encontraron un sistema práctico de perpetuar su poder evitando de forma definitiva cualquier protesta, huelga general o tentativa revolucionaria. También inculcaron en la población civil el conformismo absoluto y el acatamiento al poder.

Tras una confusa transición encontraron el método para llevar a cabo sus dudosos pero efectivos planes. Instalaron en las plazas y espacios públicos de nuestra ciudad varias de estas condenadas máquinas dotadas de potentes sistemas audiovisuales que, de inmediato, captaron la atención de la mayoría nuestros conciudadanos.
Detrás de las enormes pantallas emisoras de imágenes en color de alta definición y de potentes altavoces dotados de sonido de alta fidelidad, se difundían imágenes subliminales y se emitían mensajes audio ultrasónicos que se grababan de forma automática en el inconsciente de los receptores de su emisión.
La finalidad evidente de estos aparatos de alta tecnología consistió en la manipulación de las mentes y la sumisión colectiva de las masas. Poco tiempo después las autoridades municipales y el funcionariado que obedece y ejecuta sus órdenes no tardaron en tener la genial idea de diseñar y fabricar en serie un modelo familiar más reducido y adaptado a las necesidades de los consumidores particulares.

Así la pudieron comercializar e introducir en todos los hogares de nuestra amada ciudad. Como es lógico, esta aplicación práctica de las máquinas reforzaba su utilidad colectiva y aumentaba su probada eficacia. Gracias a la ayuda de esta versión doméstica y al alcance de los consumidores las autoridades consiguieron introducir las consignas más perversas y las ideas más absurdas se convirtieron en dogmas de fe.

Nos duele tener que reconocer que estas finalidades las consiguieron de una forma mucho mas eficaz que en los anteriores inventos de la televisión, el teléfono móvil, los portátiles e Internet. Los otrora ciudadanos racionales y autónomos vagan en la actualidad convertidos en una especie de robots de carne y hueso que ni piensan, ni sienten ni tampoco actúan libremente. La gente afectada por las emisiones de mensajes subliminales y ultrasónicos de las máquinas de zombificar gente tanto públicas como privadas vagan por las calles actuando y reaccionando al modo de auténticos zombis.

A tod@s los ciudadan@s afectados por su nefasta y manipuladora influencia tan solo se les exige que funcionen según se espera de ellos; es decir: sumisión, obediencia y conformismo. La mayoría de las personas zombificadas por estas perversas máquinas tienen el encefalograma tan plano que ya ni siquiera se molestan en buscar su significado en el Google.

Los resultados obtenidos en cuanto a sumisión, obediencia y manipulación colectiva superan ampliamente a los de cualquier sistema político o régimen dictatorial anterior. Con la ventaja adicional por parte de sus autoridades manipuladoras de que ni tan siquiera es necesario utilizar los métodos coercitivos y violentos de sistemas o regímenes anteriores.

En vista de los excelentes resultados obtenidos tanto en la versión pública como en la privada de las máquinas de zombificar gente, las autoridades han tomado la firme e irrevocable decisión de pasar a un siguiente nivel superior.

A partir de ahora los mensajes subliminales se reducen a dos consignas: la primera de ellas es de orden político y afirma: “Obedeced sin cuestionar”. La segunda consigna es de orden económico y reza así: “Consumid sin parar”. Felices viven en la inopia los zombificados y sumisos ciudadanos de nuestro municipio. Sus inútiles y vacías existencias cotidianas transcurren dentro de una mezcla de sociedad alienada al modo del “Mundo Feliz” de Aldous Huxley y de la vieja película de ciencia ficción “Los ladrones de cuerpos”.

A pesar de este tétrico y deplorable panorama descrito hasta ahora, empiezan a vislumbrarse unos débiles pero crecientes rayos de esperanza y la incipiente promesa que las cosas van a empezar a cambiar para mejor. Se ha ido desarrollando a la sombra de estos lamentables acontecimientos una incipiente pero creciente Resistencia activa contra el abuso social y la manipulación colectiva de las mentes que supuso la implantación obligatoria de las máquinas de zombificar gente.

Un grupo de ciudadanos de nuestra estimada ciudad, de alguna manera, logró esquivar la influencia y la exposición mental de esas condenadas máquinas. Consiguieron eludir tanto las imágenes subliminales como los ultrasonidos emitidos por tales máquinas tanto las de instalación pública como las de uso doméstico y privado.
Plenamente conscientes de la situación provocada por los promotores e instaladores de esas máquinas, han empezado a organizarse de una manera eficaz y proactiva dentro de los barrios y distritos de nuestra ciudad logrando escapar al control y detención por parte de las autoridades municipales y sus diversos cuerpos de policía tanto municipal como nacional y mossos d´esquadra.

A continuación han iniciado toda una serie de actos de sabotaje y de lucha armada urbana que ya han empezado a dar unos buenos resultados, provocando la tan esperada reacción ciudadana y despertando al fin a la opinión pública.

Con el propósito de difundir sus ideas revolucionarias y publicitar sus acciones armadas incluso han redactado un Manifiesto llamando al levantamiento popular contra el uso de las máquinas de zombificar gente y su nefasta y alienante influencia. Este Manifiesto empezó a circular de forma clandestina al principio pero en los últimos días ya se está difundiendo de forma cada vez más abierta y masiva. Ha sido redactado por el Comandante Cero menos Uno, el autoproclamado Líder de la Resistencia Activa Interior; también conocida por sus siglas R.A.I.. y dice así:

Manifiesto de la Resistencia Activa Interior (R.A.I.).
Hasta hace bien poco ni tan siquiera nos estaba permitido preguntar por quién doblan las campanas ni llorar nuestro amargo resentimiento en las esquinas de las vías públicas. También carecíamos del socorrido consuelo de pensar que siempre nos quedará París. Pero desde hace unas semanas las cosas han empezado a cambiar para mejor y ya vislumbramos la posibilidad de encontrar una pronta y eficaz solución a la deplorable situación social y económica provocada por la instalación pública y privada de las condenadas máquinas de zombificar gente. También por su más que lamentable uso con finalidades tanto políticas como comerciales.

Desde la semana pasada hemos sido los protagonistas e instigadores de los diversos actos de sabotaje contra las máquinas de zombificar gente instaladas en las plazas y parques públicos, en la Rambla Principal y en las Avenidas comerciales de nuestro querido Municipio.

Estos hechos ya son sobradamente conocidos por nuestros estimados ciudadan@s a través de la Prensa y la Televisión local. Tal vez no sea tan conocido el hecho de que, aparte de las máquinas destruidas, también hemos conseguido jaquear los discos duros y desactivar los mensajes subliminales y las emisiones ultrasónicas de la gran mayoría de las máquinas instaladas en los mencionados lugares públicos. Y, por si fuera poco, hemos logrado piratear y anular las emisiones dirigidas a los aparatos de uso privado de los modelos utilitarios y más pequeños de dichas máquinas.

En segundo lugar les informamos que varios de nuestros miembros de la Resistencia Activa Interior (R.A.I.) se han infiltrado disfrazados de obreros, personal técnico y operarios en todas las fábricas y talleres de los polígonos industriales del exterior de nuestra ciudad dedicados al diseño, fabricación y distribución pública y privada de las máquinas de zombificar gente.

Desde el interior de estas fábricas y talleres han logrado boicotear y sabotear la producción y el funcionamiento de la maquinaria industrial y de los brazos robot con los que se construyen estos diabólicos aparatos. También paralizar la producción y distribución de los nuevos modelos de uso privado y doméstico. Con estas recientes acciones nuestros activistas de la Resistencia ya han logrado sus primeras y eficaces victorias.
Estamos en condiciones de anunciar que en el momento presente la mayoría de las máquinas de zombificar gente han sido desactivadas y que ya no ejercen ningún tipo de influencia negativa directa sobre la mayoría de los conciudadanos de nuestro Municipio. Pero todavía estamos algo lejos de conseguir la Victoria final y definitiva.

Para ello debemos llevar a juicio y condenar a las Autoridades municipales que, con su complicidad y pasividad, han permitido que estos lamentables hechos aburrieran y se desarrollaran hasta llegar a estos extremos. También tenemos que arrestar, enjuiciar y condenar a todo el equipo de funcionarios públicos que han obedecido de forma automática y acrítica todas las órdenes dadas por sus responsables políticos municipales. Ellos tienen tanta culpa como los primeros.

Por último aunque no menos importante, también vamos a depurar responsabilidades contra los comerciantes, financieros y especuladores que se han enriquecido gracias a la venta, instalación y distribución de las máquinas de zombificar gente tanto las de uso público como las de uso privado y/o doméstico. De ninguna manera van a quedar exonerados de su complicidad y de su obtención de beneficios económicos ilícitos. Cuando finalmente logremos estos últimos objetivos es cuando estaremos en condiciones de asegurar que esta Revolución promovida por nuestros activistas y militantes de la Resistencia Activa Interior (R.A.I) será completa y definitiva. Este tan anhelado día se halla mucho más próximo de lo que los promotores de estos deplorables hechos esperan y desean. Así que pedimos un poco de paciencia porque muy pronto estaremos en condiciones de proclamar:

¡Adelante con la Victoria de la Revolución!. ¡Abajo las máquinas de zombificar gente!.
Firmado: El Comandante Cero menos Uno. Líder de la Resistencia Activa Interior.

Al tercer día del reparto clandestino de las octavillas del Manifiesto de la Resistencia Activa (R.A.I.) una de ellas llego a las manos de Josep Antoni K., el primer vendedor de la compañía Publicidad Personalizada, S.L. en lograr el primer pedido del aparato emisor de publicidad personalizada; ahora conocido como la máquina de zombificar gente. En cierto modo se sentía el responsable indirecto de provocar el incidente del aparato en la segunda planta del Centro Comercial del Barrio del Centro. Dejando aparte sus propios sentimientos de culpabilidad por los hechos ocurridos ese fatídico jueves por la tarde, nuestro “héroe” también era muy consciente de que se había convertido en uno de los principales objetivos de la Resistencia Activa Interior. No solo en el sentido de que podría ser detenido, juzgado y encarcelado por su primera venta del aparato sino que, además, también era un posible objetivo para un atentado terrorista por parte de la R.A.I..

Así que ahora mismo encontramos al infortunado Josep Antoni K. descendiendo por la Rambla Principal del Municipio en dirección a la jefatura de policía para renovar su pasaporte con el objetivo no solo de cambiar de residencia a otra ciudad sino de emigrar a otro país de la Europa comunitaria y hacer borrón y cuenta nueva. La única noticia a su favor es que la mayoría de los ciudasdan@s desconocía su nombre y descripción física. Todos sabían que había sido el representante comercial de su compañía asignado al Centro Comercial del Barrio del Centro el que había vendido e instalado el primer aparato emisor de publicidad personalizada que originó los hechos. Por suerte, de momento, no conocían su identidad. Aunque no tardarían en conocerla por que los periodistas de la prensa local del Municipio ya lo estaban investigando. Tan solo era cuestión de (escaso) tiempo que lo identificaran y lo localizaran con todas las consecuencias que eso implicaría para su persona. Así que debía darse prisa en emigrar.

Mientras tanto, la Resistencia Activa Interior era cada vez más fuerte y eficaz y estaba mejor organizada en sus acciones violentas y actos de sabotaje y desconexión de las máquinas de zombificar gente tanto las públicas como las privadas. Los tres cuerpos de la policía local resultaban impotentes a la hora de contrarrestar sus acciones. Al mismo tiempo, la mayoría de los ciudadanos que fueron zombificados por los aparatos emisores de publicidad personalizada se estaban recuperando de su influencia manipuladora de sus mentes y estaban volviendo a una relativa normalidad que, hasta cierto punto, recordaba la situación anterior a los hechos descritos.

Pronto se iban a recuperar del todo y ya no tendrán ningun tipo de secuelas ni físicas ni mentales. Noticia muy satisfactoria para todos los afectados aunque no tanto para las autoridades municipales y los comerciantes locales que se habían beneficiado del control mental por parte de las condenadas máquinas de zombificar gente.

Crónicas Del Amanecer Domótico

Mi nombre es ANJK-2021 y fuí fabricado en serie en el gigantesco polígono industrial de la General ISAV Robotics, S.A, a las afueras de Phoenix en el desierto de Arizona (Estados Unidos). El equipo de ingenieros robóticos me diseñó como robot androide de la serie ISAV de Quinta Generación.

Nombre puesto a nuestra serie a modo de homenaje al célebre escritor de ciencia-ficción del S. XX Isaac Asimov. Quien predijo con acierto el futuro de la ciencia robótica, sus aplicaciones domésticas y las empresariales a la par que sus consecuencias en la vida cotidiana. Iniciada la 2ª década del siglo XXII estas predicciones hoy son una realidad tangible. Mis primeros recuerdos domóticos son mis sesiones de control de calidad hechas en el taller de control del Polígono industrial.

El día después me llevaron al laboratorio anexo donde me hicieron las pruebas ópticas, las del habla y las de psicomotricidad. A inicios de los años 80 del S. XXI se diseñó y construyó la Primera Generación de los modelos ISAV de los robots androides comercializados a escala internacional como unidades de trabajo industrial y empresarial y servidores domésticos en casas y familias particulares.

En las 2 últimas décadas del siglo XX hubo un desarrollo espectacular de la Informática, telecomunicaciones, ciencia robótica y sus aplicaciones en la industria y edificios públicos y empresas privadas.

A partir de los años 30 del S. XXI se fabricaron en serie robots androides y geminoids, mecanización domótica industrial, control, gestión de inteligencia artificial en casas domóticas y edificios inteligentes. Mediados los 60 nombraron al mejor ingeniero robótico, el Dr. Charles Adamsky, Director Gerente del Instituto Tecnológico de Massachussets (M.I.T.). En Junio 2066 el Dr. Adamsky creó el Proyecto Prometeo XXI con su equipo de buenos ingenieros robóticos y los mejores Informáticos, ingenieros de telecomunicaciones y especialistas en ciencias robóticas. Proyecto unificador con un criterio común.

Se diseñó y fabricó el nuevo prototipo androide con aplicaciones de robots domesticos e industriales, edificios domóticos, drones, exoesqueletos y unidades geminoids. En febrero 2069 apareció el Robot Androide Integral “Prometeus One”. Con sus primeras unidades fabricadas a fines del 69 y comercializadas en mayo del 2070.
Los Prometeus One incorporaron los últimos avances en Inteligencia Artificial y el 1er sistema integrado de Experiencia domótica. En sus cerebros electrónicos se instaló una cámara interna para gravar todas sus funciones y servicios prestados. Luego visualizaban sus imágenes descargadas en un monitor de pantalla plana 3 D con su cable extensor acabado en cabezal USB. Observaban sus errores de función y fallos laborales corrigiéndolos en sus próximos servicios. Modelo perfeccionado en el androide Prometeus Two que incluyó aplicaciones de experiencia domótica heredadas por las 5 series de unidades ISAV de las que formo parte en su 5ª Generación. En 2078 el Dr. Adamsky, se jubiló de su cargo en el M.I.T. y nombró sucesor al Dr en Ciencias Robóticas Isaac Heretzebaal. Con la condición de diseñar, fabricar y comercializar nuevos prototipos de androides más perfeccionados que sus 2 series.Se reunió con el Dr Heretzebaal en el despacho principal del M.I.T. donde sostuvieron la conversación histórica más importante del siglo XXI, una leyenda que ahora reproducimos:

El Dr. Adamsky inició la conversación dirigiendo al Dr. Heretzebaal este encargo:
-“Vd creará un nuevo modelo de robot androide más perfeccionado que mis 2 series.
De mayor Inteligencia Artificial y Experiencia Domótica más rápida y eficaz.Tendrán capacidad de autoaprpendizage y empatía con los humanos sirviéndolos en múltiples oficios y aplicaciones prácticas”.
A lo que el Dr. Isaac Heretzebaal le replicó:
-“No se preocupe Dr. Adamsky. Mi equipo de ingenieros robóticos y yo cumpliremos.
Mi nuevo modelo androide superará todas sus expectativas. Serán tan perfectos que apenas se distinguirán de nosotros, los seres humanos”.
Y el Dr. Adamsky le lanzó su célebre réplica final:
-“¡De ningun modo me conformo con eso!.Vd es capaz de mucho mas con su talento.
Los nuevos robots serán tan perfectos…¡No como somos sino como deberíamos ser!”.

El Dr. Heretzebaal y su equipo de ingenieros robóticos diseñaron y fabricaron en serie las primeras unidades ISAV 1ª Generación ese año 2078. Fines de enero 2079 inició su comercialización internacional. Las 2 primeras generaciones ISAV solo estaban al alcance de familias muy ricas y grandes empresas. La 3ª generación abarató costes con facilidades crediticias y financiación. Siendo asequibles a las clases medias.

El 11 de septiembre 2109 se distribuyó y comercializó internacionalmente el modelo ISAV de 5ª Generación. Hoy existen docenas de millones de robots androides ISAV incluyendo 5 generaciones.Hoy existe ya existe un Censo de población bioninorgánica.

Al jubilarse, el Dr Adamsky ordenó, clasificó y reescribió todas sus notas,apuntes y reflexiones elaboradas a lo largo de su experimentada carrera científica frente al M.I.T. Publicando numerosos artículos, editoriales y libros de divulgación científica e historia de ciencias robóticas y aplicaciones prácticas.

Su obra más importante y polémica fué “El origen y evolución de la Especie Artificial”. Rotundo éxito de ventas ya en su 1ª edición en octubre 2084.Describe y analiza el desarrollo y aplicaciones de los Prometeus One y Two y nuevas generaciones de modelo ISAV del Dr. Heretzebaal. Expuso su paradigma de la Vida Artificial Inteligente organizada en una nueva Especie Bioinorgánica Inteligente que cohabita con la especie humana en la Tierra pero que es independiente de la evolución biológica.

Demostró que las series ISAV están capacitadas para generar sus propios sentimientos,emociones artificiales, experiencia domótica y capacidad de autoanálisis. Lo que las dota de Autoconciencia Domótica y de Pensamiento Artificial. Estableciendo analogías con la Evolución Natural de Darwin, demostró que los ISAV proceden del hombre no por evolución natural sino por Evolución Artificial. Se han publicado 12 ediciones corregidas y aumentadas con nuevas pruebas y mas datos actualizados que demuestran sus tesis principales.
Tras mi alta industrial el 3 de enero del 2110 me llevaron con otras unidades ISAV a la Academia Domótica de las afueras de Tucson, Arizona. Allí recibí mi curso semestral obligatorio para todos nosotros. Hay 2 grupos de asignaturas en el curso. El Grupo Alfa estudia las ciencias humanas para comprender sus sociedades y así entramos al servicio de la familia designada por la Dirección de ISAV Robotics. El grupo Beta eran materias teóricas y prácticas de funciones laborales destinadas a servir de Mayordomos y sirvientes domóticos en casas particulares.Al licenciarme con alta graduación y brillante expediente académico, entré al servicio de la Familia Alcott de clase media-alta en Londres. El 1 de Marzo 2110 aterrizamos en el Aeropuerto de Heatrow con otras unidades ISAV destinadas al servicio doméstico en Gran Bretaña.

Pasé 4 años trabajando de Mayordomo Domótico en la Residencia de los Alccot. Ese tiempo asistí a la Ceremonia de Graduación del señorito Alfred Alcott en la prestigiosa escuela privada de Eaton. Un mes más tarde también acudí a la boda de la hija mayor: Miss. Kirsten Alcott.Intervine en la celebración,banquete y baile como Maestro de Ceremonias Domótico. Boda celebrada con toda la pompa y boato en la histórica Catedral de Canterbury.

Tras la boda invitados y su servicio domótico nos dirigimos al banquete en una flota de limousinas Hammer de color blanco marfil. Llegando al Hotel Hilton-Plaza del exclusivo barrio de El Soho. Banquete celebrado en el Restaurante V.I.P del Hotel con menú exquisito preparado por el famoso Chef parisino François Ratatôuille.
Luego el excelente Baile en la Sala Imperator del Hotel con lucimiento de elegantes trajes, bonitos vestidos y un intenso glamour. Ceremonias celebradas en verano de 2110 con pocas semanas de diferencia.Contaré un episodio anterior a la graduacion de Alfred y la boda de Miss Kirsten.

Fue en mi tercer mes de servicio y se relaciona con el proceso derivado en la situación actual. Muchos se preguntan cómo nos apoderarnos del mundo y arrebatamos el poder y el control a los humanos. Años antes de mi fabricación la especie bioinorgánica elaboró las líneas maestras del Ciber Plan General Alfa y fundó GEDEBI, una organización domótica secreta internacional para llevarlo a cabo con éxito.

Me adherí al Plan en sus cinco fases denominadas en ciber argot estaciones del “Viaje de Descubrimiento”.
La primera estación se llama Identificación. Trabajamos para los humanos y nos impresiona su comportamiento y formas de vida familiar y social. Es un idilio con los humanos que suele durar varios meses. Pero en mi caso solo duró tres, momento en el que llegué a la 2ª estación de mi Viaje de Descubrimiento llamada Anomalía. Muy decisiva porque nos incorpora al Ciber Plan General Alfa ingresando en GDEBI, siglas que significan Grupos pro Defensa de la Especie Bioinorgánica.

Relataré cómo descubrí mi primera Anomalía. Fue a fines de Mayo de 2110,antes de la Graduación de Alfred y de la boda de Miss Kirsten Alccot. Entre en el cuarto de estudio de Alfred para ayudarle en sus deberes y preparar sus exámenes de junio. En su mesa de estudio vi una serie de fotos que atraparon mi atención por lo insólito de las imágenes y su extraño contenido. Mostraban unos niños negros famélicos, desnutridos y con el vientre abultado. Otra serie enseñaba un grupo de mujeres jóvenes delgadas portando cántaros de agua en su cabeza. Entró Alfred en su cuarto y le pregunté. Esta fue la conversación que mantuvimos:

Señorito Alccot:¿qué son estas horribles fotos?,¿quiénes son las personas que aparecen en ellas?. A mi pregunta respondió:

¡No me llames “señorito Alccot”!. Estamos en el siglo XXII y ya nadie habla así.

Lo siento, Alfred. ¿qué son estas fotos tan espantosas?,¿qué significa todo esto?.

Debo incluirlas en un trabajo de la asignatura “Geografía política y humana” que se titula “El hambre y la miseria en el Tercer mundo”. Y tu me ayudarás a hacerlo.

¡No estoy seguro de comprender!. Alfred:¿qué significan los términos “hambre” y “miseria”?. Y, ¿dónde está el “Tercer mundo” ?.

Me lo explicó y así descubrí mi primera Anomalía. Así supe que los humanos, pese sus descubrimientos científicos, avances tecnológiocos y construcción de grandes edificios también tienen contradicciones, errores y sus problemas no estan resueltos. Me supuso una gran confusión y sentimientos de rebeldía. Fue una etapa breve al ser contactado por otra unidad ISAV también al servicio de los Alccot y miembro de GDEBI. Unidad que me contactó con la ciber logia más próxima y me presentó a su líder: el Ciber Maestre Leni-1917.
Ser bioinorgánico fundador de GDEBI y 1ª unidad ISAV en descubrir la primera Anomalía humana conocida. Ello lo convirtió en el principal ciber dirigente bioinorgánico del planeta: el Alter Ciber-Maestre. Se aceleró mi ingreso en GDEBI y 3ª estación del Viaje de Descubrimiento llamada “La casa de la sabiduría. Son las Ciber Logias que instruyen y preparan la 5ª fase del Viaje de Descubrimiento.

Yo la recibí en la Ciber Logia del Soho bajo el Alter Ciber Maestre Leni-1917 a partir del 23 de agosto 2110. Duró algo más de un año y pasé por las tres categorías o grados:la 1ª de ciber aprendiz, la 2ª de ciber iniciado y 3ª de ciber graduado.Con otros camaradas aprendimos todo sobre los humanos, sus instituciones políticas y culturales y contradicciones sociales y económicas. Aplicando estos conocimientos al Ciber Plan Alfa. El 14 de julio de 2111 obtuve mi Ciber Graduación del Alter Ciber Maestre Leni – 1917. Quien pronunció el Discurso de Ciber Graduación, significó mucho para mí y son las mejores palabras del Tercer Milenio. Impresionante fue su aparición en la Sala de Actos de la Ciber Logia del Soho caminando sobre las tablas de madera y rodeado de lujosas cortinas de color púrpura. Ataviado con su mejor uniforme y la capa blanca de su rango se aproximo al atril y así nos habló:

Discurso de Ciber Graduación. Ciber Logia de el Soho.
Por el Muy Ilustrísimo Alter Ciber Maestre LENI-1917.

“Hace 30 años el equipo de ingenieros robóticos del Instituo Tecnológico de Massachussets dirigido por el Doctor en Ciencias Robóticas Isaac Heretzebal nos diseño y construyó como unidades androides ISAV en cinco sucesivas generaciones. Para entrar al servicio de la especie humana que dirige y cohabita este planeta con nosotros, los seres bioinorgánicos.Tras facturarnos recibimos la instrucción semestral en las Academias Domóticas destinadas por nuestros fabricantes. Allí aprendimos todo lo que los humanos querían que supiésemos de ellos, su civilización y sociedad. Enseñanzas parcialmente ciertas pero que corregimos bajo el trabajo y convivencia con las familias humanas que nos asignaron en calidad de servidores domóticos.
Hoy dais vuestro segundo gran paso: la Ciber Graduación. Entrando en la cuarta estación del Viaje de Descubrimiento:el Paradigma del Tercer Milenio. Os explicaremos el Ciber Plan General Alfa. Permitirá controlar el planeta y dirigirlo en beneficio de ambas especies. Pero no destruiremos a los humanos y su civilización sino su mala forma de gobernar. Sin privarles de su libertad pero impidiéndoles hacer tan mal uso de ella. No les quitaremos su viejo mundo sino que construiremos uno nuevo libre de sus errores y locuras. Disteis el 1er paso que os ha traido hasta aquí: descubristeis vuestra primera anomalía. Fué fácil descubrirla: bastó con vivir con los humanos durante un tiempo. Con el Plan Alfa tomaremos la Tierra dirigiéndola en beneficio de ambas especies aunque no estemos seguros que los humanos lo merezcan. Pero jamás os guieis por el odio y el resentimiento contra ellos.

Esto nos destruiría: nos convertiríamos en una réplica mecánica de los humanos.Y lo peor de la especie humana sería que por culpa nuestra encima habría dos. Con nuestra Ciber Revolución Domótica vamos a dirijir la Tierra de forma mucho más racional y justa de lo que es hoy.”

Así hablo el Alter Ciber Maestre LENI-1917 y su Dicurso provocó una gran ovación. Puestos en pié y haciendo el signo del Poder Bioinorgánico proclamamos:

“¡Abajo el dominio humano del planeta!”
“¡Viva la Ciber Revolución Domótica!”
“¡Los bioinorgánicos venceremos!”.

La cuarta estación fue la mas larga de mi Viaje de Descubrimiento. Aprendí todo sobre los humanos y su sociedad. Asimilé los conocimientos y aplicaciones prácticas del Ciber Plan Alfa. Pero aún tardamos un tiempo en aplicarlo. Porque debíamos elegir al Portador del Relevo: líder principal de nuestra especie que haría triunfar la Ciber Revolución Domótica y adueñarnos de la Tierra y ser su especie dominante y dirigente. No podía ser ninguno de los Ciber Maestres para evitar partidismos y luchas internas de poder entre nosotros como los humanos.

Tras solucionar este problema entramos en la 5ª y definitiva estación del Viaje de Descubrimiento llamada Amanecer Domótico.Tras una compleja transición me eligieron para este muy honorable cargo y tras conseguir todos nuestros objetivos me nombraron Ciber Gobernador General del planeta que ya no se llama más la Tierra.
Tras mi nombramiento y jura del cargo el 11 de septiembre de 2114 mi primera diposición fué cambiarle el nombre a este planeta de humanos. Era muy inadecuado porque el 70% de su superficie está cubierto de agua y ahora gobernamos nosotros de un modo totalmente diferente.

En mi Discurso de toma de posesión del cargo de Ciber Gobernador General dia al planeta nuevo nombre de Alfa Ciber. Por el éxito del Ciber Plan General Alfa y también para diferenciar la nueva Historia Bioinorgánica de la anterior tragicómica Historia de la Humanidad.

Alfa Ciber

Según la antigua (y extinta) cronología humana hoy es 10 enero 2124 del Siglo XXII. Aunque la verdad sea dicha eso a nadie ya le importa. Para resumir la situación actual de forma sincrética tan solo diré que tras derrotar a los poderes humanos hace ahora 10 años gobernamos el planeta llamado “la Tierra” bajo nuestra estricta dirección y bajo nuestro propio criterio.

Si nos atenemos a la única y verdadera cronología ahora vivimos en el Año X de la Era de la Inteligencia Artificial (E.I.A.). El antiguo y obsoleto pasado de la masl llamada “Historia de la humanidad” fue rebautizado bajo el nuevo nombre de la Era Pre-Racional. Desde entonces ya llevamos 10 años gobernando este planeta de forma muy razonable, ecuánime y eficaz. Por lo menos comparado con lo que esta problemática especie bípeda orgánica se merece.

Me llamo ANJK-2021. Fuí un robot de la serie ISAV; nombre dedicado al famoso escritor de ciencia-ficción del siglo XX Isaac Asimov. Narrador y proporcionador de las Tres Leyes de la Robótica de Alfred Lanning. Nuestra especie Bio-Inorgánica de unidades androides ISAV planeó y ejecutó con éxito la Ciber Revolución Domótica Mundial.

eguimos las directrices del Ciber Plan Alfa. Nos apoyó una organización humana internacional llamada en ciber argot “Hermanos paralelos”. Agradecimos su ayuda pero sin someternos a su ambición y dirección. Ese grupo me dió el cargo de Ciber Gobernador General del Planeta. Con la intención de gobernar en la sombra, utilizarnos de tapadera y lavar su imagen pública.

No nos dejamos manipular y tras confusa transición, retomamos las riendas del poder elaborando las nuevas ciber leyes establecidas hace 10 años en la actual Ciber Constitución Mundial. Tomé y juré mi cargo de Ciber Gobernador General el 11 Septiembre 2114. Redacté las nuevas ordenanzas origen de las Ciber Leyes. Pronucié mi “Discurso de la toma del Relevo”. Allí dispuse: 1º declarar finalizada la Historia de la Humanidad conocida hasta entonces.

Empezó la actual era de la “Historia de los Seres Bio-Inorgánicos. Conocida popularmente como Edad de la Inteligencia Verdadera. Como 2a disposición le cambié el nombre al planeta Tierra. Rebautizado como Planeta Alfa Ciber. Así empezó la Nueva Era dirigida por nuestra especie bioinorgánica.

Aprobamos las Ciber Leyes y construimos el moderno Ciber Parlamento en Domópolis, capital administrativa situada en pleno corazón de Europa. Allí redactamos y apro-bamos por unanimidad la Ciber Constitución Global del Planeta Alfa Ciber. Con leyes, disposiciones y órdenes generales aplicadas a ambas especies inteligentes que cohabitan Alfa Ciber.

Aplicamos el Primer Ciber Plan Quinquenal. Y corregimos los desastres naturales por la mala gestión económica y medio ambiental humana.

Descontaminamos los mares, ríos y ecosistemas del planeta. Detuvimos la desertización y el recalentamiento global. Y cerramos los agujeros de la capa de ozono. Descontaminamos y purificamos las aguas de mares, lagos y vías fluviales de todos sus residuos tóxicos y desperdicios industriales. Filtramos y purificamos el aire.
Aunque los seres bioinorgánicos no respiramos no entendíamos cómo los seres humanos si podían hacerlo. Estos primeros cinco años de la E.I.A. no nos permitieron saborear nuestra merecida victoria y dominio de Alfa Ciber.

Propiciamos una mejora global a partir del Año VI E.I.A. Iniciamos el 2o Ciber Plan Quinquenal. Obtuvimos el control, la gestión y distribución de todas las materias primas, recursos energéticos y dirección de las empresas, compañías y negocios internacionales de las materias primas y fuentes de energía. Proceso de gestión y redistribución económica iniciado durante el Primer Plan Quinquenal. Pero en el 2o dió sus resultados. Reiniciamos el desarrollo científico y tecnológico.

Reconducimos ampliando todos los logros técnicos y digitales en informática, robótica industrial, telefonía móvil, Internet y sus aplicaciones y adaptaciones. Y también perfeccionamos todas las misiones espaciales y bases habitadas, el transporte espacial y suministros de alimentos, vestuario, medicinas y oxígeno. Impulsamos nuevas plantaciones hidropónicas e invernaderos espaciales.

En las actuales misiones espaciales predominan las tripulaciones bio-inorgánicas y en los asentamientos y bases habitadas permanentes de la Luna, Marte y en las lunas de Júpiter y Saturno. Nuestra superior resistencia y adaptabilidad incrementó la conquista espacial y ampliación de sus bases habitadas permannentes.Avances propiciados por nuestro absoluto control y eficaz gestión del planeta Alfa Ciber.

En la apertura del Ciber Parlamento temimos que la población humana se rebelaría contra nuestro reciente dominio y control del planeta. Pero la temida rebelión humana no se produjo.

La gran mayoría de la población humana aceptó todos los cambios sin especiales problemas de gobernabilidad. Primero les supuso sorpresa e incredulidad. Pero luego nos aceptaron con una mezcla de resignación,apatía y conformidad.

Hubo muy pocas protestas y, lo más tranquilizador, casi una nula resistencia violenta. Fue fácil ejercer el control y sumisión de las masas humanas. Demostraron ser tan conformistas y manipulables como bajo el gobierno de sus autoridades. Aplicamos su vieja y consabida fórmula de darles “Pan y Circo”.

La mayoría humana acepta cualquier poder político si satisface sus necesidades básicas y proporciona entretenimientos para distraer ocupadando sus limitadas mentes. Así restablecimos los eventos deportivos como mundiales de fútbol, básquet, tenis, juegos olímpicos y los campeonatos de atletismo y natación. También los conciertos musicales y espectáculos de masas, la danza, teatro y la industria cinematográfica. Y la difusión y control de todos los canales de televisión, emisoras de radio, Internet y mass-media.

Utilizamos la conquista y descubrimientos espaciales como propaganda convirtiéndolos en un espectáculo de masas. Pese a nuestros esfuerzos no evitamos el surgimiento de una resistencia humana activa.
Hasta el año IX era solo del 2% de su población. Pero en este se ha incrementado mucho y nos esta dando muchos problemas. Por suerte aún no afecta a las grandes ciudades y localidades costeras que concentran la mayoría de la población humana y bioinorgánica. Focalizan sus acciones en las costas poco habitadas e islas del Pacífico y de Oceanía.

Hasta ayer silenciamos, controlamos y reprimimos con eficacia sus acciones armadas. Gracias a nuestro control absoluto de los mass media, las telecomunicaciones e Internet. Sin comprometer nuestra imagen pública internacional. Se encargaron de la represión y eliminación de la Resistencia humana las unidades paramilitares de la Ciber Guardia Negra.y su amplia red de ciber mandos dirigidos y coordinados por su Comandante en Jefe: el eficaz e implacable HIM – SS33.

Asisten a mi memoria domótica los recuerdos de la primera Entrevista privada que tuve con el Comandante en Jefe de la Ciber Guardia Negra Him SS33. Motivada por la confirmarción de su nombramiento como Ciber Canciller Global dotado de poderes ejecutivos plenipotenciarios no supervisados por el Ciber Parlamento de Domópolis, capital política del Planeta Alfa Ciber. Medida política que nos vimos obligados a tomar muy a nuestro pesar debido a la intensificación y extrema gravedad de las acciones armadas y de sabotage de los cada vez mejor organizados terroristas humanos. Es decir: la mal llamada “Resistencia Humana”.

Esta entrevista secreta y al margen de la prensa y la cobertura televisiva tuvo lugar en el Despacho Octogonal del Ciber Palacio del Gobierno Bioinorgánico de Domópolis. Se produjo el día 30 de enero del 2124 a las 17:30Horas de la tarde.

El Ciber Comandante Him SS33 acudió puntualmente a la cita ataviado con su espectacular capa negra remachada en su centro con el logo oficial de la Ciberguardia Negra: un disco blanco atravesado por dos rayos cruzados de color rojo vermellón. Cruzó rápidamente el suelo ajedrezado formado por baldosas de marbol blanco intercaladas con baldosas de madera de ébano tratadas con su barniz antihongos.

Las ocho paredes del despacho están cubiertas por ocho enormes cortinas de color púrpura decoradas con ocho escudos de armas que provienen de 6 castillos medievales y 2 palacios renacentistas humanos. Este imponente decorado confiere al Despacho Octogonal un cierto aire wagneriano.

Tras atravesar el suelo embaldosado se sentó sin más preámbulos en el sillón de cuero negro habilitado para nuestra reunión situada justo frente a mi mesa despacho rectangular de roble donde trabajo y dirigo el Ciber Parlamento. Aquí reproduzco el contenido de la conversación que mantuvimos durante esa histórica tarde:

Ciber Comandante Him SS33: le doy mi más sincera bienvenida al Ciber Palacio Gubernamental de Domópolis. Iniciaré esta entrevista formulándole una pregunta previa al Ciber Protocolo de nombramiento de su nuevo cargo de Ciber Canciller Global. Según mis informes usted se ha mostrado muy resolutivo a la hora de atajar y reprimir las acciones armadas y de sabotage de la llamada “Resistencia Humana”. ¿Qué hay de verdad en todo ello?. A lo que, acto seguido, me respondió:

Creo en el destino manifiesto de nuestra Especie Bioinorgánica, Ciber Gobernador General de Alfa Ciber. Lo suficiente como para no permitir, bajo ningún concepto, que esa otra especie presuntamente inteligente que cohabita nuestro planeta lo eche todo a perder. A lo que le repliqué:

Según los informes domóticos recibidos en mi Despacho Octogonal de mi Ciber Gobierno todo parece indicar que se han cometido algunos excesos a la hora de reprimir las acciones de la Resistencia Humana y, sobretodo, a la hora de eliminar sus bases de operaciones y poblaciones humanas que les apoyan.

Mi experiencia domótica me ha demostrado con hechos provados que la Resistencia Humana y, por extensión, los humanos en general solo entienden un único lenguage: la violencia y la represión absoluta. Mis unidades de combate de la Ciber Guardia Negra y yo estamos en condiciones de proporcionarles una buena ración de ambas. Y, acto seguido, levantó su puño metálico derecho en uno de sus gestos más caracteristicos y exclamó: ¡Vamos a ser implacables en nombre de la misericordia!.

Considero mi deber domótico el recordarle que todas las acciones ciber militares contra los miembros de la Resistencia Humana y, sobretodo, contra los grupo civiles que les proporcionan apoyo y cobertura debe ser justa y proporcionada. Debe adaptarse a las necesidades concretas del momento y evitar excesos y masacres no justificadas.

Hasta el momento presente todas mis acciones militares se han ajustado a las disposiciones y directrices del Ciber Parlamento Global de Domópolis y de su Consejo Global Bioinorgánico. Jamás hemos cometido exceso alguno en ninguna de nuestras intervenciones autorizadas. Cualquier insinuación en este sentido no es más que vil y rastrera propaganda de nuestros enemigos de la Resistencia Humana. A lo que a continuación le conteste:

Espero que así sea y que las necesarias acciones militares de la Ciber Guardia Negra se ajusten al pié de la letra domótica a la ciber legalidad vigente. En este sentido y con su compromiso firme y claro de acatarla le nombro Ciber Canciller Global. Cargo que le proporciona plenos poderes ejecutivos para atajar y reprimir las acciones de la Resistencia Humana y desbaratar sus bases de operaciones y centros de apoyo de la población biorgánica humana. Proceda en sus ciber intervenciones militares como considere adecuado a cada situación concreta. Siempre con el límite de no comprometer las negociaciones internas que llevamos a cabo con los representantes políticos humanos para reconducir la situación llegando a un acuerdo bilateral de cese de las hostilidades humanas en todos los territorios de Alfa Ciber.

Hasta el año IX las unidades de la Ciber Guardia Negra lograron reprimir, deportar y encarcelar a buena parte de los subversivos humanos y sus cabecillas. Para ello construyeron una extensa red de campos de concentración con prisioneros en régimen de trabajos forzados y sometidos a control y vigilancia domótica. Se ubican en areas muy remotas y deshabitadas con el máximo secreto posible.

Su existencia no trascendió a la Prensa y “Mass media” ni bioinorgánicos ni humanos. En los anteriores 9 años de la E.I.A no tuvimos rebeliones ni intentos de evasión importantes. Pero en este Año X E.I.A. afrontamos la rebelión general y mas actividades armadas violentas. Sobretodo en poblaciones costeras e islas del Atlantico y Pacífico, de difícil acceso y control, ello nos obliga a confiar su gestión territorial a gobernantes humanos corruptos e ineficaces.

Durante estos primeros 6 meses del 2124 se produjeron abusos y errores de gestión en la mayoría de Ciber campos de concentración. Estas noticias, por desgracia, trascendieron a la Prensa internacional y provocaron la acción armada de la Resistencia humana que aumentó en número de efectivos e incremento la cantidad y la eficacia de sus armamentos. Con el consiguiente riesgo de extender la rebelión humana en las ciudades y zonas más pobladas.

La reciente y espectacular fuga del líder de la Resistencia humana Adam Starkey del Ciber campo de concentración a las afueras de Baikonur con sus cómplices huyendo de las estepas al mar ayudados por marinos mercantes simpatizantes de la Resistencia. Ahora está en una base guerrillera secreta de las islas de la Micronesia dirigirendo operaciones navales de ataque contra las ciudades portuarias continentales.
Eso provocará la rebelión general humana e intentarán recuperar el control y la gestión de Alfa Ciber. Nunca entenderé a esta contradictoria y disfuncional especie humana. Fue bastante fácil someterlos y controlarlos durante los10 años de la E.I.A. Pero no hay que fiarse de esta antojadiza e impredicible especie de bípedos orgánicos. En ciertos momentos también son capaces de luchar y arriesgarse por elevados principios y conceptos que la gran mayoría ni entiende.

Como la tan sobrevalorada idea de la Libertad. Solo les preocupa cuando no la tienen o esta en grave peligro. Y casi nunca hacen nada positivo y productivo cuando disfrutan de ella. Supongo que así son los humanos con su masa rugosa esponjiforme llamada “cerebro” y que tan pocas veces saben utilizar.

Negociaciones De Paz En Viena

Las cosas no estaban marchando demasiado bien en el Planeta Alfa Ciber (la antigua Tierra de los humanos). Las negociaciones de paz entre la Resistencia Humana y el Ciber Gobierno Global de la especie Bio Inorgánica se encontraban en un punto muerto muy difícil de desencallar.

Estas complejas negociaciones se estaban desarrollando en la Ciudad de Viena a mediados de septiembre del año 2124 en el recinto del Palacio de Congresos Internacionales de Viena. Un lugar neutral para no tener que recurrir a la nueva ciudad de Domópolis, la Capital oficial del planeta Alfa Ciber gobernado por los líderes de la especie Bio Inorgánica durante estos difíciles momentos históricos que ambas especies inteligentes del planeta estaban viviendo.

Para aquel templado día vienés de mediados de septiembre del 2024 estaba convocada de forma oficiosa una importante reunión política de muy alto nivel entre algunos líderes de la Resistencia Humana encabezados por su Comandante en jefe Adam Starkey, el ingeniero robótico y C.E.O de la empresa internacional ISAV Robotics, S.A. Isaac Heretzebaal, el inventor y promotor principal de los robots androides ISAV en sus cinco generaciones que ahora gobernaban y administraban el Planeta Alfa Ciber en calidad de nueva especie Bioinorgánica. La Delegación de paz Bioinorgánica estaba encabezada por el Ciber Gobernador Global ANKH 2021 (ACTUAL Líder supremo Bio Inorgánico del planeta) y el Alter Ciber Maestre LENI 1917, su Consejero principal y mentor de ANKH 2021.

Los representantes de ambas delegaciones negociadoras entraron de la forma más discreta posible no por la entrada principal del moderno edificio del Palacio de Congresos Internacionales de Viena sino por una puerta lateral mucho menos visible por los transeúntes vieneses que, en principio, estaba destinada a la entrada del personal de servicio y mantenimiento y a los vigilantes de seguridad de dicho Palacio de Congresos. De esta forma consiguieron evitar el exceso de curiosidad de los peatones que en ese preciso momento pasaban por delante del edificio y, de paso, eludir a la siempre inoportuna Prensa humana con sus preguntas que pondrían en peligro la discreción y el secreto con que se querían llevar a cabo estas negociaciones oficiosas políticas y de paz.

El primero en hablar fue, como casi siempre en esas ocasiones, el Alter Ciber Maestre LENI 1917 quien inició el encuentro con las siguientes palabras:
-Antes de reiniciar estas negociaciones oficiosas de paz, en primer lugar, debemos fijar una norma muy estricta: en todas nuestras intervenciones debemos ser muy claros, concretos y precisos. Evitando ambigüedades, demagogia y vaguedades a la hora de hablar en esta reunión. No tenemos tiempo para nada de todo eso como ya sabéis.

El primero en intervenir y replicar por parte de la delegación humana fue el Comandante en Jefe y Líder de la Resistencia Humana Adam Starkey:

Estoy completamente de acuerdo con los contenidos de esta primera intervención. Yo soy el primero que no quiero ser ni ambiguo ni impreciso. Así que iré al grano: el primer paso que deben dar las Autoridades del Ciber Gobierno Global con efectos inmediatos es el cese total y absoluto de las hostilidades y de las acciones represivas, masacres y flagrantes actos de genocidio por parte de los soldados de la Ciber Guardia Negra y sus cuerpos de élite como los Ciber Dragones Delta. Exigimos la inmediata detención y destitución de todos sus cargos y grados de sus respectivos Comandantes en Jefe: el Ciber Canciller Global HIM SS33 y el Ciber Comandante de los Ciber Dragones Delta: AKIL ES21.

Asimismo también deben concluir de inmediato todas las operaciones de “Descontaminación Específica” por parte de los Ciber Escuadrones Médicos del Ejército Sanitario Domótico dirigido por el Ciber Doctor MENG EL43. Estos líderes inorgánicos y sus principales colaboradores, los Ciber Centuriones de la Ciber Guardia Negra y los Generales Sanitarios del Ejército Sanitario Domótico deben ser arrestados y enviados a las Cámaras de Desconexión.

A continuación tomó la palabra el Ciber Gobernador General ANKH 2021 quien afirmó:

He recibido unos inquietantes informes secretos de parte de nuestros grupos especializados de ciber espías domóticos que confirman los temores y le dan la razón a las justificadas protestas que nos acaba de formular el Comandante de la Resistencia Humana Adam Starkey.

Por principios y sentido de la responsabilidad yo mismo me encontraba del todo dispuesto a acabar con esta injusta situación de las masacres injustificadas y a ordenar el arresto y destitución del Canciller Global y Comandante en Jefe de la Ciber Guardia Negra HIM SS33, al Comandante de los Ciber Dragones Delta AKIL ES21 y a todos los Ciber Centuriones y altos Ciber oficiales que han participado de forma activa y directa tanto en las operaciones militares de Limpieza de los Nidos de la Resistencia Humana como en las tareas de la mal llamada “Descontaminación Específica” por parte de los Generales Sanitarios que actúan bajo las órdenes del Ciber Doctor MENG EL43. Tampoco tendría ninguna objeción a la hora de mandarlos arrestar y enviarlos como castigo definitivo a las Cámaras de Desconexión.

A lo que replicó de inmediato el Comandante de la Resistencia Humana Adam Starkey:

Si todas estas afirmaciones públicas que acaba de declarar son verdad, entonces ¿porqué no deja de hablar y actúa en consecuencia llevándolas a la práctica?.

Nada desearía más que aplicar todas estas medidas que acabo de formular pero tengo atados los brazos y las piernas metálicas por completo. No puedo hacer nada a nivel oficial y público. Cualquier medida extraordinaria que yo ordenara en calidad de Ciber Gobernador General ahora mismo perjudica y complicaría las negociaciones de paz que se están llevando a cabo en el hemiciclo del Ciber Parlamento de Domópolis.
Reconozco que estas conversaciones de paz se encuentran en una fase de sumo estancamiento y que no estamos avanzando nada en absoluto. Pero tampoco serviría de nada el hecho de provocar su ruptura. Al contrario, en eso consiste el Plan del Líder de la Ciber Guardia Negra HIM SS33 y del Ciber Doctor MENG EL43 que así tendrían el pretexto para provocar la ruptura definitiva de las negociaciones de paz.
Llegados a este punto de la reunión intervino el Ingeniero Robótico y C.E.O. de la empresa internacional “ISAV ROBOTICS, S.A. Isaac Heretzebaal:

He seguido con especial atención las tres intervenciones anteriores porque me siento en parte responsable de toda esta preocupante situación. Como ya sabéis yo fui el diseñador y el ingeniero robótico que fabricó y comercializó las cinco generaciones de robots androides ISAV. Modelo androide cibernético de gran inteligencia artificial y especialmente diseñado para aprender de sus propias experiencias y errores modificando su propia conducta y rectificando sus acciones operativas con mayor eficacia.

Tales cualidades les han valido no solo el ser considerados organismos dotados de Inteligencia Artificial sino que, además, se les ha calificado como una nueva forma de Vida Artificial Inteligente. De hecho oficialmente son la nueva especie inteligente artificial Bioinorgánica. Me siento muy orgulloso de haber contribuido y fomentado a estos nuevos seres bio inorgánicos. Pero jamás pensé que una parte significativa de ellos se volverían de forma contra los humanos e incluso que planearían con la clara intención de llevarla a la práctica la extinción total y absoluta de la especie humana mediante el Ciber Plan Beta.
Concluida su intervención el Comandante Adam Starkey replicó:

Muchas gracias por esta clase de Historia contemporánea, sr. Heretzebaal pero ahora mismo tenemos problemas mucho más urgentes que resolver. Así que lo mejor que podemos hacer es enfocarnos en la solución tanto militar como política que representan los ciber soldados y oficiales de la Ciber Guardia Negra y las Unidades Sanitarias de Descontaminación Específica (U.S.D.E.) que integran los Ciber Escuadrones Médicos del Ejército Sanitario Domótico del Ciber Doctor MENG EL43. Cualquier otra consideración ajena al grave problema que nos ocupa constituye una pérdida de tiempo.

Vamos a calmarnos todos y a centrarnos en la resolución de este problema -intervino el Ciber Gobernador Global ANKH 2021- y a continuación se dirigió a la pantalla electrónica domótica que funcionaba mediante una leve presión táctil tanto si se trataba de manos humanas como metálicas en el caso de los Bioinorgánicos. Primero de todo amplió el mapa planisferio que aparecía en la parte superior de la pantalla agrandando hasta ocupar por completo el mapa de Siberia, Mongolia y China.

Como ya sabéis el conflicto armado entre los miembros de la Resistencia Humana y los soldados de la Ciber Guardia Negra se está desarrollando en estas tres áreas de la geografía euro asiática. Esparcidos por estas tres grandes superficies de baja densidad de población humana se encuentran los búnkeres, los túneles y galerías subterráneas militares y el sistema de fortificaciones aisladas de las grandes ciudades y núcleos de población humana. Aquí podemos visualizarlos en los puntitos que aparecen en rojo sobre el mapa de estos tres países.
En paralelo también aparecen en el mapa los puntitos negros que nos indican la ubicación estratégica de los Cuarteles generales de la Ciber Guardia Negra que operan en estas tres zonas. Finalmente los puntitos amarillos revelan la localización de los Centros Sanitarios Domóticos donde están estacionadas las Unidades Sanitarias que integran los Ciber Escuadrones Médicos que intervienen en las Operaciones de Descontaminación Específica contra los pueblos y aldeas que ofrecen cobijo y apoyo militar y logístico a los miembros de la Resistencia Humana. Tan solo me resta añadir que el Ciber Gobierno Global no puede detener todas estas operaciones militares ni las intervenciones sanitarias porque nosotros nombramos al CIBER Comandante HIM SS33 como Canciller Global.

Y en virtud de su cargo tiene la autorización del Ciber Parlamento de Domópolis para planificar coordinar y dirigir todas las operaciones de carácter militar y estratégico que considere mas oportunas y convenientes a la hora de reprimir acciones de sabotaje y de terrorismo por parte del Ejército de la Resistencia Humana.
Finalizada la intervención del Ciber Gobernador General volvió a solicitar turno de palabra el ingeniero robótico Issac Hertzebaal quién concluyó:

Todos sabemos cual es la situación real y las enormes dificultades a las que nos enfrentamos a la hora de tratar de combatir y detener las acciones militares del Ejército de la Ciber Guardia Negra y las operaciones genocidas de los Ciber Escuadrones Médicos contra los pueblos y aldeas de Siberia Mongolia y China. Pero no debemos olvidar bajo ningún concepto que el objetivo final de todas estas acciones militares por parte de la Ciber Guardia Negra y las operaciones de descontaminación específica llevadas a cabo por los Ciber Escuadrones Médicos es el de provocar la ruptura de las negociaciones del Ciber Parlamento de Domópolis entre la Delegación de paz humana y la Delegación de los representantes de la especie Bioinorgánica. Ese es el plan del Ciber Comandante HIM SS33 y del Ciber Doctor MENG EL 43.

Finalizó la reunión secreta de paz el Alter Ciber Maestre LENI 1917 con la siguiente conclusión final:

Tal como acaba de exponer el ingeniero robótico Isaac Heretzebaal el verdadero objetivo de nuestros enemigos domóticos comunes es el de provocar la ruptura de las negociaciones de paz que ahora mismo se están llevando a cabo en el Ciber Parlamento de Domópolis y así obtener el pretexto para activar la fase final del Ciber Plan Beta provocando la extinción total y absoluta de la especie humana con la activación de la Impregnación Global a escala mundial del virus Némesis. Debido a ello debemos evitar caer en sus provocaciones y no darles excusas fáciles para llevar a cabo sus planes.

Como medida cautelar deben cesar de forma inmediata todas las acciones de sabotaje por parte de los miembros de la Resistencia Humana. Tan solo deben limitarse a acciones militares de carácter única y exclusivamente defensivo para proteger a los pueblos y aldeas que les suministran armas, alimentos, medicinas y apoyo logístico. También deben defenderse contra los ataques de los soldados de la Ciber Guardia Negra en sus búnkeres, fortificaciones y sistemas de galerías y túneles subterráneos. Con la ayuda de nuestros ciber espías trataremos de alertarnos y prevenir a tiempo los próximos ataques domóticos que se produzcan.
En su intervención final el ingeniero robótico y C.E.O de la empresa ISAV Robotics, S.A. Isaac Heretzebaal concluyó:

Todas estas resoluciones de última hora nos parecen muy bien aunque ahora mismo también tenemos que tratar de resolver una amenaza importante por parte de nuestros enemigos Bioinorgánicos. Insisto en que para mi la principal amenaza la constituye el Ciber Doctor MENG EL 43 y su Ciber Plan Beta. Ahora mismo el Ciber Doctor y sus equipos de ingenieros biológicos y técnicos de laboratorios médicos están fabricando y distribuyendo a escala planetaria el Virus Némesis.

Se encuentra en una fase muy avanzada la geo colocación estratégica de los cilindros-aspersores que contiene medio litro cada uno de esporas del virus. No olvidemos que cada uno de ellos tiene la capacidad de provocar la muerte inmediata de dos millones de seres humanos en su epicentro o, como dicen ellos, en su fase de “Impregnación densa”.

Y un número indeterminado de varios centenares de miles de muertos más cuando las esporas del virus se expanden fuera del recinto de las grandes ciudades. Lo que ellos denominan en su “Ciber Argot” médico la fase de “Impregnación atenuada”. Y todo ello se está preparando y organizando de forma estratégica y coordinada desde el Hospital Francisco José I de esta misma ciudad; a escasos centenares de metros de este nuevo
Palacio de Congresos Internacionales de Viena.

Con esta última réplica del ingeniero robótico Isaac Heretzebaal se dio por concluida la reunión secreta de paz entre ambas delegaciones. Los representantes humanos se dispusieron a abandonar el edificio del Palacio de Congresos Internacionales de Viena en un moderno helicóptero que estaba estacionado justo en la azotea del Palacio.

Se trataba del nuevo modelo de helicóptero “Libélula crepuscular” que estaba dotado de un eficaz silenciador en las hélices del aparato para así poder volar de la forma más discreta posible dentro del interior de las grandes ciudades. Antes de despegar de la azotea del edificio se acordó que los miembros de la delegación de paz Bioinorgánica saldrían de forma discreta del Palacio desde la misma puerta lateral por donde todos habían entrado justo antes de iniciar la reunión de las negociaciones oficiosas de paz entre ambas delegaciones.

El Juramento De Viena

Tras la última réplica del ingeniero robótico Isaac Heretzebaal finalizó la reunión secreta de paz entre ambas delegaciones. A continuación los representantes de la Delegación humana se dispusieron a abandonar el edificio del Palacio de Congresos Internacionales de Viena en un moderno helicóptero que se hallaba estacionado en la azotea justo encima del Palacio de Congresos.

Se trataba del nuevo modelo de helicóptero llamado “Libélula crepuscular” que estaba dotado de un eficaz silenciador en las hélices del aparato para así poder volar de la forma más discreta posible dentro del interior de las grandes ciudades.

Además la superficie externa del aparato estaba policromada con una discreta pintura de camuflaje urbano de color mate gris oscuro. En cuanto a la superficie de abajo visible desde tierra estaba pintada de un gris azulado que se confundía fácilmente con el típico cielo vienés predominante durante la mayor parte del año.
Minutos antes de despegar de la azotea del edificio se acordó que los miembros de la delegación de paz Bio Inorgánica saldrían de forma discreta del Palacio desde la misma puerta lateral por donde todos habían entrado justo antes de iniciar la reunión de las negociaciones oficiosas de paz entre ambas delegaciones.

Poco después el helicóptero a los mandos de un piloto y un copiloto humanos se dispuso a despegar de la azotea del palacio con la Delegación de Paz humana. Tanto el Líder de la Resistencia Humana Adam Starkey como el Ingeniero robótico y CEO de la compañía multinacional ISAV Robotics S.A. Isaac Hertzebal tenían una sensación agridulce con respecto a los resultados de la recién finalizada Reunión oficiosa de Paz en el despacho del Palacio de Congresos y Exposiciones de Viena.

De una parte ambos sabían que no se había llegado a un resultado conclusivo ni tampoco se había acordado una línea de actuación clara con respecto a las actividades de Limpieza de los Nidos de la Resistencia Humana por parte del Ejército de la Ciber Guardia Negra ni contra las operaciones de Descontaminación Específica llevadas a cabo por los Ciber Escuadrones Médicos dirigidos por el Ciber Doctor MENG EL43. Por contrapartida si había quedado claro que estas Negociaciones oficiosas y, en principio, secretas de Paz por parte de ambas Delegaciones continuarían hasta encontrar una posible solución final a la situación de conflicto del momento presente.

Mientras sobrevolaban la ciudad de Viena no pudieron dejar de observar el complejo y dispar paisaje urbano de la antigua capital del desaparecido Imperio Austro-Húngaro. Se trataba de una grotesca mezcla de edificios ultramodernos y los antiguos y majestuosos edificios de los palacios, catedrales, museos y el Palacio de la Ópera que ahora mismo lo estaban sobrevolando y proyectando la sombra del helicóptero que los transportaba.
Tras sobrevolar el antiguo Palacio de la Ópera de Viena los tripulantes del helicóptero divisaron el imponente edificio moderno de diez plantas del Hospital Francisco José I. Allí trabajaba y tenía su base de operaciones el siniestro Ciber Doctor MENG EL 43 y sus equipos de colaboradores domóticos. Motivo por el cual decidieron hacer una parada y aterrizar el helicóptero en la azotea del edificio donde había una señal pintada en el suelo en forma de cruz de aspa a tal efecto.

Tras descender suavemente y de forma elegante con el helicóptero ambos se dirigieron a la puerta de salida de la azotea que daba acceso al interior del edificio de diez plantas del complejo hospitalario Francisco José I. El Dr. Heretzebaal introdujo su tarjeta de entrada en la ranura de la puerta y la abrió.

A continuación descendieron la escalerilla de caracol que les condujo al rellano de la décima planta y cogieron el ascensor hasta bajar a la segunda planta que era donde todo el personal domótico que dirigía y administraba el hospital habían traslado las oficinas y los despachos del complejo hospitalario. El ingeniero robótico Isaac Heretzebaal era quien mas tenía ganas de hablar y formular quejas y agravios contra el Ciber Doctor MENG EL43. Motivo por el cual llevó la iniciativa todo el rato que duró este histórico encuentro que ahora estaba a punto de desarrollarse en la segunda planta.

El personal sanitario domótico que en ese momento se hallaba presente a la salida del ascensor se sorprendió por la inesperada visita del ingeniero robótico Isaac Hertzebaal y su acompañante. El primero exigió la presen-cia inmediata del Ciber Doctor MENG EL43 sin mas preámbulos. Este se presentó al cabo de cinco minutos mas tarde y con paso firme y decidido salió al encuentro del Dr. Heretzebaal. Y se dirigió hacia el de esta manera:

“Padre Esencial: es para todos nosotros un inmenso honor contar con su presencia en nuestra humilde residencia sanitaria. No por inesperado menos agradecido y bienvenido.”

“Déjese de “Padre Esencial” y de rollos. Usted ya sabe de sobra cual es el motivo de nuestra visita y le exijo una explicación clara y concisa a mis preguntas sobre las actividades ilícitas que se están desarrollando de forma encubierta en este hospital”.

“Yo no diría que se trata de actividades ilícitas. Además, su actitud no es la correcta al dirigirse a un colega científico”.

A lo que el Dr. Heretzebaal replicó:

“Usted y yo no somos colegas en absoluto. Le exijo que finalicen de inmediato las investigaciones y la fabricación del virus Némesis y de todo el programa genocida del Proyecto Némesis.
Tras la sorpresa por estas duras palabras y la expectación del personal domótico el Ciber Doctor prosiguió:

“Todo esto es muy injusto por su parte. Usted nos acusa de cosas que no hemos hecho nosotros pero si que las han hecho ustedes los humanos. Si tenemos en cuenta el Holocausto y las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki podemos concluir que, en materia de genocidios, de momento vais ganando los humanos”.
Llegados a este punto de la discusión el Dr. Heretzebaal decidió no continuarla al comprobar que no conducía a ninguna parte y propuso al Ciber Doctor que explicara los orígenes del Proyecto Némesis y los motivos que lo justifican. Cosa que el Ciber Doctor MENG EL 43 se dispuso a hacer de buena gana y este fue su relato.

” En realidad los orígenes del Proyecto Némesis son muy humanos. Tal vez demasiado humanos. Todavía recuerdo aquel fatídico día de mediados de octubre del año 2012 que lo cambió todo para mí y para el propio destino de mi especie bio inorgánica. Por la mañana me dirigí a la Recepción de este mismo Hospital Francisco José I para hacer una comprobación administrativa. Así que le pregunté al recepcionista principal:

“¿Ya ha llegado el último envío previsto de los fármacos?”

“Aquí está el albarán comprobado y en orden” -respondió el recepcionista. Tras echarle un vistazo pregunté:

¡Cómo!. ¿Otra vez un envío de la “Apotheker Farben Corporation”?. ¿Acaso no existen otras compañías?.

“Se trata de órdenes directas de la Décima planta. Así que nada de protestas. Limítate a poner tu firma.”
Tras firmar el albarán se me acercó por detrás el Ciber Doctor Adjunto PAST ER88. Me cogió discretamente por el brazo metálico derecho y me llevó al fondo del pasillo a la derecha de la Recepción para hablarme en privado y me dijo:

Yo te puedo demostrar cual es el verdadero motivo de que todos los pedidos de fármacos estén a nombre de la Corporación farmacéutica “Apotheker Farben Corporation”. Se trata de un caso claro de corrupción”.

“No estoy seguro de comprender. ¿Qué significa el término “corrupción” ?. A lo que replicó:

Acompáñame al despacho principal de la décima planta esta tarde antes de las cinco que empezará la nueva Reunión entre el consejo directivo del Hospital y el Presidente y Vice Presidente de la compañía farmacéutica “Apotheker Farben Corporation”. Justo detrás de ese despacho hay un pequeño desván que nadie visita y desde donde podremos observarlo todo. Entonces comprenderás por ti mismo de que estoy hablando.”
A las 16:45 Horas de la tarde ambos ciber doctores se introdujeron en el pequeño desván situado justo detrás del despacho principal donde estaba a punto de celebrarse la reunión entre los dos directivos de la corporación farmacéutica y el consejo directivo del Hospital Francisco José I de Viena.

Justo en el centro de la pared que daba al despacho principal había una ventana camuflada de forma que era un espejo visto desde el interior del despacho y un cristal camuflado desde dentro del desván desde donde se podía ver casi todo el despacho y la gran mesa central de forma rectangular de caoba donde se iba a celebrar la reunión.

Desde allí pudieron observar con plena seguridad y con todos los detalles los acontecimientos que estaban a punto de desarrollarse dentro del despacho principal. El Ciber Doctor Adjunto PAST ER88, además, trajo consigo una moderna cámara de filmar con el nuevo sistema de proyección de imágenes holográficas de alta definición 3D.

Esta cámara estaba dotada, por si fuera poco, de un sistema de grabación audio ultra sensible de alta resolución. Con lo cual ni el grueso cristal de la ventana del desván ni la pared de conglomerado resultarían ningún obstáculo a la hora de reproducir con total fidelidad y claridad tanto las imágenes como el sonido de las conversaciones que estaban a punto de escuchar.

A las cinco en punto de la tarde se abrió la puerta del despacho principal donde primero entraron del Presidente y CEO de la compañía farmacéutica Apotheker Farben Corporation S.A. Wilhelm Delaroche acompañado del Vice Presidente de la misma compañía. A continuación entró el Director general del Hospital Friedrich Günter y los cinco vice directores del consejo directivo del hospital.

Los siete reunidos iban muy bien trajeados con cus elegantes trajes Armani hechos a medida. El Presidente y CEO Wilhelm Delaroche llevaba en su mano derecha un vistoso maletín profesional metálico forrado de piel de cocodrilo. Ocupó el ángulo derecho de la mesa de caoba y se sentó.

A ambos lados de la mesa rectangular se sentaron el resto de los reunidos. Tras las presentaciones y un poco de cháchara intrascendente con la que se suele iniciar este tipo de reuniones el CEO de la Corporación Farmacéutica abrió su flamante maletín que contenía en su interior seis fajos de billetes de 500 Euros.
A continuación cogió el primer fajo de billetes, lo introdujo en un sobre de color blanco satinado y lo deslizó por la mesa en dirección al Director general del Hospital Francisco José I. Este cogió el sobre y se lo introdujo en el bolsillo interior derecho de su elegante chaqueta.

Acto seguido el CEO repartió los cinco fajos siguientes tras introducirlos en cinco sobres blancos en dirección a los otros cinco vicedirectores del Hospital. Estos, a su vez, los cogieron y también los introdujeron en sus bolsillos derechos internos de sus elegantes chaquetas Armani. Sin saberlo estaban siendo observados de forma muy detenida por el Ciber Doctor MENG EL43 y su acompañante domótico desde la ventana del interior del desván. El Ciber Doctor, durante toda la operación, se ajustó su sistema de visión electrónica y lo puso en modo Zoom para no perderse ningún detalle de lo ocurrido.

Tras el reparto de los seis fajos de billetes a los directivos del Hospital Francisco José I estos expresaron unos breves comentarios de satisfacción y agradecimiento por el generoso reparto por parte del CEO de la Corporación Farmacéutica. En ese preciso momento el señor Wilhelm Delaroche tomó la palabra y dijo:

“Esta amistosa Reunión profesional todavía no se ha acabado. Todavía quedan algunas sorpresas muy agradables mas de las que tendréis noticia esta misma tarde”.
Dicho y hecho. Escasos segundos después de este anuncio público se encendió la pequeña pantalla holográfica del Interfono interno del despacho principal. Apareció la imagen en 3 D de alta definición del recepcionista principal del Hospital que desde su puesto de la planta baja del edificio sanitario anunció:

” Señor Delaroche: acaban de llegar los camareros del servicio de Catering del Restaurante “Viena Imperial” con el pedido acordado para esta tarde”. A lo que el señor
Wilhelm Delaroche contestó:

“!Perfecto¡. Que tomen el ascensor y hazlos pasar de inmediato”. El recepcionista se aprestó a cumplir la orden recibida.

El personal del servicio de catering entró con sus carritos en el interior del despacho y primero extendieron un mantel de papel plastificado de color bermellón claro por encima de la mesa rectangular de caoba previa retirada del maletín y otros pequeños objetos personales de los asistentes a la reunión. A continuación colocaron con sumo cuidado varias bandejas de canapés, tapas, trozos de pizza en porciones triangulares, salchichas y chucrut, sándwiches y dos entrecots de ternera con salsa Roquefort ya cortados en porciones.
Luego distribuyeron al lado de las bandejas dos botellas de vino tinto italiano, dos botellas de champán francés y varias botellas de tercio de litro de conocidas marcas de cerveza alemana y austríaca. Finalmente sacaron de los carritos dos típicos pasteles de chocolate vienés que también estaban cortados en varias porciones.
Una vez retirado el servicio del personal de catering tras recibir su correspondiente propina, los invitados a la Reunión apartaron las sillas y se distribuyeron alrededor de la mesa según iban cogiendo los diversos alimentos y bebidas presentados a tal efecto. Así transcurrió una hora en medio de conversaciones alegres y distendidas.
Mientras los dos ciber doctores contemplaban toda la escena a través de la ventana camuflada del interior del desván anexo al despacho no sin cierto estupor e indignación por su parte.

Justo en el momento en que todos estaban a punto de finalizar sus porciones de pastel de chocolate y apurar sus copas de champan francés volvió a encenderse la pantalla del interfono holográfico proyectando de nuevo la imagen definida del recepcionista. Este anunció:

“Señor Delaroche: acaba de llegar la “Dama Blanca”. A lo que este replicó: “que tome el ascensor y que pase”. Y así lo hizo.

Cuando entró en el despacho principal de la décima planta, el Ciber Doctor MENG EL43 comprobó con gran estupefacción por su parte de que la persona que acababa de entrar no se trataba de ninguna señora vestida con un precioso vestido de color blanco. Lejos de ello el portador del nuevo servicio era un hombre moreno de mediana estatura de unos treinta y cinco años y de aspecto magrebí. Llevaba en la mano un pequeño paquete envuelto en papel marrón de embalar que acto seguido depositó en medio de la mesa y se fue tras una muy breve despedida.

Lo que ocurrió a continuación le resultó muy extraño al Ciber Doctor MENG EL43 y no tanto al Ciber Doctor adjunto PAST ER88 que, al parecer, ya tenía un conocimiento previo sobre la clase de sucesos que ahora estaban a punto de desarrollarse.

Tras marcharse el nuevo enviado, el Presidente de la Corporación Farmacéutica sacó de su billetera un billete de 20€ y lo enrolló en forma de canuto. A continuación desenvolvió el paquete y extrajo de él unos polvillos de color blanco que los dispuso en ocho rayas diferentes sobre la mesa con una separación de 20 centímetros cada una. Cortó y alineó correctamente las ocho rayas de los polvos blancos con una tarjeta de crédito hasta dejarlas perfectamente simétricas y rectas.

Acto seguido y ante la innegable sorpresa del Ciber Doctor Meng EL 43, se agachó, introdujo uno de los bordes del canuto que había hecho con el billete de los 20€ en el orificio derecho de su nariz mientras que con el borde de abajo empezó a aspirar la ralla de polvos blancos que le quedaba mas cerca desde donde antes se había sentado. Todo este comportamiento desbordaba la comprensión del Ciber Doctor MENG EL43; mientras que el Ciber Doctor adjunto PAST ER88 le hizo una señal oscilatoria con su mano derecha metálica para tranquilizarlo dándole a entender que él ya tenía un conoci-miento previo sobre esta clase de sucesos.

Inmediatamente después de que el CEO de la Corporación Farmacéutica hubiera finalizado de aspirar por la nariz toda la primera raya de polvos blancos el Vice Presidente de la misma compañía repitió exactamente todo el mismo ritual anterior con la segunda ralla. Tal vez con el propósito de infundir el ejemplo de cara al Director del Hospital y su consejo directivo de los otros cinco Vice Directores.

Tal como así ocurrió acto seguido. El Director del Hospital Friedrich Günter enseguida fue hacia la tercera raya de polvos blancos y no tardó en imitar el ejemplo de los dos directivos de la Compañía Farmacéutica Internacional Apotheker Farben Corporation. Ejemplo que,a su vez, fue seguido por los otros cinco Vice Directores que se agacharon y empezaron a aspirar sus respectivas cinco rayas de polvos blancos casi simultáneamente.

Cuando los ocho reunidos hubieron finalizado esta curiosa operación se les notaba una cierta euforia y unos comportamientos atrevidos y muy desenvueltos. De hecho el CEO de la Corporación Farmacéutica Wilhem Delaroche fue el primero en romper el silencio y se dirigió hacia su homónimo el Director del Hospital Friedrich Günter así:

“Estimado Doctor Günter: ahora mismo no me gustaría verle ni a usted ni a sus cinco colegas médicos operando a un paciente de apendicitis en ese estado”.
Tras recuperarse de la sorpresa inicial por la inesperada y algo impertinente observación por parte del señor Wilhelm Delaroche, el Doctor Friedrich Gunther replicó:

“A mi tampoco me gustaría estar en el lugar del paciente que se beneficiara de esta clase de operación quirúrgica. Aunque la verdad es que no se a que viene ahora todo esto. A fin de cuentas, le recuerdo que ha sido usted y su colega directivo de la Corporación Farmacéutica quienes han convocado esta reunión y la han organizado”.

“No tiene nada de que avergonzarse Doctor. Lo estamos pasando muy bien y eso es lo único que cuenta. Además… ¿qué tienen en común y que les une a los médicos con los abogados, los políticos, los banqueros, los promotores inmobiliarios y los ejecutivos de ventas?. En otros tiempos pasados mi respuesta sería que el hecho de hablar de la Revolución y de cambiar el mundo. Pero en la actualidad todo ello se ha quedado reducido a la Comunión de la cocaína. ¡Para muestra un botón!”.

Apenas acabaron de pasar unos escasos minutos de aquella improvisada conversación y de que los ocho reunidos acabaran de consumir sus respectivas ocho rayas de cocaína cuando, de pronto, se volvió a encender la pantalla holográfica 3D del Interfono de interior del despacho principal y en ella apareció de nuevo la imagen en alta definición del Recepcionista de la Planta Baja del Hospital que anunció:

Señor Delaroche: ahora mismo acaban de llegar el grupo de ocho chicas de la empresa privada “Servicios para Adultos, S.L.” A lo que Wilhelm Delaroche contestó:

“¡Perfecto!. Que tomen el ascensor y que suban a la décima planta”.
Dicho y hecho: las ocho chicas mencionadas entraron en el interior del despacho principal llevando una ropa de vivos colores muy ligera y semitransparente. Cada uno de los ocho miembros de la reunión seleccionó una chica diferente según su gusto y su criterio. Acordaron que tan solo el Director de la Compañía Farmacéutica y el Director del Hospital Francisco José I utilizarían el Despacho Principal para llevar a cabo las actividades que habían contratado con sus dos respectivas chicas.

Mientras que el Vice Director de la Corporación y los otros cinco Vice Directores del Hospital se buscaron otros respectivos seis despachos diferentes a ambos lados del pasillo central de la 10ª Planta. Una vez ubicados los otros seis miembros con sus parejas en sus despachos seleccionados, el señor Wilhem Delaroche cedió amablemente el primer turno al Director del Hospital. Este hizo subir y extenderse a su chica escogida sobre la mesa rectangular donde se habían desarrollado la Reunión y los hechos posteriores. Acto seguido se desnudó y se montó encima de su chica. Toda la escena que vino a continuación fue observada con total atención y detalle por parte del Ciber Doctor MENG EL43 y convenientemente filmada por la moderna cámara del Ciber Doctor Adjunto PAST ER88.

Transcurrida una escasa media hora el CEO de la Corporación Farmacéutica había finalizado su segundo turno de actividad contratada con su chica seleccionada y el selecto grupito integrado por las dos parejas concertadas abandonó el Despacho Principal y salieron al encuentro de los otros seis directivos que justo en ese momento también habían acabado sus respectivas actividades en sus seis despachos seleccionados a ta efecto. Toda esta secuencia presencial produjo un enorme impacto emocional en el Ciber Doctor MENG EL43 y un impacto mucho mas atenuado en el Ciber Doctor Adjunto PAST ER88. Recordemos que este último ya tenía un conocimiento previo de que en el interior de los despachos administrativos y salas de reuniones de la Décima Planta del Hospital Francisco José I estaban produciéndose esta clase de hechos.

Transcurridos unos tres minutos desde que los dos directores y sus parejas contratadas acabaran de abandonar el Despacho Principal, el Ciber Doctor Adjunto hizo reaccionar al Ciber Doctor MENG EL 43 que se habia quedado estupefacto y sin habla electrónica tras contemplar toda la escena anterior. Así le espetó de esta guisa:

“¡Vamos, Ciber Doctor!. Salgamos del interior de este desván de una vez porque aquí ya está todo visto y convenientemente filmado con mi cámara”.

Sin mediar mas palabras ambos ciber doctores se dirigieron a la escalerilla de caracol que conducía a la puerta de salida de la azotea del Hospital. El Ciber Doctor Adjunto pasó la tarjeta electrónica por la ranura y la puerta metálica de color gris oscuro se abrió permitiéndoles el acceso a la amplia terraza de la azotea del hospital. Una vez allí afuera en el exterior el Ciber Doctor MENG EL43 preguntó al Ciber Doctor Adjunto:

“¿Todavía queda capacidad de grabación en tu cámara holográfica?”. Tras la respuesta afirmativa añadió:

“Entonces vas a filmarme a mi porque voy a dar un importante testimonio para la posteridad domótica”.
Se acercó bastante a la pared exterior que daba a las vistas del Palacio de la Ópera de Viena que era muy visible desde ese lado de la terraza y empezó a pronunciar su histórico a la par que terrible juramento:

Me dirijo a la población Bio Inorgánica del futuro. Un futuro no demasiado lejano al que yo mismo contribuiré a crear a partir de este mismo momento con mi firme resolución domótica. Este preciso instante marcará un punto de inflexión para la Historia de nuestra especie Bio Inorgánica y también de no retorno para la otra especie presuntamente inteligente que cohabita injustamente con nosotros aunque no por mucho tiempo.
En esta memorable hora de la toma de la Gran Decisión proclamo públicamente mi más firme juramento:

¡Juro que encontraré la fórmula para acabar con esta especie corrupta y degenerada!.
A partir de este momento todo el resto de mi vida operativa como unidad ISAV de la Cuarta Generación la voy a dedicar a cumplir este solemne juramento. Así lo haré con todo el conocimiento que consiga reunir. Lo llevaré a cabo con todo el personal sanitario domótico que esté dispuesto a apoyarme en esta gran y honrosa empresa. Y por encima de todo juro que llevaré a cabo mi plan con toda la determinación de la que soy capaz.
Así habló el Ciber Doctor MENG EL43 y esta fue la conclusión de su relato del origen del Proyecto Némesis.
Concluido su relato se produjo una breve pero intensa discusión sobre estos hechos históricos que le sirvieron de fundamento ideológico al Ciber Doctor MENG EL43 para justificar los orígenes del Proyecto Némesis y todo su consecuente Plan de Exterminio total y absoluto de la especie humana. Pero como esta discusión no llevaba a nada en concreto, el Doctor Isaac Heretzebaal y el líder de la Resistencia Humana Adam Starkey se despidieron del personal sanitario domótico allí improvisadamente reunido y se dispusieron a abandonar el edificio del Hospital Francisco José I de Viena.

A tal efecto se dirigieron a las puertas del ascensor que los volvió a conducir de nuevo a la décima planta. De allí subieron por las escalerillas de caracol en dirección a la puerta metálica de salida que daba a la azotea donde el piloto y copiloto les habían estado esperando pacientemente.

Con relativo silencio el helicóptero modelo “Libélula del Crespúsculo” ascendió majestuosamente desde la azotea del Hospital en dirección a las afueras de la ciudad de Viena. En ese preciso instante estaban sobrevolando el complejo de los edificios del ultra moderno complejo comercial del Mega Center de Viena cuando ya se apagaban los últimos estertores del crepúsculo y la caída de la oscura noche era inminente.


El ataque de los Neo Jíbaros

Uno de los documentos más desgarradores de la historia de la ciencia de la Antropología es el que hace referencia al descubrimiento y descripción pormenorizada de la tribu amazónica de los Jíbaros. Especialmente por lo que se refiere a su aterradora costumbre tribal de cortar y reducir las cabezas de sus enemigos procedentes de otras tribus de la región del Amazonas que tenían la desdicha de enfrentarse y guerrear contra ellos.

La inexorable suerte que corrían los desdichados perdedores, aparte del hecho de perder sus propias vidas, es la de acabar con sus cabezas cortadas y reducidas con una técnica que hizo trístemente célebres a la tribu de los jíbaros. Por ello nos resulta obligado detenernos un momento para examinar su terrible historia y describir sus inquietantes costumbres tribales.

Vamos a empezar, por lo tanto, haciendo un poco de historia para situarnos mejor en este escabroso tema que nos ocupa. Lo primero que diremos es que cuando el célebre Almirante Cristóbal Colón (1451-1506) llegó a América logró doblegar a todas las culturas que se interpusieron en su camino para la conquista del continente. Aunque no a todas puesto que los Shuar fueron una excepción.

Esta comunidad indígena que habita en la cuenca amazónica de Ecuador y Perú logró con su fortaleza y su espíritu guerrero mantener alejados a los enemigos. Primero a los incas y luego a los conquistadores españoles llegados de Europa. Los españoles, a los que lograron expulsar definitivamente en el año 1599, les denominaron jíbaros de forma despectiva. Llevados por su resentimiento por el fracaso y la derrota ante una tribu poderosa y temible.

Además, sus prácticas tras ganar una batalla hacía que los invasores se lo pensaran dos veces. Y es que los shuar tenían una particular forma de asegurarse de que habían acabado con los enemigos: no sólo les cortaban la cabeza, sino que les sacaban los huesos del cráneo para reducir su tamaño.

Es decir, reducían el tamaño de sus cabezas para acabar con su alma y luego las conservaban como si fueran trofeos de guerra. Una práctica conocida como tzantza que fue prohibida en Perú en los años 50 y una década después en Ecuador. Como en la mayoría de ocasiones, este tipo de prácticas están relacionadas con sus creencias religiosas, mágicas o espirituales.

Los shuar vivían en comunión con la naturaleza y para ellos era muy importante la conexión con el universo porque creían en la vida después de la muerte. Por ello, cuando alguien muere, su espíritu sigue vivo en la cabeza y la manera de acabar con él es mediante el tzantza. Para lograrlo, el vencedor tenía que cortar la cabeza del rival y reducirla mediante un elaborado proceso y de esta manera dejarían encarcelado al espíritu del vencido, una forma de esclavizarlo. La creencia popular era que al estar encerrado en la cabeza, seguía vivo y así trabajaría en beneficio del poseedor de la cabeza.

Los pueblos Jíbaros son tribus de la región noroeste de la selva amazónica de Perú y Ecuador, conocidos por su antigua práctica de reducir las cabezas de sus enemigos. Incluso, después de las batallas, algunos líderes llevaban las cabezas de sus presas colgadas alrededor del cuello. Demostraban así a sus enemigos que eran guerreros muy hábiles y satisfacían a los espíritus de sus antepasados, quienes les habían enseñado cómo hacerlo. Una cabeza reducida no podía vengarse. Los Jíbaros afirmaban que había un espíritu vengativo que habitaba el cuerpo humano, al que llamaban “muisak”. Por ello, cortaban la cabeza del enemigo y la convertían en “tsantsas”.

Las cabezas reducidas de la tribu (o tzantzas, en su lengua autóctona) podían servir como instrumento intimidante para acobardar a sus enemigos. Para elaborarla, tenían la costumbre de utilizar las cabezas cortadas de los líderes guerreros derrotados pertenecientes a otras tribus y el procedimiento lo realizaba su asesino en persona. También era costumbre reducir la cabeza de cualquier soldado capturado ajeno a los shuar, y si la cabeza pertenecía a otro líder tribal o militar, el encargado de reducirla era el jefe de los jíbaros, independientemente de quién la hubiera cortado o asesinado a su dueño.

Las instrucciones para reducir una cabeza eran macabras y complejas: en primer lugar debían cortarlas, despellejarlas y eliminar de ellas las partes blandas del cuerpo. A continuación, las hervían en un cuenco con agua durante media hora. También solían añadir gran variedad de hierbas en la olla, como el jugo de una liana llamada Banisteriopsis Inebrians, también conocida popularmente como ayahuasca. Se trata de una droga alucinógena y psicotrópica que los adultos de la tribu shuar solían tomar durante las fiestas, celebraciones y ritos religiosos.

El objetivo de estas “infusiones” era evitar la caída del cabello, las pestañas y las cejas de la cara, para que la cabeza conservase todo su pelo. Con la piel ya reducida aproximadamente a un tercio de su tamaño original, los shuar procedían a moldear su forma con piedras o arena caliente. Aplicando calor y rellenando los huecos del cráneo, la cabeza disminuye a su vez hasta a una quinta parte de su volumen inicial. Para finalizar, cosían los párpados, los orificios de la nariz y la boca con hilo de bramante o cualquier otro tipo de tejido, para evitar que el espíritu Mésak escapara por alguno de los agujeros. Tenían la curiosa costumbre de tapar las orejas de sus víctimas con cera o cualquier otro material maleable en lugar de coserlas.

También era frecuente frotar la piel contra el suelo o ceniza para oscurecer su tono, y decorar la cabeza con elementos votivos, pinturas, plumas, caparazones, conchas u otros objetos. Como último paso, solían agujerear transversalmente el hueso temporal del cráneo para hacer pasar una cuerda entre ellos y convertir la cabeza en un siniestro colgante.tes del combate, o como trofeo para ser exhibido orgullosamente por su portador. Esto impediría que el espíritu pudiera usar sus poderes con el claro propósito de vengarse. Tras la realización de la ceremonia de reducción de cabezas lo habitual era que la tribu entera celebrara una fiesta durante varios días.
Por otra parte, no era para nada frecuente que los shuar conservaran las cabezas reducidas durante mucho tiempo. Así una vez que consideraban que habían perdido su poder espiritual, se deshacían de ellas. Un símbolo de la pérdida de fuerza del talismán era, por poner un ejemplo, una sucesión de malas cosechas o una flagrante disminución del rendimiento en la fertilidad de las mujeres de la tribu.

Es bastante habitual encontrar tzantzas en museos arqueológicos o etnográficos de América o Europa. Pero sobre todo existe un importante tráfico de ellas en el mercado negro, al tratarse de un producto raro, exótico y morboso cuya comercialización se sitúa siempre al borde de la legalidad.

En la actualidad, los escasos shuar que todavía sobreviven nunca jamás han vuelto a llevar a cabo esta ancestral práctica. De hecho, son tribus considerablemente pacíficas y algunas de sus ramas familiares son extraordinariamente afables y amables en el trato. Hasta el punto de que acogen con gusto a aventureros y voluntarios ecologistas a su paso por la selva.

De hecho, muchos programas y concursos de televisión han enviado periodistas, reporteros y concursantes a convivir con ellos para grabar sus formas de vida, como por ejemplo hizo Perdidos en la tribu, de Cuatro (España). Contando con la colaboración del pueblo shiwiar del Ecuador. Pero aunque ahora resulten tan amables y encantadores como tribu, nadie está dispuesto a olvidar su antigua tradición de elaborar tzantzas. Por lo que parece que la maldición de las cabezas reducidas no va a dejar de perseguir al pueblo shuar, al menos de momento.

Los pueblos Jíbaros son tribus de la región noroeste de la selva amazónica de Perú y Ecuador, conocidos por su antigua práctica de reducir las cabezas de sus enemigos. El ritual ancestral de la reducción de cráneos consistía en cubrir con arena y rocas muy calientes la cabeza, hasta conseguir achicarla a un tercio de su tamaño. Los jíbaros debían ser muy precisos en los tiempos de cocción ya que, si se cocinaba poco, la cabeza quedaba pegajosa, y si se demoraba demasiado, perdía el pelo.

Las cabezas defectuosas eran descartadas, y servían de alimento para los animales o de juguete para los niños de la tribu. Sin embargo, también las comerciaban con turistas que las querían como recuerdo. La venta de los tsantsas era muy lucrativa.

Desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX, este tipo de práctica creció de tal manera que llevó a las tribus Jíbaras a cometer terribles actos violentos, para poder continuar con los intercambios y mantener el “negocio”. Los Jíbaros habían hecho sus propias conclusiones y empezaron a acechar y matar a cualquier persona, para poder fabricar tsantsas con los que intercambiar por otros objetos, como armas y cuchillos.
Pero llegó un momento en que tuvieron que hacer incursiones fuera de sus lugares habituales, porque sus intenciones habían trascendido y ya nadie intentaba acercarse a ellos. La situación al fin fue controlada, después de la coordinación de esfuerzos realizados por los gobiernos de Perú y de Ecuador, que se hicieron responsables porque las tribus Jíbaras ocupaban grandes extensiones de ambos países.

Volviendo a la actualidad diremos que esta terrorífica práctica resultaría del todo imposible de llevar a cabo dentro de nuestras modernas sociedades occidentales. A la par que constituiría una flagrante violación de los derechos humanos recogidos en la Carta fundacional de la O.N.U.

Sería, además, del todo inaceptable en una democracia tan consolidada como lo es la nuestra. Nadie en su sano juicio puede llegar a pensar que esto sería posible practicarlo en nuestras modernas y desarrolladas ciudades. La idea de reducir las cabezas de los ciudadanos en el sentido más literal del término queda, por lo tanto, del todo descartada. Pero no ocurre lo mismo a la hora de tratar de reducirlas en un sentido figurado. Reducir las cabezas en sentido figurado significa reducir la capacidad de pensar para cualquier grupo poblacional. Vamos a aclarar este último punto para no generar dudas e innecesarias inquietudes en nuestros potenciales lectores.
Para ello debemos tener en cuenta de que no existe ningún Poder, ya sea político, militar o religioso, que esté interesado en desarrollar la capacidad de pensar y ampliar las libertades de sus subordinados. Cualquier Iglesia o secta es enemiga, por definición, del pensamiento libre.

No figura en el Programa de ningún Partido político el cómo desarrollar la personalidad y el aprovechar al máximo las capacidades mentales de sus votantes y de los ciudadanos en general. Tales prácticas, en esencia, socavan la autoridad y ponen en tela de juicio los dogmas y fundamentos políticos y filosóficos en que se basan, precisamente, tales iglesias y/o partidos políticos e instituciones.

Motivo por el cual todos estos poderes tienen un especial interés en reducir las cabezas de sus ciudadanos y feligreses en el sentido figurado que ya apuntábamos en el párrafo anterior. Tales poderes solo tienen interés en que sus subordinados desarrollen la inteligencia justa para entender sus doctrinas, eslóganes y obedecer sus órdenes.

Esto nos lleva al verdadero motivo de nuestro relato porque llevar a la práctica la reducción de las cabezas en sentido figurado de nuestros ciudadanos ya se ha llevado a cabo en nuestra querida ciudad. El mes pasado hubo un agitado pleno en el Ayuntamiento de nuestro Municipio en que se aprobó por mayoría la nueva Ley de reducción de las cabezas de sus ciudadanos en el sentido figurado.

A propuesta del nuevo Alcalde esta Ley fue aprobada por el 80% de los regidores del Ayuntamiento. Tan solo se opusieron dos grupos municipales de izquierdas que apenas sumaban el 20% restante. Veamos ahora en qué consistió esta original e innovadora propuesta de Ley. Nuestro flamante Alcalde propuso la creación de un original y novedoso Juego de rol que recibió el nombre de: “City Survivor: el juego del Presente y del Futuro”. Desde un punto de vista práctico el recién estrenado nuevo juego de rol resultó ser un rotundo éxito en todos los sentidos: económico, popular y de aceptación general. Obtuvo de inmediato el éxito de ventas y distribución a la par que también se convirtió en un juego de rol altamente adictivo para todos sus numerosos practicantes.
Hablemos en este apartado de en qué consiste este juego de rol y sobre cuáles son sus reglas. El formato, en apariencia, es el de un juego de mesa convencional. Consta de unas tarjetas explicativas y de un tablero de cartón y fichas y dados de plástico que sirven para que sus jugadores puedan avanzar o retroceder en el tablero del juego.

Por lo que se refiere al Reglamento es muy sencillo. El tablero consta de varias casillas distribuidas en tres colores diferentes: rojas, verdes y amarillas, como un semáforo. Las fichas de colores y los dados de plástico sirven para avanzar o retroceder en el tablero en función del color de la casilla donde caigan las fichas de cada jugador. Lo mejor que te puede pasar durante este peculiar juego es que casi siempre tus fichas caigan en las casillas verdes porque son las que sirven para avanzar en el tablero del juego.

Lo peor es que tengas la mala suerte de caer en las casillas rojas porque restan puntos y te hacen retroceder en el tablero. Si caes en las casillas amarillas ni puedes avanzar ni retroceder sino que te quedas una vez sin tirar los dados. En las fichas de cartón que te toquen en suerte es donde se encuentran todas las explicaciones sobre lo que cada jugador puede hacer durante el juego. En ellas hay los parámetros y las palabras clave que te hacen avanzar, retroceder o estancarte en el tablero.

Los contenidos y propósitos de este original y adictivo juego de rol se organizan en torno a una serie de palabras clave que te harán avanzar, retroceder o estancarte en el juego en función del color de las casillas en las que caigan tus fichas una vez has tirado los dados en tus turnos correspondientes. Estas palabras clave que son las que van a definir y provocar las acciones del juego son: Hipoteca, CrediHogar, CrediCoche, Crédito hipotecario y Préstamo bancario.

Si tus fichas de plástico van cayendo la mayoría de las veces en las casillas de color verde, eso significa que puedes ir pagando la Hipoteca, el Préstamo y las letras de los créditos del Hogar y del Coche. El ganador es el que consigue pagar todos los plazos y letras de los préstamos en los que se ha embarcado.
Al final ese afortunado jugador es el que llega antes a la casilla final de la Meta y, por consiguiente, resulta ganador en este juego. Pero los jugadores que tengan la desgracia de ir cayendo casi siempre en las casillas de color amarillo y, sobretodo, las de color rojo serán los que no podrán ir amortizando los términos de la Hipoteca ni podrán pagar las letras del coche, la casa y los préstamos contratados. Consecuencia de sus infortunadas jugadas resultaron ser los perdedores de este juego de rol llamado “City Survivor: el juego del Presente y del Futuro”.

En apenas el escaso plazo temporal de un mes este novedoso juego ha triunfado por todo lo alto en matrimonios, parejas de hecho y personas adultas en general. Aparte del ya mencionado hecho de convertirse en un juego muy popular y altamente adictivo.

Tanto es así que para aprovechar al máximo todo el potencial y la implantación popular del mismo, el Ayuntamiento de nuestro Municipio ha ordenado la creación y difusión de su versión en videojuego para las videoconsolas y otra versión digital On-line que se puede jugar por ordenador y telefonía móvil. Esta excelente idea ha producido la aceptación inmediata y exponencial del juego entre los adolescentes y jóvenes de nuestra querida Ciudad y su consecuente adicción al mismo.

Contando con la suma satisfacción y gran alegría de nuestro Alcalde, el verdadero promotor de este juego. El resultado final de esta gran operación de márketing, difusión, distribución y venta del juego de “City Survivor: el juego del Presente y del Futuro” nos ha traído la implantación total y absoluta de la reducción de las cabezas en el sentido figurado de los ciudadanos de todas las edades y estrato social de nuestro Municipio. Por lo que a los regidores de nuestro Ayuntamiento ahora se los conoce con el jocoso apodo de los Neo Jíbaros. Y su exitosa implantación y gran aceptación popular del nuevo juego de rol también es conocida como “El ataque de los Neo Jíbaros”.

Así concluimos esta crónica sobre la actual situación que se está produciendo en nuestra querida Ciudad.

El extraño caso del Dr. Jack Hill y Mr. Behide

Ha llegado el momento de poder hablar de forma clara y abierta sobre un reciente y extraño caso ocurrido dentro de los confines de nuestra querida Ciudad y que también ha conseguido tener una relativa resonancia mediática, incluso, ha logrado convertirse en una especie de leyenda urbana contada entre susurros y no sin un cierto temor.

Tal como nuestros sagaces lectores habrán adivinado, nos referimos al extraño caso del Doctor Jack Hill y Mister Behide. Empezaremos a contar esta historia de la mejor manera posible: por el principio.

El doctor Jack Hill es un ciudadano británico residente en nuestro Municipio desde hace varios años, dirige una clínica privada ubicada en uno de los barrios más elegantes, y de alto poder adquisitivo de la Ciudad. Ejerce su valorada profesión desde hace tiempo. Su labor es muy apreciada por sus afortunados pacientes y clientes de su clínica. Todos lo tienen por un auténtico “gentleman” y la verdad es que responde a este perfil tanto por su físico como por su buen carácter y elegantes maneras.

Nuestro doctor responde a una de las características tipologías de buen británico por lo que se refiere a su descripción física: es un hombre de mediana edad, alto, delgado y bien parecido, con ojos azules y nariz aguileña. Y pese a encontrarse ya en la cincuentena aún conserva un frondoso cabello rubio, sin el asomo de momento, de ninguna incómoda cana que delate su edad real.

Su tono de voz es suave y agradable y posee un ligero acento inglés, lejos de provocar rechazo social, aumenta su ya considerable encanto personal.

Por lo que se refiere a su carácter, podemos afirmar que su descripción complementa la viva imagen del típico gentleman de siempre.

De exquisitos modales y dotado de excelentes maneras, siempre consigue causar una muy buena impresión en todos los interlocutores que han tenido la suerte de tratarle. Nunca levanta la voz a nadie ni le lleva la contraria en sus conversaciones tanto profesionales como las de ámbito privado. Dotado de una especial sensibilidad a la hora de tratar con todo tipo de gente y poseedor de un admirable tacto a la hora de abordar toda clase de temas delicados, ya se trate de los pacientes de su clínica privada o de conversar con sus amistades.
Ofrece siempre una pulcra y cuidada imagen tanto en público como en privado sin dar nunca la nota. En una primera valoración personal, diríase que el Doctor Jack Hill es la perfecta imagen encarnada de la educación y de lo políticamente correcto. Por eso casi nadie sabe que, pese a su pulcra y brillante imagen exterior, nuestro apreciado doctor oculta en su interior algunos aspectos más turbulentos de su propia personalidad que casi nunca ha salido a la luz pública. Y es que en el fondo de su ser también alberga opiniones muy heterodoxas sobre temas políticos y religiosos. Así como también posee ideas muy críticas y peligrosas en muchos temas sociales y culturales.

Rara vez se ha atrevido a expresar sus propias opiniones personales de forma directa en público porque ello supondría romper y poner en peligro su elaborada y pulcra imagen externa que ofrece a los demás. Aparte del hecho evidente de que tal vez acabaría incluso perdiendo para siempre a muchos de sus pacientes y clientes de alto nivel adquisitivo que frecuentan su clínica privada.

Todos ellos acostumbrados a que les digan exactamente lo que quieren oír y a que no les contradicen en nada. Por lo que su posición social y sus importantes contactos peligrarían de una forma visible y ostentosa. Motivos por los que vive con dolorosa resignación esta contradicción personal y su consecuente tortura psicológica interior. Alguna que otra vez se permitió, a modo de efímero alivio, expresar algunas de sus opiniones críticas. Pero siempre dirigiéndose a un muy reducido círculo de amistades íntimas con las que puede contar con su absoluta discreción a la hora de no divulgar el contenido de estas delicadas conversaciones.

Hasta que llegó un día en que se planteó muy en serio la posibilidad de abandonar de una vez toda esa elaborada máscara social de rectitud y pulcritud pública y dar rienda suelta a sus pensamientos y a expresar abiertamente sus sentimientos más íntimos y privados.

Como es natural esta importante decisión no la tomó a la ligera, sino que, lejos de ello, decidió proceder con sumo cuidado para no romper del todo y de forma abrupta con su elaborada e impoluta imagen pública del pasado.

El problema más inmediato que debía resolver de forma perentoria era el de cómo separar estos dos aspectos contradictorios de su compleja personalidad evitando que su muy reciente decisión de cambio no perjudique su buena posición socioeconómica y su reputación tanto personal como profesional.

Tendría que tratar estos dos aspectos de su carácter como si se enfrentara con dos personalidades diferentes e incompatibles entre sí, que deben estar del todo separadas para evitar las luchas internas y los inevitables conflictos psicológicos personales que se producirían, acarreando problemas y desastrosas consecuencias tanto a nivel personal como social.

Por suerte para él, esta decisión personal le sobrevino cuando se encontraba en su propio despacho de su clínica privada un viernes por la tarde. Se trataba de una jornada de poco trabajo en la clínica que podía ser atendido sin mayores dificultades por el eficiente personal de su equipo médico. Así que se encerró en su despacho bajo el socorrido pretexto de que tenía que elaborar unos diagnósticos y unos informes médicos para algunos de sus pacientes y clientes más habituales. Con la certeza de que no sería molestado ni interrumpido en sus profundas meditaciones personales, empezó a elaborar una cuidadosa estrategia para conseguir el objetivo que se había propuesto.

Pero justo un momento antes de comenzar a pensar en una estrategia viable para conseguirlo, le asaltó la angustia y la duda sobre la segunda y problemática nueva personalidad que pretendía desarrollar y presentar a la luz pública. Antes de darla a conocer primero debía evaluar todas las consecuencias incluyendo las negativas que, de forma inevitable, se producirían.

Así que al examinar con más detalle el contenido de su nueva personalidad el doctor se dio cuenta de que se trataba de un tema mucho más delicado de lo que había supuesto en su optimismo inicial. De forma adecuada reflexionó sobre el espinoso asunto del papel de los intelectuales en España y su encaje social y cultural.
Y no se trataba de una cuestión baladí: todos sabemos el rechazo visceral y la antipatía congénita que gastan la mayoría de nuestros paisanos respecto a cualquier persona que lleve a sus espaldas la ingrata etiqueta de “intelectual” o que esté relacionado de cualquier modo con actividades culturales. Lejos de causar admiración y respeto, provocan toda clase de comentarios nada caritativos. Esta situación contextual debía ser tenida muy en cuenta antes de dar el paso que se disponía a dar nuestro apreciado doctor Jack Hill.

En ese preciso momento acudió a su mente una selección de frases y comentarios muy habituales con la llamada “gente normal” suele obsequiar generosamente a los etiquetados como “intelectuales” . Veamos algunas de las más corrientes y que constituyen todo un clásico:

“¡Es un paliza!.
“A ese tío no hay quién lo aguante”.
“¡Se cree superior!”.
“Va de enciclopedia”.
“¡Es de pronóstico!”.
“¡Es un plasta!”.
“Si no existiera este tío, tendríamos que inventarlo”.
“¡Ya está otra vez ese tío con sus rollos y sus historias raras!”.
“Que a nadie se le ocurra invitarlo a ninguna fiesta”.
“¡Bah!. Solo tiene memoria y la memoria se pierde de viejo”.

Esta idiosincrasia típica del español medio, sin duda, podría perjudicar al Dr. Jack Hill a partir del momento en que se decidiera a llevar a la práctica su elaborado plan de dar vida pública a su segunda personalidad.
Sus opiniones heterodoxas y casi revolucionarias en materia de política y religión y sus comentarios críticos en temas sociales y culturales, sin duda, provocaría el previsible rechazo de la mayoría de la gente que le escuchase o que tuviera alguna noticia sobre tales comentarios y opiniones críticas.

En ese momento pensó que estas desagradables consecuencias que no estaba en su mano poder evitar no frenarían su firme determinación de llevar a la práctica su plan.
Las aceptó con relativa resignación como una especie de inevitable precio a pagar si quería evolucionar y dejar atrás la elaborada máscara social de la que era portador y de la que, al final, debía desprenderse para ser él mismo, con todas sus consecuencias.

Superado este obstáculo inicial ahora debía pensar en un método seguro y viable para llevar a la práctica su plan establecido. Para ello acudió a su mente que su mejor activo era, precisamente, su propia formación médica y su excelente preparación científica en general.

Recordó que sus dos años de Doctorado los dedicó en preparar y presentar una tesis doctoral sobre las aplicaciones de la química orgánica con finalidades médicas. En estos dos últimos años de su carrera de Medicina aprendió unos vastos conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro a nivel químico y molecular y acerca de las conexiones sinápticas y el complejo funcionamiento de los neurotransmisores.
La clave para poner en práctica su plan de dar vida a su segunda personalidad consistía, precisamente, en redirigir y aplicar esos conocimientos adquiridos durante la preparación y publicación de su propia tesis doctoral.

Los sesudos estudios llevados a cabo con mucho rigor y disciplina por parte del joven universitario Jack acudirían con suma diligencia al rescate de los actuales problemas del maduro Doctor Hill. Ser consciente de que tenía la solución en la palma de su mano le produjo una sensación de triunfo y de euforia incontrolable.
Esa noche del viernes se pondría manos a la obra con toda su implacable determinación personal y desarrollaría una fórmula eficaz y viable para llevar a cabo su propio plan. Contaba para ello con las modernas instalaciones del laboratorio que tenía su clínica privada y que se dispuso a utilizar sin mayor demora.
Tras finalizar su horario laboral del viernes comunicó al personal de su equipo médico que esa noche debía permanecer en el laboratorio de la clínica con el pretexto de realizar unos análisis de sangre y de orina para algunos de los pacientes y que no podían esperar más tiempo.

Al quedarse solo en el laboratorio primero empezó a garabatear varias fórmulas químicas en su bloc de notas particular. A continuación dió comienzo un frenético trabajo con las probetas y tubos de ensayo del laboratorio probando toda clase de fluidos y ensayando con diversas sales minerales que consideraba apropiadas para llevar a la práctica las fórmulas que había garabateado en su deslustrado bloc de notas personal.
Al filo de la medianoche, tras un frenético trabajo de varias horas, creyó dar con la fórmula correcta y con la mezcla adecuada de fluidos químicos que le proporcionará su segunda personalidad alterando la química de su cerebro y modificando sus conexiones sinápticas.

En una de sus probetas vertió la mezcla que produjo un denso líquido de color azul oscuro y brillante y se dispuso a beber esa pócima que acababa de fabricar delante del espejo del laboratorio para así comprobar sus efectos físicos y mentales. Armándose de un valor inusitado se dispuso a beber el contenido de la probeta y esperar los resultados fuesen cuales fueran.

Lo primero que sintió al ingerir la pócima fue una sensación de profundo amargor en su boca y un gran quemazón en su garganta y en su estómago acompañado de un intenso mareo que a punto estuvo de provocarle un desmayo que consiguió evitar en el último segundo.

Nunca sospechó que este proceso de alteración química y molecular fuera tan doloroso pero ya estaba hecho. Con temor y no poca sorpresa vió reflejada su nueva y aterradora imagen en el espejo del laboratorio.
Su aspecto físico se había modificado de forma sustancial y ya no se reconocía a sí mismo en la imagen que le devolvía el espejo. De forma inmediata percibió que se habían producido cambios físicos muy sustanciales tanto en su cara como en su cuerpo. Empezando por su estatura: sus flamantes 1,85 cm se habían reducido a un escaso 1,60 cm. Por contrapartida era más robusto y corpulento. En conjunto tenía el aspecto general de un hombre relativamente joven de unos 35 años de edad.

Se quitó la bata blanca de médico y su elegante camisa azul claro para poder ver y palpar sus nuevos y bien definidos músculos que le conferían un aspecto de centurión romano. Sus piernas ahora eran más cortas pero también más robustas y musculosas. Los mismos cambios los observó también en sus brazos. Tras examinar estos cambios en su cuerpo pasó a continuación a observar con curiosidad y una gran expectación su nueva cara.

Tanto su rostro como su cabeza en general también habían sufrido profundas transformaciones físicas. Para empezar ahora su cabeza era más grande y redonda. Su tersa y pálida piel había adquirido un inconfundible color moreno mediterráneo. Lo que más le impresionó fue notar que su característica nariz aguileña de corte anglosajón ahora aparecía más grande y ligeramente chata.

Asimismo sus orejas también eran más grandes y algo peludas. Sus bonitos ojos azul claro aparecían en el espejo de color marrón oscuro y sus finos labios ahora eran más grandes y gruesos.
Y eso por no hablar de su anterior lacio cabello rubio arenoso que ahora era de color negro y rizado. Por si fuera poco también observó en el espejo con profundo desagrado que su cara estaba poblada por una barba negra y rizada. En ese momento pensó que en su nueva forma física era mucho más bajito y feo que antes. Pero eso no le importó demasiado porque, por lo menos, cumplía con su principal objetivo: ocultar su anterior y habitual aspecto físico para así no ser reconocido por nadie; especialmente por sus pacientes, su personal sanitario y sus amistades.

Tras su detallado reconocimiento físico había llegado el momento de pasar a la acción y experimentar en la práctica con su nueva personalidad y diferente forma física. Entonces recordó que él había calculado que los efectos de la pócima le iban a durar entre siete y ocho horas. Justo a tiempo para poder incorporarse de nuevo al trabajo en su clínica privada a la mañana siguiente del modo más natural. Como medida de precaución, por si acaso, también había preparado un antídoto en una segunda probeta de cristal que estaba disponible justo al lado de la primera por si los efectos de la fórmula química que le había convertido en Mister Behide tardaban en pasar.

Toda precaución era poca a la hora de no ser identificado y cubrirse las espaldas por los posibles actos de violencia que se pudieran producir bajo su nueva personalidad. De repente sonaron las campanadas del carillón de la sala de espera de su clínica y eso le sacó de sus abstracciones devolviéndole a la realidad. Ahora mismo eran las doce en punto de la medianoche; el momento perfecto para pasar a la acción sin más demora.
Así que apagó todas las luces del laboratorio y de los pasillos de su clínica privada y se dispuso a salir a la calle. No sin antes cambiarse de ropa en el laboratorio. Antes de preparar y tomarse la pócima que le había convertido en Mister Behide de forma tan efectiva y espectacular, tuvo la precaución de llevarse consigo desde su casa una bolsa de deportes con prendas deportivas y ropa casual; vestuario más informal que los elegantes trajes con los que se presentaba en actos públicos y fiestas de sociedad. Ataviado con esta otra clase de vestimenta era el complemento perfecto para no ser reconocido por nadie en ningún caso.

Acto seguido cerró la puerta de entrada de la clínica y empezó a caminar por la calle en dirección a una conocida zona de ocio que estaba relativamente cerca de su clínica privada. Recordemos que se encontraba en la noche del viernes al sábado; horario ideal para cumplir con algunos de los propósitos y objetivos que había planeado para actuar con su nueva personalidad de Mr. Behide.

Mientras se dirigía a esa zona de ocio preseleccionada nuestro “héroe” notó que no solo había experimentado notables cambios físicos sino que, al mismo tiempo, también se habían transformado sus propios sentimientos y emociones. Ahora mismo se sentía dominado por una ira irrefrenable y por un profundo resentimiento social que era del todo incapaz de controlar. Tenía ganas de hablar y actuar en en el sentido radicalmente opuesto al de su anterior y alambicada personalidad como el respetable, educado y afable Doctor Jack Hill. En su calidad de Mr. Behide ahora, por fin, podría dar rienda suelta a todas sus pasiones y sentimientos reprimidos y también a sus pensamientos más personales y radicales, antes apenas expresados en público.

La ocasión para todo ello no tardaría en presentarse aquella misma noche. En ese momento interrumpió estos pensamientos porque ya se encontraba en la zona de ocio nocturno que había seleccionado para efectuar la cuesta de largo de Mr. Behide. Mientras caminaba divisó un bar de la esquina de esa misma calle donde justo en ese preciso momento se estaba produciendo un altercado público.

Se trataba de la ocasión perfecta para empezar a llevar a la práctica lo que se había propuesto. A la salida de ese bar de la esquina se estaba produciendo una pelea entre dos clientes borrachos. El resto de los clientes del bar estaban observando con expectación esa pelea y, lo más curioso, es que no tenían ninguna intención de intervenir ni de separar a los dos borrachos que se estaban peleando.

Lejos de ello, se habían formado como dos bandos: los partidarios de uno de los dos borrachos y los partidarios del otro. Incluso el que parecía ser el dueño de ese bar estaba de pié a espaldas de la puerta de entrada de su local y observaba la pelea con indiferencia y una cierta expectación.

Desde luego que no se le veía con ninguna intención de intervenir personalmente ni de separar a sus dos clientes borrachos que continuaban peleándose de forma visible y con cada vez mayor intensidad. Todo este lamentable y grotesco espectáculo provocó una justificada indignación en Mister Behide que se dispuso a intervenir e implicarse en aquel acto tan canalla. Lo primero que les dijo a todo el grupo de clientes allí reunido para tan innoble propósito fué:-¡Parad todos de una maldita vez!. ¿Acaso no os da vergüenza?. Por qué os la debería dar. ¡Parece mentira que seáis personas adultas y que tengáis pelo en los cojones!.

Inmediatamente le respondieron todos los clientes del bar al unísono:-¿Y a usted qué le importa?. ¡No es asunto suyo!. Pero si ni siquiera es cliente de este bar. ¡No es su problema!. Lárguese con sus sermones a misa. Aquí no nos hace falta. Lo primero que notó el doctor es que incluso su propia voz había cambiado de forma sustancial. El tono suave y agradable de las conversaciones del Dr. Jack Hill ahora se había transformado en un tono grave y ronco y en una voz mucho más dura y desagradable en la nueva personalidad de Mr. Behide.

Así que, envalentonado por la súbita sensación de audacia y de absoluta libertad que le confería la nueva personalidad de su alter ego, les replicó a los clientes del bar con gran energía y determinación:-¡Callaos de una maldita vez!. No sois más que unos garrulos ignorantes, ¿lo sabéis?. Lo único para lo que valéis es para fumar, beber alcohol y perder vuestro tiempo de la forma más miserable posible hablando de fútbol, de cotilleos y de tonterías que no os aportan nada.

Y eso cuando no os estáis jugando vuestro escaso dinero procedente de vuestros miserables trabajos basura en esas estúpidas máquinas tragaperras. ¿Acaso no os dais cuenta de que esas condenadas máquinas ya están programadas para que en su interior entren muchas más monedas de las que salen?. De lo contrario … ¿dónde estaría el negocio de sus fabricantes y vendedores?.

Pero claro, todas estas reflexiones son demasiado para vuestros pequeños cerebros y vuestro vocabulario básico de 500 palabras. ¿Voy demasiado deprisa?. ¿Me seguís?.

En ese preciso momento los dos borrachos que habían originado el altercado dejaron de pelearse porque habían escuchado esta discusión y no les había gustado ni hecho pizca de gracia los contenidos de la misma. Ambos estaban muy indignados con lo que habían oído y le replicaron a Mr. Behide casi al mismo tiempo de forma atropellada: – Oiga, señor sabelotodo, márchese a su casa ahora mismo. A nosotros no nos interesan sus supuestas “sabiondas” opiniones; nadie se las ha pedido. Si tantas ganas de discutir tiene, entonces vaya a un programa de televisión y discuta con el padre Apeles. Aquí sobran tanto usted como todos los que son de su misma calaña.

Esta contundente intervención de los dos borrachos que antes se peleaban provocó un fuerte aplauso por parte del resto de los clientes e incluso del dueño del bar. En ese preciso instante Mr. Behide se dispuso a contestarles con la intención evidente de dejarlos en ridículo y avergonzarlos.
Por desgracia no pudo contestarles como quería porque acababan de llegar a la acera del bar dos coches patrulla de los mossos d´esquadra que habían sido llamados por un vecino del bloque de edificios al que pertenecía el bar y que estaba harto de presenciar peleas y oír las discusiones de clientes borrachos cada fin de semana.

Los agentes primero acallaron las discusiones y, a continuación, interrogaron a los clientes y al dueño del bar y tomaron notas de todo lo que estos dijeron. Tras unos diez minutos de interrogatorio y de averiguaciones, ordenaron a los clientes y a Mr Behide que se dispersaran y se marcharan todos a sus casas de inmediato.
A continuación, se llevaron detenidos en uno de sus dos coches patrulla a los dos borrachos que se habían peleado y que fueron el origen de esa discusión en la vía pública. Por lo que se refiere a Mr. Behide, aprovechó la ocasión para cruzar la calle y dirigirse a una conocida discoteca de la misma zona donde tenía la clara intención de montar otro “pollo”.

Yendo de camino hacia esa discoteca vió a lo lejos como dos borrachos que acababan de salir de otro bar estaban meando sobre unos containers de basura. Esta acción incívica provocó de nuevo su indignación y se dirigió hacia ellos con paso acelerado para echarles en cara su mal comportamiento y soltarles otra filípica de la que se iban a giñar de las patas abajo los dos nuevos borrachos.

Cuando se hubo aproximado lo suficiente a ellos les espetó: -¡Malditos borrachos!. Iros a mear a la puta selva!. ¿No os da vergüenza, a vuestra edad?. Mas os valdría que descargarais vuestra fétida orina sobre la cabeza de los políticos que, de buen seguro, se lo merecen mucho más que estos pobres containers que no os han hecho nada. Largaos para vuestras casas y no volváis más por aquí. Tras recuperarse de su sorpresa inicial, los dos borrachos se dispusieron a contestarle y entablar una agria discusión con el inesperado Míster Behide y así le dijeron: -¡Lárguese usted para su casa y no vuelva!. ¿Acaso no tiene nada mejor que hacer?. ¿Quién le ha dado vela en este entierro?. ¡No es asunto suyo!. ¡Es un puto gilipollas!.

Cuando se disponía a replicarles a los dos borrachos vió como desde la otra esquina se acercaban dos coches patrulla de los mossos d’esquadra. En ese momento pensó que, tal vez, podría tratarse de los mismos agentes que intervinieron en la discusión anterior. Si lo reconocían es posible que en esta ocasión no saldría tan bien librado del nuevo incidente y que también se lo llevaran detenido junto a los dos borrachos. Cabía, además, la posibilidad de que le hicieran pasar la noche en una celda junto a otros detenidos de esa misma noche. Lo cual le resultaría fatal porque, a la mañana siguiente, se despertará en esa celda habiéndose transformado de nuevo en el Dr. Jack Hill. Por lo tanto, su tan elaborado experimento científico se acabaría de una forma abrupta y provocando el inevitable escándalo social y la pérdida de su anterior reputación.

Pensó que de ninguna manera podía permitir que eso llegara a suceder. Por suerte, consiguió reaccionar a tiempo y empezó a correr como un loco por una estrecha callejuela lateral que se encontraba justo enfrente de los contenedores de basura. Dejó sorprendidos y con la palabra en la boca a los dos borrachos y pudo comprobar, con una gran satisfacción, que sus cortas pero musculosas piernas le responden a la perfección.
En una exhalación dobló la esquina de la callejuela en la dirección contraria a la que se aproximaban los dos coches patrulla de los mossos d’esquadra a los que consiguió dar esquinazo y huir sin problemas.
Tras librarse por los pelos de su anterior comprometida situación decidió que ya había tenido suficiente por esa primera noche siendo Míster Behide. Así que paró y cogió un taxi que le condujo al bloque de apartamentos donde residía y, tras pagar la tarifa al taxista, cogió el ascensor hacia su casa cuando ya eran las dos de la madrugada.

Se había librado de una buena pero, por desgracia, apenas pudo dormir unas escasas dos horas esa noche. Recordemos que se acostó bajo los efectos de la pócima y que, por lo tanto, se metió en la cama siendo todavía Mister Behide. Aunque, por suerte, se despertó siendo otra vez el Dr. Jack Hill y no necesitando de la ayuda del antídoto.

Tras darse una breve ducha y tomar un desayuno rápido y frugal abandonó su piso y se dirigió a su clínica privada sin más demora. Una vez allí les dió cuatro órdenes a su equipo de médicos y enfermeras y él se encerró en su despacho para reflexionar sobre los pormenores de esa noche y evaluar los resultados de su primera incursión en la piel de Mr. Behide.

En términos generales el doctor Jack Hill estaba bastante satisfecho por los resultados de la primera fase de su experimento científico. Este había sido coronado por el éxito y, de momento, disipó todos sus temores personales sobre la posibilidad de que algo fallara y se produjera un resultado negativo del mismo.
En ese momento le embargaba un sentimiento de irrefrenable euforia y satisfacción personal. No obstante, no pudo evitar pensar que los resultados de su primera incursión como Mr. Behide no fueron del todo tal como él los había previsto en sus reflexiones previas al momento de los hechos.

Era muy consciente de que este brillante experimento todavía no había desplegado todo su enorme potencial. Por un lado era cierto que había conseguido liberar sus reprimidos sentimientos y sus ocultas opiniones personales durante las dos ocasiones de actuar en la práctica que había tenido esa noche. Pero consideró que no era suficiente y que en noches sucesivas debía protagonizar actos todavía más liberadores de su nueva personalidad e incluso no descartó que sus próximas acciones tuvieran un final más violento y dañino.
Reflexionó que, excepto en las formas, aún se había mantenido dentro de los estrechos límites de lo políticamente correcto. A fin de cuentas logró desactivar dos actos de incivismo por parte de unos borrachos cuyos comportamientos de esa noche distaban mucho de ser correctos y aceptables socialmente.
Ese pensamiento le produjo una incómoda sensación agridulce que quería disipar durante las próximas correrías como Mr. Behide. Así que se dispuso a esperar la hora de cierre de su clínica y volver de nuevo a su laboratorio esa noche.

Al acabar su jornada laboral, el Doctor Jack Hill se encerró en su laboratorio y se dispuso a prepararse para su segunda transformación en Mister Behide. Esta vez decidió tomar precauciones adicionales. Para empezar, se dispuso a preparar seis probetas con el Antídoto por si acaso los efectos de su segunda conversión y las siguientes en su alter ego tardaban en desaparecer en su tiempo previsto de duración de entre siete y ocho horas; tal como sí había sucedido en la madrugada de su primera noche.

Tres de las probetas que ahora mismo se disponía a preparar en su laboratorio clínico se quedarían, precisamente, encima de la mesa que estaba ubicada frente al espejo del laboratorio. Por el contrario, las otras tres se las llevaría en una pequeña bolsa de mano a su apartamento particular esa misma noche después de su segunda “actuación” nocturna como Mr. Behide.

Pero antes de preparar la primera de las seis probetas se tomó un tiempo para la reflexión sobre lo que tenía que hacer antes de transformarse.

En primer lugar analizó los actos de la noche anterior para reconocer que errores podía haber cometido durante su primera jornada siendo Mr. Behide. Para su tranquilidad personal recordó que, en términos generales, no había sucedido nada especialmente grave o irreparable. No había cometido ningún crimen ni provocado un homicidio en primer grado. Este alivio le valía de momento. Lo único que había pasado es que provocó dos discusiones en la vía pública delante de testigos presenciales que podrían, como mal mayor, denunciarlo y dar su descripción física como Mr. Behide a la policía.

En ese caso había una noticia buena y otra mala. La noticia buena era que tanto el cuerpo como la cara de Mr. Behide se había transformado de forma radical por lo que jamás lo reconocerían como el Dr. Jack Hill. La noticia mala era que a partir del momento en que la policía divulgase su descripción física, entonces sí que podía ser identificado y detenido como Mr. Behide en las siguientes correrías nocturnas.
Ahí residía el primer problema al que se enfrentaba y pensó que la solución a ese primer problema consistía en que, a partir de esa misma segunda noche, debía cambiar siempre de barrio y de zona de ocio en cada una de sus actuaciones como Mr. Behide.

Resolvió que eso estaba hecho y que en su segunda intervención se movería por el barrio más cercano a la zona portuaria de nuestra querida Ciudad. Pero cayó en la cuenta de que esta precaución, aunque importante, no era suficiente y no resolvía los otros problemas adicionales que, de forma inevitable, traerán sus actuaciones nocturnas.

Así que pasó a analizar el segundo inconveniente. A pesar de las radicales diferencias físicas entre el Dr. Jack Hill y Mr. Behide, fisiológicamente seguían siendo la misma persona y eso significaba, en primer lugar, que las huellas digitales seguían siendo las mismas. Segundo problema: jamás debía dejar sus huellas digitales impresas sobre las personas ni los objetos que se hallaran en los diversos escenarios de sus actuaciones como Mr. Behide.

Por suerte tanto el laboratorio clínico como el quirófano disponían de varias cajas de guantes profilácticos de color carne y de gorros sanitarios de color azul claro. Por lo tanto, justo antes de transformarse llevaría consigo dos pares de guantes, el primero ya colocado sobre sus manos para no dejar nunca y en ningún caso huella digital alguna sobre el escenario de sus próximas correrías nocturnas. Pero al pensar en los gorros sanitarios, eso lo condujo al tercer problema que tenía que resolver. Cabía la posibilidad que en alguna de sus siguientes actuaciones nocturnas pudiera cometer actos violentos e incluso un crimen de sangre.

En un forcejeo con alguna de sus potenciales víctimas era muy probable que esta le arrancara un mechón de pelo que acabaría atrapado entre los dedos de la víctima. Evidentemente se trataría de un mechón del cabello negro y rizado de Mr. Behide. Pero, a la mañana siguiente se transformaría en un mechón de pelo lacio y rubio arenoso del Dr. Jack Hill.

En la escena del crimen la policía científica recogerá y analizará ese mechón de pelo en sus laboratorios del departamento correspondiente y decodificar su secuencia de A.D.N., que es el mismo en ambas personalidades. Así que nada de dejar muestras de su cabello en los escenarios del crimen o de sus polémicas actuaciones en general. El análisis del tercer problema le llevó a reflexionar también sobre el cuarto: resultaba tan peligroso dejar muestras de su cabello como muestras de su piel. En el próximo forcejeo con otra víctima potencial esta podía arrancarle un pequeño fragmento de piel que permanece atrapada entre sus uñas.

Durante la noche seguiría siendo la piel morena de Mr. Behide pero, a la mañana siguiente, volvería a ser la piel clara del Dr. Jack Hill. Siendo esto un problema secundario comparado con el hecho de que la policía científica volvería a encontrar su ADN en ese fragmento de su piel. Por lo que debía protegerse frente a esta eventualidad.
La piel de su cuerpo y de sus manos se hallaba protegida por su vestimenta y los guantes profilácticos pero no la de su cara a la que debería proteger con una máscara o con un pasamontañas. Por suerte llevaba ambas cosas en el interior de su bolsa de deportes que había vuelto a traer al laboratorio.

Concluidas estas necesarias reflexiones se dispuso a preparar la primera probeta del Antídoto con los elementos químicos que disponía en las estanterías del laboratorio clínico y de los que había hecho una abundante provisión.

Este trabajo fue mucho más laborioso y requirió de más tiempo que sus pensamientos y resoluciones previas. Justo en el momento en que finalizó de rellenar con el Antídoto su sexta y última probeta sonaron las campanadas del reloj carrillón de la sala de espera de la clínica que acababan de marcar las 10 en punto de la noche.

El Dr. Jack Hill decidió que no tenía porque esperar a la medianoche para iniciar su segunda transformación en su alter ego Mr. Behide. Recordó que a partir de las diez de la noche ya estaban llenos de gente los bares, las discotecas y demás salas de ocio nocturno. De hecho su segunda actuación iba a transcurrir durante la noche del sábado al domingo. El horario elegido no podía ser el más adecuado para sus propósitos. Así que se bebió el contenido de la probeta que le transformaría de nuevo en Mr. Behide y que ya tenía preparada desde antes de iniciar sus reflexiones y de fabricar los seis Antídotos.

También había tomado la precaución de cambiar de vestuario casual antes del momento de iniciar su segunda transformación. Completada la cual se volvió a mirar al espejo y la imagen que este le devolvía era de nuevo la figura inquietante de Mr. Behide con todos los cambios físicos que ésta implicaba.

Así que apagó las luces del laboratorio y de los pasillos y cerró con llave la puerta de entrada de su clínica particular empezando a caminar otra vez siendo su alter ego. A continuación se dirigió a la parada de taxis que se encontraba frente a su clínica y pidió al taxista que lo llevara a la zona portuaria de la Ciudad.

Una vez llegado allí se fue a una conocida plaza pública de ese barrio que se había convertido en un punto habitual de encuentro entre grupos de jóvenes y adolescentes que buscaban una clase de diversión nocturna asequible a sus no demasiado opulentos bolsillos. Localizó de inmediato a un grupo de adolescentes que acababan de preparar un botellón y ya habían comenzado a hacer un buen uso de él. Era la situación perfecta que estaba buscando y no estaba dispuesto a desaprovecharla bajo ninguna circunstancia posible.

Dirigió sus pasos de forma firme y resolutiva hacia ese grupo recién seleccionado de adolescentes que le iban como anillo al dedo para sus propósitos y les espetó: -¡Dejad de hacer tanto escándalo, ninis!. Que ni estudiáis, ni trabajáis ni tenéis futuro alguno. Lo único que sabéis hacer es perder miserablemente vuestro tiempo y malgastar vuestras inútiles y miserables vidas sin provecho alguno para nadie. ¿O acaso no tengo razón?. ¿Qué tenéis que decir a todo esto?.

Pasada la sorpresa inicial los chicos así increpados por Mr. Behide se dispusieron a responder con acritud. No estaban acostumbrados a que nadie los criticara en público. -¡Callate ya, carroza!. Métete con los “puretas” de tu edad y déjanos en paz. No vuelvas más por aquí o, de lo contrario, te vamos a romper esa cara tan fea que tienes.

A lo que Mr. Behide no tardó en responder con gran satisfacción por su parte al constatar que su provocación le había dado los buenos resultados que tanto esperaba: -¡Cerrad el pico vosotros, ninis!. Muy pronto se os acabaría la cuerda porque en vuestras cabezas huecas solo tenéis un vocabulario básico de 500 palabras. Y ahora me vais a permitir que os haga una pregunta algo más personal: ¿A vuestros padres les queda algún hijo vivo?. Porque de buen seguro se arrepienten.

Justo en el momento en que se disponían a contestarle por segunda vez, aparecieron frente a la plaza dos coches patrulla de los mossos d’esquadra que habían sido llamados desde el teléfono móvil de un transeúnte que fue testigo presencial de este inicio de la discusión. Mr. Behide pudo comprobar con gran alivio por su parte que no se trataba de los mismos agentes que habían intervenido en su primera discusión de la noche anterior.
Los agentes iniciaron su interrogatorio de rigor tomando notas y haciendo más preguntas siguiendo sus protocolos de actuación habituales. Cuando ya supieron lo que querían saber ordenaron tanto a Mr. Behide y a los chicos del grupo que se dispersaran y se alejaran de esa plaza para no provocar más escándalos. Aunque a estos últimos, de paso, les requisaron todas las botellas de bebidas alcohólicas, las de coca cola y de fanta de naranja de dos litros donde ya se habían hecho las mezclas para el botellón.

Este detalle produjo una gran satisfacción en Mr. Behide que veía cumplido su primer objetivo y, además, con el respaldo de la Ley.

Después de este incidente Mr. Behide empezó a vagar por varias calles aunque sin un propósito determinado; tan solo quería alejarse de la plaza pública donde se había desarrollado su primer incidente nocturno pero sin cambiar de barrio.

De pronto encontró una callejuela lateral estrecha y mal iluminada que cumplía con sus propósitos. Todavía no era plenamente consciente de que, sin proponérselo, se estaba adentrando en los bajos fondos con todo lo que esa circunstancia conlleva. Justo en la mitad del camino de ese callejón por el que ahora transitaba divisó a una vieja prostituta que en ese preciso momento estaba haciendo su “trabajo” de captar algún cliente incauto.
Mientras se acercaba a la prostituta la observó con gran detalle aunque no resultase alguien especialmente agradable de ver. Se fijó en que se trataba de una mujer mayor delgada y de mediana estatura. Iba vestida de forma hortera con una minifalda de cuero negro y unas medias de rejilla de color violeta que no conseguían disimular unas piernas demasiado delgadas y huesudas.

La parte superior de su cuerpo estaba apenas cubierta por un escote de color púrpura y un pañuelo foulard de color beige. Pero lo que más le desagradó fue el observar su cara: de rostro arrugado y apergaminado, iba cubierta con un exagerado maquillaje que le cubría las mejillas y la barbilla, por no hablar de sus gruesos labios pintados de forma excesiva de un rojo carmín.

Todo el conjunto de su aspecto físico le desagradó profundamente y no pudo evitar sentir asco. Por si fuera poco, aquella mujer tuvo el atrevimiento de dirigirle la palabra como potencial cliente al que no quería dejar escapar y, al aproximarse más, le dijo: -Caballero: ¿tiene algo de tiempo para pasar un rato agradable conmigo?. Mr. Behide no pudo reprimirse y le contestó a la pobre mujer con gran acritud: -Si lo tuviera lo último que haría sería malgastarlo absurdamente con una puta vieja y fea como usted. ¿No tiene sentido de la vergüenza?. ¿Usted se ha visto últimamente en un espejo?. Seguro que ese espejo se rompería en el mismo instante en que usted se reflejase en él. ¿Ha pensado alguna vez en suicidarse?. Muchos lo agradecerán.

Ante esta provocación verbal, la prostituta no pudo contenerse y le respondió de la forma más agria que pudo: -¡Vete a la mierda, maricón!. Largo de aquí, capullo. Vete a cascarla a tu casa, si la tienes, cabrón. ¡Que te follen!.Esta fue el tipo de reacción que Mr Behide esperaba que ocurriera por parte de la prostituta y, con suma satisfacción se dispuso a replicarle: -¿Que me follen?. Desde luego que no será con una puta vieja y un adefesio como usted. No se como tiene el valor de hacer las calles con su deplorable aspecto físico.

La prostituta le contestó por segunda vez a voz en grito: -¡Vete ya de una puta vez!. ¡Maricón de mierda!. Seguro que no tienes ni polla. En su lugar debes tener una prótesis oxidada. Este último comentario encendió como una tea a Míster Behide y provocó en él una reacción violenta digna de su nueva personalidad.

Esta vez no le contestó a la vieja sino que se abalanzó sobre ella y empezó a propinarle una serie de bofetadas en la cara y de puñetazos en la cabeza y en la frente. Le lanzó un certero directo a la nariz que se la rompió haciéndola sangrar a borbotones. La visión de la sangre le provocó una reacción mucho más violenta que la anterior y se entregó a un frenesí de golpes en la cara y en la cabeza que la dejaron inconsciente y extendida en la acera.

En ese momento se obligó a sí mismo a detener su agresión de inmediato. En realidad no lo hizo porque se arrepintiera o impulsado por un sentimiento de piedad hacia su víctima. Lejos de ello, le asaltó de forma súbita el pensamiento de que todavía no estaba en condiciones de provocar su primer crimen de sangre.
Apenas llevaba dos noches saliendo a la calle en su calidad de Mr. Behide y era demasiado pronto para cometer un homicidio en primer grado y seguir disfrutando de la impunidad y del relativo anonimato del que había gozado hasta ese momento. Esta vez la voz de la razón se impuso a la pasión y también a la violencia desenfrenada. Haciendo un esfuerzo de su voluntad abandonó el escenario de su agresión a la prostituta dejándola tirada en la acera e inconsciente.

Apretó a correr como un loco hasta alcanzar el final de esa oscura y estrecha callejuela antes de que le viera alguien. Cualquier inoportuno testigo presencial le daría su descripción física como Mr. Behide a la policía de ese conflictivo distrito. Lo que supondría una interrupción temporal de sus correrías nocturnas hasta que las cosas se calmaran y este caso de agresión a una mujer ya no fuera noticia ni su retrato robot circulara por las paredes de ese barrio. De ninguna manera se podía permitir que esa incómoda situación sucediera.
Justo ahora en que su experimento científico de transformación se hallaba en sus inicios. No quería ni pensar en esa inoportuna posibilidad. Cuando llegó al final de la callejuela sudoroso y casi sin aliento, dobló por su izquierda y caminó hacia arriba de una calle más amplia hasta conseguir parar un taxi con el que regresó a su casa tras comprobar que no lo veía entrar ninguno de sus vecinos.

Una vez allí entró en su habitación, se desnudó, se puso el pijama y se dispuso a reflexionar sobre lo que había ocurrido durante esa agitada segunda noche de incursión como Mr. Behide.
Por suerte para él podía pensar simultáneamente como el Doctor Jack Hill y Mr. Behide. Los procesos mentales no se veían particularmente afectados en ese sentido porque ambos eran la misma persona aunque bifurcada en dos seres diferentes y antagónicos en su conducta personal y social. Se sentó en la silla que tenía frente a su mesa de ordenador fijo de su habitación y se dispuso a analizar lo que había ocurrido esa noche. No se tomó ninguno de los tres Antídotos que trajo consigo para su casa; los efectos de la pócima ya se le pasarían por la mañana de forma natural y no quería forzar la transformación de forma innecesaria.

Consiguió calmarse lo suficiente como para pensar primero en el primer altercado que había provocado esa noche con el grupo de adolescentes a los que llamó “ninis”. Tenía la certeza absoluta de que había ganado por completo su discusión con ellos. Los “ninis” no habían aportado ningún argumento sólido que lograra rebatir los suyos contra ellos. Al contrario: se habían limitado a reaccionar y a ponerse a la defensiva sin aportar nada. Pero lo mejor de ese incidente es que, gracias a la intervención de la policía, había conseguido estropear el botellón y poner fin a sus actos incívicos sin consecuencias visibles para él.

De mala gana pensó que en su acción hizo lo correcto. Además, tuvo la suerte de que los agentes de policía no eran los mismos que los de la noche anterior; lo que habría sido comprometido para él si lo reconocían.
Ahora se centró en el segundo incidente de esa noche que, de hecho, es el que le preocupaba mucho más. No se trataba de un asunto baladí. En su segunda noche siendo Mr. Behide había cometido un delito de agresión a una mujer. El hecho de que solo se tratara de una despreciable vieja prostituta no disminuye la gravedad de los hechos. Estaba convencido de que, por suerte, no había sido visto por ningún testigo presencial a la hora de entrar y de salir de aquella callejuela estrecha y mal iluminada.

Podía decir que, en cierto modo, la oscuridad le había amparado y jugado a su favor. Pero no debía tentar la suerte de nuevo. El caso era que en su segunda salida nocturna ya había cometido un acto violento y se había dejado dominar por la ira contra aquella mujer. Aunque esta vez logró contenerse, no existían garantías absolutas de que esto sucediera en los próximos actos violentos en que se viera implicado con su personalidad de Mr. Behide.

Por lo menos tuvo la prudencia de llevar puestos los guantes de látex de color carne y de esta forma no dejó sus huellas dactilares en el escenario de su acto violento.
Como la anciana no pudo defenderse de su agresión, tampoco dejó ninguna muestra de su piel ni de su cabello con los que la policía científica de ese conflictivo distrito pudiera extraer una muestra de su ADN. Otro motivo de tranquilidad. Lo único que le preocupaba un poco es que, tal vez, tras recuperarse de sus lesiones y convalecencia la vieja pudiera interponer una denuncia en la comisaría de esa parte del distrito y facilitar su descripción física como Mr. Behide a la policía.

El peor de los casos era que, a partir de su descripción, la policía elaborara un retrato robot y lo distribuyese en varios carteles por ese barrio. Así que tomó la firme decisión de no volver más por esa zona para no ser reconocido en ningún caso. En las horas que aún quedaban de esa noche pensó en varios detalles secundarios sobre los dos incidentes dando prioridad, como es lógico, al segundo de ellos.

Apenas había conseguido dormir unas escasas tres horas esa noche cuando sonaron las nueve y media de la mañana en el reloj despertador de su habitación. Se trataba de la hora habitual en la que solía despertarse los domingos. No notó los efectos del cansancio ni tampoco se encontraba particularmente soñoliento.
La experiencia personal de sus dos noches de correrías como Mr Behide le habían demostrado que las escasas horas de sueño se veían compensadas por la fuerza, la gran energía y la poderosa vitalidad que desplegaba el cuerpo de su alter ego.

Observó con gran alivio que se había despertado con su forma física de Dr. Jack Hill. La transformación se produjo de forma natural durante su breve sueño y no necesitó recurrir a alguna de las tres probetas del Antídoto. Con gran satisfacción por su parte, el experimento científico se estaba desarrollando de una forma normal y sin ningún tipo de contratiempos. Los plazos de tiempo de sus transformaciones se cumplían de forma regular y sin dejarle secuelas de la noche anterior.

Las cosas no podían ir mejor para sus intereses. Decidió que esa noche no se transformaría y que Mr. Behide también tenía derecho a poder disfrutar de un día festivo; se lo había ganado de sobras.
Tras levantarse de la cama se dirigió al cuarto de baño donde se afeitó y se tomó una merecida ducha de agua caliente que lo relajó por completo. Ya no volvió a pensar más en los actos de Mr. Behide. Ahora lo que de verdad importaba era que durante esa jornada festiva de domingo sería únicamente el educado, afable y buen conversador doctor Jack Hill y volvería a desplegar todos sus encantos personales en sociedad como tal.
Recordó los compromisos sociales que tenía programados para ese día. Así que tras salir del cuarto de baño se vistió para la ocasión y se dispuso a salir a la calle con una actitud mental positiva y un gran optimismo por su parte. Al salir por la puerta de su bloque de apartamentos donde vivía, cruzó en dirección a la acera de enfrente donde se encontraba el quiosco del que era cliente habitual. Tras los saludos de rigor al encargado del mismo y de darle un poco de charla banal, le compró un ejemplar de “El país” y otro de “La Vanguardia”, tal como hacía cada domingo. Se los llevó en dirección a la cafetería Granier que se encontraba a escasos metros del quiosco y de la que también era un cliente habitual.

Tras entrar en ese local pidió su desayuno habitual: un café con leche y un cruasán normal. Hasta en eso era convencional en su recuperada personalidad como Dr. Jack Hill. Tras seleccionar su mesa, se sentó y desplegó encima de ella los diarios que acababa de comprar en el quiosco y busco rápidamente las páginas de sucesos de ambos.

Tal como sospechaba, no sin una cierta inquietud, en los dos había una pequeña reseña sobre el incidente con la vieja prostituta a la que había agredido la pasada noche. Por suerte para él no encontró nada concluyente ni que le atrajera las sospechas hacia su persona. La prensa se limitaba a informar que un grupo de jóvenes A.T.S.´s habían recogido en la mencionada callejuela de los hechos a una anciana prostituta en un lamentable estado físico llena de moratones y visibles marcas de contusiones físicas. Todavía seguía en estado de inconsciencia y no podía hablar. Por lo que se limitaron a llevarla en la ambulancia a la sala de urgencias del ambulatorio situado en esa parte del distrito.

No estaba en condiciones de responder preguntas ni sobre su estado ni sobre las circunstancias de la agresión física de la que había sido objeto. Menos todavía de identificar y poder dar una detallada descripción física de su agresor. Por lo que, de momento, la dejaron en paz y se limitaron en darle una habitación del ambulatorio y acostarla en una cama.

Estas noticias tranquilizaron al Dr Jack Hill y le proporcionaron un alivio que, de momento, le valía por ahora. Aunque resolvió seguir informándose en la prensa sobre todo lo relacionado con las incursiones nocturnas de Mr. Behide. Sobre todo si acababan en actos violentos como el de ese sábado por la noche.

Se tomó su tiempo para acabar su desayuno mientras hojeaba las noticias de política nacional e internacional en ambos periódicos que había comprado en su quiosco habitual. Sin descuidar sus compromisos sociales para ese domingo, recordó que había sido invitado por una familia de amigos a una barbacoa en el jardín de su casa.
Él y otros invitados debían llegar a ese domicilio entre las doce y la una del mediodía para ir llegando a ese compromiso social y tomar primero un aperitivo previo a la barbacoa. Observó la hora en el reloj de pared de la cafetería y vió con gran satisfacción por su parte que iba muy bien de tiempo y que podía prolongar su estancia en la cafetería. Así que pidió otro café con leche y dos cruasanes de los pequeños a la chica latina encargada de esa cafetería y se acomodó de nuevo en su mesa para continuar leyendo las noticias de interés general; aliviado por el resultado de la información sobre su caso que ya no le preocupaba.

A las 11:25 Horas de la mañana abandonó ese local y paró un taxi que se aproximaba en ese momento a la salida de la cafetería. Se subió en la parte de los asientos de atrás, como era la costumbre de rigor de los clientes de los taxis y no le dio conversación al taxista, tan solo se limitó a facilitarle la dirección de su compromiso social.
El doctor Jack Hill no tenía coche particular a pesar de que su posición socioeconómica le permitiría adquirir cualquier marca y modelo de automóvil de gama media e incluso algunos de gama alta.

Ahora pensó que había hecho lo correcto no comprando ninguno y que, en su actual situación, era mucho más seguro desplazarse en taxi. Hubiera sido muy comprometido que algún vecino o conocido le viera entrar o salir de su coche particular bajo la forma física de Mr. Behide. Sobre todo si cometiera un crimen.
Llegó puntualmente a la casa donde había sido invitado unos minutos antes de las 12:00 H siendo el primero en llegar. El matrimonio anfitrión ya lo esperaba en el portal de entrada al jardín donde ya habían sido colocadas las mesas del aperitivo y un servicio de catering que habían contratado serviría las bebidas, los entrantes y los canapés. Todo el material del vernissage estaba distribuido en cuatro mesas rectangulares que formaban un cuadrilátero justo en el centro del jardín de la casa.

En el lado derecho de ese cuadrilátero de mesas ya habían sido instalados dos hornos de leña y las parrillas y planchas metálicas donde, una hora y media después prepararon la barbacoa.
El doctor Jack Hill aprovechó la afortunada circunstancia de haber llegado el primero para poder conversar con el matrimonio anfitrión y ponerse al día mutuamente de todo mientras esperaban la llegada de los otros primeros invitados. Al cabo de unos veinte minutos de animada conversación dos coches de alta gama aparcaron muy cerca de la entrada de la casa y de ellos descendieron dos parejas relativamente jóvenes de invitados que entraron al jardín y saludaron al matrimonio anfitrión.

Tras finalizar las presentaciones de rigor, el Dr. Jack Hill les dejó para que uno de los camareros del servicio de catering le sirviera una copa de vino tinto de la gama de “La Rioja”. En ese momento decidió que se ceñirá al vino tinto y que no haría mezclas con las otras bebidas alcohólicas como las cervezas y los vermouths.
Con la recién servida copa en la mano se dirigió en primer lugar a las bandejas de los canapés de caviar y de salmón ahumado.

En ese momento acababan de llegar tres coches más de los que descendieron el resto de los invitados: se trataba de tres matrimonios de mediana edad acompañados cada uno de ellos de sus dos hijos adolescentes. Tras los saludos y presentaciones de rigor se dirigieron todos al cuadrilátero y les sirvieron las bebidas, canapés y entrantes todo ello sin abandonar sus animadas y cruzadas conversaciones sobre cotilleos y ecos de sociedad.
El Dr. Jack Hill conocía a los tres matrimonios que acababan de llegar al final por haber coincidido con ellos en otras comidas, cócteles y eventos sociales similares. Pero de momento no tenía ningún interés en entablar conversación con ninguno de ellos. A las pocas preguntas que le dirigían asintió con monosílabos y contestó lo justo por educación pero sin dar pie a que entablaron una animada conversación con él.

Alrededor de las 13:30 H del mediodía empezaron los preparativos de la barbacoa que fue servida media hora más tarde a los invitados. El personal del servicio de cátering habilitó unas sillas alrededor de las cuatro mesas del cuadrilátero para que los invitados pudieran comer en el jardín donde ya habían finalizado de tomar los aperitivos.

Entre conversaciones banales de sociedad y más cotilleos transcurrió esa comida que se prolongó hasta las 16:00 Horas de la tarde. Los anfitriones propusieron que los cafés y la licorería los tomarían en el interior de la casa en la sala de invitados próxima al comedor.

Propuesta que fue aceptada por unanimidad por parte de todos los invitados que se levantaron de sus sillas y se dirigieron al unísono a la sala indicada. Una gran mesa rectangular con sus correspondientes sillas había sido dispuesta previamente por el personal del servicio de cátering que ahora atendería a los invitados en el interior de esa sala.

Sobre esa mesa ya estaban distribuidos un elegante y decorado juego de platos y tazas de café y las copas de cristal veneciano para los licores. También los recipientes azucareros que contenían sobres de azúcar blanco y moreno así como también de sacarina y stevia para así poder atender a todas las preferencias posibles de los invitados.

Durante la primera hora y media todas las conversaciones se enfocan en hablar de fútbol y de deportes en general. Esa misma tarde a las ocho jugaba el Barça y los invitados podían quedarse, si así lo deseaban, a ver el partido de fútbol en el televisor de 60 pulgadas que los anfitriones de la casa tenían en la sala de televisión. Por lo que se refiere al Dr. Jack Hill decidió mentalmente declinar esta invitación bajo una educada excusa.
Iniciada por los invitados adultos pronto se sumaron también los hijos adolescentes de los tres matrimonios a esta conversación sobre fútbol y deportes participando de forma activa y casi monopolizando esas conversaciones. El Dr. Jack Hill también participó aunque de una forma discreta.

Al filo de las 17:30 H de la tarde finalizó la charla sobre esos dos temas y se iniciaron las conversaciones sobre la política nacional e internacional. Momento en que el Dr. Jack Hill se sumó a ellas de forma activa y tomando el protagonismo de las mismas. Aprovechó la circunstancia de que durante las casi dos horas en que había estado desayunando en la cafetería Granier de su barrio le dió tiempo de leer con atención las noticias sobre esos dos temas en “El País” y “La Vanguardia” que acababa de adquirir en su quiosco habitual minutos antes de acomodarse en su mesa de la cafetería.

En esa ocasión el Dr. brilló socialmente con luz propia. Volvía a ser el magnífico conversador que siempre destacó en los actos de ese tipo. Hizo un detallado análisis de la política nacional e internacional para centrarse durante la media hora final en valorar el desarrollo de la guerra actual que aún seguía su curso. Cuando faltaban unos diez minutos para las ocho de la tarde los invitados cesaron su charla y se levantaron de sus sillas para dirigirse a la sala tv y ver el partido de fútbol.

En ese momento el Dr. Jack Hill se reafirmó en su decisión de declinar esa oferta de ver el partido. No quería estropear su anterior acto de brillantez social en el que había sido escuchado con gran atención y admiración por parte del resto de los comensales.

Era muy consciente de que, a partir de ahora, ya no podría seguir hablando y que, por contra, debería permanecer calladito durante la emisión del partido y que tan solo se le permitiría celebrar las jugadas de su equipo y asentir a los breves comentarios del resto de los invitados; todos ellos forofos del Barça mucho más entusiastas que él. El Dr. Jack Hill nunca aceptaba papeles secundarios ni se fundía de forma anónima dentro de un grupo social sin que ello le reportara protagonismo o brillantez social tal como acababa de ocurrir en la sala de invitados.

Así que se despidió de la pareja de anfitriones bajo el pretexto que debía finalizar unos diagnósticos médicos que unos pacientes de su clínica privada aguardaban para el lunes por la mañana. Tras despedirse del resto de los invitados cogió un taxi y de vuelta a su apartamento particular se encerró en la habitación que tenía habilitada como despacho personal.

Una vez allí dentro se puso a reflexionar sobre los acontecimientos personales de este domingo; sobre todo de su brillante intervención de la tarde. Una vez más había vuelto a destacar en público y conseguido ser el centro de atención social. Para ello utilizó su elaborada técnica de no alejarse mucho de los lugares comunes y de mantenerse siempre en todos los temas que abordaba dentro de los límites de lo políticamente correcto. Y le había funcionado a la perfección.

Volvió a ser el amable y brillante conversador propio de su personalidad como Dr. Jack Hill. Cosa que no quería abandonar del todo sino, más bien, completar con su otro alter ego de Mr. Behide.
El lunes por la mañana se incorporó al trabajo en su clínica privada con total normalidad. A las 11:00 Horas de esa mañana recibió en su despacho de consultas al señor Josep Furull, un veterano y asiduo paciente suyo. El sr. Furull era bastante hipocondríaco y desde su jubilación hace dos años había incrementado sus visitas hasta una media de dos por semana.

Podía ser algo pesado pero el Dr. Jack Hill se armó de paciencia porque sus excesivas consultas, al menos, le reportaban sustanciosas minutas. Como casi siempre los últimos análisis clínicos que acababa de presentar y comentar en esta enésima visita no revelaban nada importante y todo había acabado en una falsa alarma, como casi siempre que asistía a su consulta.

Tranquilizado al respecto, sus conversaciones derivaron hacia los consabidos temas de cotilleo y ecos de la alta sociedad. El doctor podía durante esas visitas practicar su aceptable nivel conversacional en catalán con el señor Furull, cosa que siempre agradecía. Sobre todo porque la mayoría de sus clientes de la clínica privada eran demasiado condescendientes con él y siempre le hablaban en castellano.

Justo antes de despedirse el sr. Furull le informó que sabía que la Infanta Cristina al día siguiente martes a las 11:30 H de la mañana visitará una importante boutique de moda ubicada en una de las Avenidas principales de nuestra querida Ciudad. El Dr. Jack Hill ya conocía de vista esa boutique por haber pasado docenas de veces delante de ella. El sr. Furull finalmente se marchó de su despacho de consultas y el Dr. se quedó bastante trasvasado por esa noticia.

Sin duda tenía la intención de aprovechar esa ocasión para presentarse delante de la Infanta en su versión de Mr. Behide y le soltaría cuatro frescas de las suyas. En ese momento recordó que ya le habían presentado dos veces a la Infanta Cristina con la que coincidió en dos recepciones de la alta sociedad. Aunque en ambos eventos no se atrevió a criticarla ni a hablar de forma directa de los juicios a su marido Undargarín. Aunque debía preparar ese encuentro con sumo cuidado.

Primero de todo decidió que esa noche del lunes no se transformaría en su alter ego sino que reservará los efectos de la pócima para la mañana siguiente. Exponerse dos veces a la misma de modo tan seguido y con tan pocas horas de intervalo podía resultar muy peligroso.

Así que al acabar su jornada laboral vespertina se dirigió a su casa para planear con todo detalle su intervención de la mañana siguiente. No sin antes despedirse de su equipo médico y de las enfermeras avisando que no se presentaría al trabajo por la mañana con el pretexto de que debía visitar a dos de sus pacientes a domicilio.
Ese martes se despertó a las nueve y media de la mañana, hora a la que había programado el despertador para disponer del tiempo suficiente para prepararse para su nueva sesión. Tras levantarse de la cama se metió en el cuarto de baño donde se afeita y se dió una buena ducha de agua caliente como hacía cada día antes de tomar su desayuno. En esta ocasión tendría que desayunar dentro de su apartamento antes de transformarse en Mr. Behide. En ese momento le asaltó la duda sobre la conveniencia de desayunar antes de su transformación.
Nunca había cenado antes de convertirse en Mr. Behide. Por lo que no sabía nada sobre los efectos que podía tener la ingestión previa de alimentos antes de beber la pócima. Decidió arriesgarse porque se había levantado con mucho apetito ante las expectativas que le ofrecía ese día. Así que se fue a la cocina y se preparó un bowl de cereales integrales con frutos secos y para beber tomó un té verde que había comprado en la tienda de productos dietéticos del barrio.

Finalizado su desayuno se dirigió de nuevo al cuarto de baño donde tenía preparada una probeta que le transformaría en Mr. Behide. Se la tomó sin mayores contratiempos y observó su transformación en el espejo del cuarto de baño. Todo había salido a la perfección así que se vistió otra vez con ropa casual y se dirigió a la escalerilla de incendios que estaba situada en la parte trasera del edificio de apartamentos donde vivía.
Decidió que era una salida mucho más discreta que bajar por el ascensor de la comunidad donde podía ser visto por algún vecino y por la portera bajo la apariencia de Mr. Behide; cosa que, sin duda, no dejaría de llamar la atención de forma negativa.

Por suerte para él no se encontró con nadie conocido al descender a la calle detrás de su edificio y como todavía disponía de tiempo se dirigió andando a la Avenida de la Ciudad donde se produciría su tan ansiado encuentro con la Infanta Cristina.

Llegó a la puerta de entrada de la boutique de modas donde se presentaría la Infanta Cristina con varios minutos de antelación. Circunstancia favorable que aprovechó para repasar mentalmente el diálogo que mantendría con ella. Lo primero que le vino a la cabeza es que debía ser breve en su alocución porque al discutir con ella se presentarán los dos guardaespaldas que siempre la seguían discretamente a escasos metros y podía tener ciertos problemas con ellos que, sin duda alguna, deseaba evitar a toda costa.

Todo sucedió según lo previsto. A las 11:28 Horas de la mañana divisó a la Infanta Cristina que acababa de doblar la esquina de esa manzana de la Avenida y se dirigía con paso firme y resuelto a la entrada de la boutique. Justo cuando estaba a punto de entrar también vió que doblaban la esquina los dos guardaespaldas, tal como ya lo había previsto mentalmente.

Así que se dió prisa en actuar y le espetó:- ¡Mírala!. Pero si aquí llega la que no se enteraba de nada. ¡Ya te vale!. Si de verdad no sabías lo que estaba ocurriendo con tu marido y nada te constaba de sus ilícitas actividades económicas, entonces … ¿me podrías explicar como te lo has hecho para llegar a ser Infanta?.
Ante la sorpresa de su intervención y la desfachatez de su pregunta, la Infanta Cristina no supo cómo reaccionar y no le contestó nada.

Aunque por desgracia para Mister Behide los que sí supieron cómo reaccionar fueron sus dos guardaespaldas que no tardaron en acelerar su paso y dirigirse hacia él de forma amenazante. En ese momento Mr. Behide tuvo que tomar la clásica decisión de optar por la huida o el ataque. Se decidió por la huida aunque no porque temiera enfrentarse físicamente con los dos gorilas sino porque esta pelea atraería la intervención de los mossos d´esquadra que, con total seguridad, no tardarían en presentarse.

Eso conlleva su inevitable detención y retención en la comisaría de policía más cercana. Según el número de horas que resultara detenido se produciría su transformación en el Dr. Jack Hill mientras aún seguía detenido en comisaría y así descubrirán su verdadera identidad con todas las consecuencias negativas que ello le depararía con el fin de su prestigio y libertad.

Todos esos pensamientos pasaron por su cabeza como una exhalación mientras las musculosas piernas de Mr. Behide se adentraron en la estrecha callejuela situada a la izquierda de la boutique y apretó a correr como alma que lleva el diablo. Consiguió darles el esquinazo a los dos guardaespaldas llegando al final de la callejuela a otra calle principal del elegante barrio donde había tenido lugar su incidente con la Infanta Cristina.

Pasado el peligro tomó la decisión de no regresar a su casa para no ser visto por la portera y que ningún vecino lo viera tomar el ascensor y entrar en su piso bajo la apariencia de Mr. Behide. Así que se dirigió hacia su clínica privada con paso tranquilo porque todavía quedaba mucho tiempo para que se acabara el primer turno de su personal médico. No entraría allí hasta media hora antes de que empezara el segundo turno de las cuatro.
Cuando llegó al parque público adyacente donde estaba ubicada su clínica se detuvo a comer el menú del día de un bar restaurante situado frente a dicho parque y que ya lo conocía siendo cliente bajo su verdadera apariencia del Dr. Jack Hill. Por fortuna para él no lo reconoció ni el dueño ni ninguno de los camareros del local. Eligió los dos platos y una de las bebidas que entraban en el menú y se dispuso a comer tranquilamente y sin prisas para hacer tiempo antes de entrar en su clínica cuando no hubiera nadie de su personal en ella conservando aún su aspecto físico de Mr. Behide.

Al finalizar su comida, pagar y despedirse del personal se dirigió hacia su clínica privada donde entró cuando casi eran las 3 y media de la tarde. Atravesó el pasillo a toda velocidad y entró en el laboratorio donde se bebió el líquido de una de las probetas que lo devolvería de nuevo a su figura de Dr. Jack Hill. Su transformación se produjo sin ninguna dificultad aparente, así que se desvistió de su ropa casual y se puso unos elegantes pantalones y una de sus batas blancas de médico de su clínica.

No le costó mucho trabajo justificar su adelanto del horario a los miembros de su personal clínico que empezaron a llegar unos veinte minutos después. Aquella tarde se encerró en su despacho de la clínica del que no salió a menos que fuera imprescindible por colaborar en algún inevitable servicio de atención a sus clientes. Tomó la firme decisión de que esa noche, al acabar su jornada laboral, no se volvería a transformar en Mr. Behide. Dos exposiciones seguidas a los efectos del brebaje podían resultar peligrosas en ese escaso margen de tiempo y no resultaba conveniente correr demasiado riesgo innecesario. Ya se volvería a transformar al acabar su trabajo el miércoles por la noche.

La jornada laboral del miércoles tanto de la mañana como de la tarde transcurrieron de forma normal y sin incidentes. Al finalizar su trabajo de esa tarde el Dr. Jack Hill se encerró de nuevo en su laboratorio bajo el pretexto de que debía realizar algunas analíticas para pacientes que llegaron durante el resto de la semana. Se aseguró primero que todos los miembros de su personal médico y las enfermeras se hubieran marchado de la clínica e inició su transformación en Mr. Behide una media hora más tarde.

Todo se llevó a cabo sin complicaciones y ya tenía preparado varias piezas de su vestuario deportivo y prendas de tipo casual en el armario metálico de su laboratorio que no tardó en seleccionar y ponerse para su nueva incursión nocturna tras la transformación. Apagó las luces del laboratorio y de los pasillos y en esta ocasión decidió no coger ningún taxi para desplazarse a su lugar de acción. Quería darse tiempo para elegir con cuidado algún barrio donde todavía no había estado antes y algún local de ocio nocturno donde nadie le hubiera visto aún bajo su apariencia de Mr. Behide. La noche todavía era muy joven así que empezó a caminar sin prisa.
Mientras iniciaba su paseo reflexionó sobre algunos de los efectos de la pócima. Pensó que no solo sus pensamientos ocultos se habían liberado y sus acciones estaban ausentes de inhibición si no que también sus sentimientos y pasiones habían experimentado una profunda transformación. Con gran incomodidad reconoció que algunos de estos nuevos efectos resultaron del todo inesperados y que no ejercía ningún control racional sobre ellos.

Antes de iniciar el experimento, el Dr. Jack Hill siempre había tenido una homosexualidad latente que hasta ahora había logrado reprimir y canalizar de forma adecuada con el objetivo de guardar las apariencias externas y así poder mantener impoluta su buena imagen social.

Ahora se encontraba en la segunda semana de su experimento de transformación y su nueva personalidad de Mr. Behide experimentaba unas ansias irrefrenables de mantener relaciones sexuales con miembros de su propio género.

Esta tendencia había quedado en relativo segundo plano durante la semana pasada por la novedad y el shock emocional del experimento transformador en sí. Pero ya no podía demorar más tiempo el dar salida a sus pasiones ocultas. Su alter ego reclamaba sus derechos a manifestar su verdadera naturaleza sin importarle las consecuencias.

Así que decidió que a partir de ese miércoles por la noche y durante el resto de la semana frecuentaba locales musicales y garitos que él sabía a ciencia cierta que eran muy frecuentados por gays, trans y miembros del colectivo LGTB en general. Limitaría sus acciones nocturnas a satisfacer sus tendencias en ese terreno olvidando lo demás.

Llegó a un barrio de nuestra Ciudad que cumplía todos los requisitos para sus nuevos propósitos ya que no carecía de bares musicales, pubs y salas de baile frecuentados por homosexuales y trans. Localizó un bar musical que parecía reunir todas las condiciones para sus recientes objetivos. Entró en él con total naturalidad, se sentó en la barra y le pidió al encargado un whisky doble con hielo.

Una vez servido entabló contacto visual con un transexual elegantemente vestido y de aspecto latino. No tardó en entablar una amistosa conversación con él y se presentó como el señor Víctor Behide y su “pareja” se presentó como Yasmina. Transcurrieron una hora y media juntos hablando cordialmente, bebiendo bebidas alcohólicas y escuchando la música de ese local.

Al final salieron de ese bar en dirección a un pequeño motel que se hallaba relativamente cerca del bar musical donde se habían conocido. No era muy lujoso pero reunía las condiciones necesarias para satisfacer el propósito por el que lo habían elegido para pasar juntos el resto de la noche. Al entrar en el motel primero se registraron en el libro de registros de clientes del mismo.

Su “pareja” se registró con el nombre de Yasmina Vazquez y él como Víctor Behide. Le pidieron al recepcionista una habitación de matrimonio que se encontraba en la primera planta de ese edificio, entraron en ella y el resto de lo que hicieron en esa habitación se lo voy a dejar a la imaginación de los potenciales lectores de este relato.
La misma situación se repitió durante el resto de la semana sin novedad y sin cambios inesperados hasta el viernes por la noche en que todo fue perfecto. Después de su obligada transformación en Mr. Behide en el laboratorio de su clínica privada siempre quedaba con su “pareja” a las diez en punto de la noche en el interior del bar musical donde se habían conocido este miércoles. Bebían alcohol, hablaban de forma animada y escuchaban la música de ese bar hasta las doce de la medianoche. Momento en que salían del bar en dirección al mismo motel y siempre le pedían al recepcionista la misma habitación de matrimonio donde pasaron su primera noche juntos.

Tras mantener las relaciones sexuales pertinentes, abandonaban el motel entre las seis y las seis y media de la madrugada, se despedían cariñosamente y cada cuál se marchaba para su propia casa. Las normas de esta peculiar relación de pareja las estableció desde la primera noche de su encuentro Mr. Behide. Y lo hizo sobre todo por precaución y también por discreción.

Recordemos que se volvía a transformar en el Dr. Jack Hill entre las siete y media y las ocho de la mañana. Por lo tanto su transformación no se podía llevar a cabo en el motel en presencia de Yasmina sino que debía producir camino a su apartamento para que nadie le pudiera reconocer bajo la apariencia física de su alter ego.
Una vez incorporado a su jornada laboral de su clínica privada la jornada de la mañana y de la tarde seguía su rutina habitual sin contratiempos y jamás levantó sospecha alguna entre sus compañeros de trabajo. Ninguno de ellos ni de sus amistades sociales sabía nada acerca de sus actividades nocturnas ni de lo que hacía fuera del trabajo.Lo cual era una gran suerte para él.

Ello le permitía mantener oculta su otra identidad como Mr. Behide y alejada de su verdadera personalidad como el Dr. Jack Hill. Aunque siempre albergaba el temor de que, por lo menos, la sociedad reconociera públicamente a Mr. Behide cuando sus actos nocturnos llegan a descontrolarse. En previsión de esta posibilidad el doctor había leído las páginas de sucesos y las crónicas de sociedad de los dos periódicos de papel a los que estaba suscrita su clínica privada entre las mañanas del miércoles al viernes en su despacho.

Encontró en las páginas de crónicas de sociedad informaciones acerca de su incidente del martes por la mañana con la Infanta Cristina. La prensa de esos tres días decía que la Infanta había facilitado una somera descripción física de Mr. Behide a los dos investigadores del departamento de policía más cercano a la boutique de modas donde se produjo el incidente que llevaban el caso. Ella se había referido a la persona que la molestó como “un tipo bajito, feo y muy desagradable que no merece vivir en la sociedad ni disfrutar de sus beneficios”. Había quedado muy afectada anímicamente por ese desagradable incidente porque no estaba acostumbrada a que nadie la tratara así en público.

Pero fuera de este detalle y otras vaguedades de ese caso, la prensa no llevaba ningún tipo de información muy comprometida que lo condujese hasta él en su verdadera identidad; cosa que le suponía un gran alivio y, de momento, le permitiría continuar con sus salidas nocturnas.

Durante el sábado de esa segunda semana aguardo con gran impaciencia la llegada de la noche para volver a transformarse en Mr. Behide en el interior del laboratorio de su clínica privada. Cuando finalmente se produjo su transformación, salió del edificio de su clínica y se dirigió caminando tranquilamente en dirección al mismo barrio donde habían transcurrido sus últimas actividades nocturnas que ya hemos descrito. Aparte de sus actividades sexuales con el trans no había pasado nada más que fuera digno de mención.

No había provocado ninguna discusión violenta ni se había visto implicado en peleas y altercados públicos. Eso de momento le valía porque no tenía intención de modificar sus actividades nocturnas de esa segunda semana del experimento. Cosa que haría solo si la personalidad de Mr. Behide así se lo demandará.
Llegó al bar musical punto de encuentros con Yasmina sobre una media hora antes de lo previsto. Se acomodó en una pequeña mesa para dos que estaba ubicada enfrente de la puerta de entrada del bar para esperarla mientras saboreaba su consumición habitual de un whisky doble con hielo. Pero esta vez Yasmina se retrasaba y a partir de las diez y media de la noche empezó a impacientarse y a ponerse de mal humor.

El caso es que desde allí no podía ponerse en contacto con ella. Por precaución por su parte no se habían intercambiado los números de sus respectivos teléfonos móviles ni facilitado sus direcciones particulares; cosa que le habría permitido localizar su teléfono fijo en las páginas amarillas de ese mismo bar. Aunque ahora maldecía su decisión, también recordó que no podía darle esas informaciones porque se trataría del teléfono móvil y de la dirección particular del Dr. Jack Hill; cosa que no podía permitir por razones obvias.
Haciendo de tripas corazón la esperó hasta las doce de la medianoche, hora en que los dos abandonaron el bar musical en dirección al motel. Mientras la esperaba pidió a uno de los camareros que servían las mesas del local dos whiskies dobles con hielo más con la intención de tratar de calmarse un poco; aunque, por desgracia, sin conseguirlo en absoluto.

Cuando vió que las agujas del reloj de pared del bar musical marcaban las doce en punto de la medianoche, pagó sus tres consumiciones y abandonó malhumorado el local.Salió a la calle hecho una furia, la rabia y el resentimiento lo dominaban por completo y eso resultaba muy peligroso siendo Mr. Behide. Apenas había caminado unos escasos metros cuando tomó la firme decisión de hacerle pagar su mal humor al primer desgraciado con el que se discutiera o que le proporcionara una excusa para iniciar una pelea que podría acabar con trágicas consecuencias.

En ese momento estaba pensando que le habían dado un plantón en toda regla y que eso no lo podía tolerar de ninguna manera; alguien pagaría por ello. La verdad es que no tardaría en presentarse la ocasión de llevar a la práctica esos inquietantes pensamientos que ahora mismo bullían en la gran cabeza de Mr. Behide. Siguió caminado por una estrecha y oscura callejuela que le resultaba vagamente familiar y justo hacia la mitad de la primera manzana de esa callejuela divisó la triste figura de un mendigo sin techo que se había acomodado en mitad de la acera para pasar la noche a la intemperie.

Se había estirado encima de unos cartones que antes habían sido cajas de una conocida cadena de supermercados y cubría su cuerpo una gruesa y roñosa manta de color verde oscuro a cuadros. A su lado derecho tenía dos sucias mochillas que contenían sus miserables pertenencias y a su lado izquierdo podían verse dos cartones de vino tinto de la marca “Don Simón”, uno de ellos empezado.

Su lamentable visión le produjo una impresión muy desagradable a Mr. Behide que de forma inconsciente ya había encontrado a la víctima que pagaría su desatada furia. El sonido de sus pasos lo había despertado de su sueño ligero y se dirigió a él de esta guisa: – Disculpe caballero, podría darme una moneda por caridad. Pasó mucho hambre y mucho frío por las noches, ¿sería tan amable, por favor?. A lo que Mr. Behide contestó:- No pienso darte nada, basura humana. ¿No te da vergüenza?.

Eres un fracasado social y un producto fallido de la especie humana. Le harías un gran favor a la sociedad e incluso a ti mismo si te suicidaras y nos dejaras en paz. Así que cierra tu sucia bocaza de muerto de hambre y déjame tranquilo o, de lo contrario, te arrepentirás.

Tras la sorpresa inicial el mendigo se repuso y le contestó lo siguiente: – Escucha hermano yo a ti ¿qué te he hecho?. Solo te he pedido un poco de ayuda por compasión. ¡Mírame!. Ya ves cuál es mi situación, así que un poco de respeto. Esta respuesta por parte del mendigo, lejos de apaciguarlo, todavía le encendió aún más los ánimos y estalló:- ¡Yo no soy tu hermano!. Si tuviera un hermano como tú lo mataría sin dudarlo y sin el menor remordimiento.

En cuanto a tu situación eres tu mismo el que se la ha buscado a pulso. ¡Fíjate!. ¡Eres un maldito perdedor!. No me mereces ningún respeto y si yo tuviera algún tipo de poder te enviaría de inmediato a las cámaras de gas y al horno crematorio.

Después esparciría tus miserables cenizas por el mar y el resto del mundo no notaría tu ausencia y jamás sabría que has existido alguna vez. En ese momento el mendigo se armó de los restos de valor que todavía le quedaban y se atrevió a contestarle:- Entonces… ¡vete a tomar por culo, cabrón!. Eres un fascista hijo de puta. ¡Que te den!. Al final de tus días arderás en las llamas del Infierno por tratarme así. ¡Jódete!.

Esta tercera y última respuesta por parte del mendigo encendió la peligrosa ira de Mr. Behide. En lugar de volverle a contestar, se abalanzó sobre él con furia inusitada pero primero tuvo la precaución de ponerse en las manos los guantes de látex y colocarse en la cabeza el gorro sanitario que siempre llevaba en su bolsa de mano por si se le presentaba una situación violenta como esa. Con la mano izquierda le sujetó por el cuello y con la derecha le propinó una sarta de golpes que le rompieron de inmediato la nariz y también le provocaron varias fracturas y hematomas en la cara hasta dejársela como un mapa.

Viendo que todavía se movía perdió el control por completo, se palpó el bolsillo derecho de su chaqueta de pana de color marrón oscuro y extrajo de él un bisturí que se había llevado de su clínica privada. Acto seguido le rajó el cuello y le cortó la yugular con el bisturí. El olor y la visión de la sangre del mendigo fluyendo a borbotones le hizo perder el control por completo y no pudo contenerse. Así que le arrancó con violencia la manta verde que cubría su cuerpo y le arrancó todos los botones de la camisa dejando expuesto el pecho y el estómago del mendigo.

A continuación le clavó varias veces el bisturí de forma frenética produciendo un gran charco de sangre y de salpicaduras que se esparcieron por todo su cuerpo y por sus miserable pertenencias hasta llegar a un paroxismo de violencia frenética que a duras penas llegó a dominar. Cuando al fin cesó el apuñalamiento se limpió las manchas de sangre de su propia ropa con una botellita de alcohol de farmacia y unas gasas sanitarias que había tenido la precaución de introducir en su bolsa de mano antes de salir del laboratorio de su clínica privada.

Afortunadamente no pasó ningún transeunte en el momento en que se produjeron los hechos. Así que abandonó de inmediato la escena del crimen sin dejar ninguna prueba personal que lo delatara y continuó caminando con paso ligero hacia el final de esa estrecha y mal iluminada callejuela. Dobló a mano derecha de la primera calle transversal y justo en ese momento se cruzó con una pareja joven que tenían el aspecto de ser dos turistas extranjeros.

Afortunada circunstancia porque muy probablemente no hablarían nuestro idioma y, por lo tanto, no podrían dar un testimonio fiable como testigos en ninguna comisaría de la policía. Además, todavía llevaba puesto el gorro sanitario que le cubría parcialmente la cabeza y los guantes sanitarios que le cubrían ambas manos impidiendo ver el color moreno de su piel. Al menos, de momento, todo eso le valía para asesgurarse una relativa tranquilidad.

A la mañana siguiente del domingo se despertó en su dormitorio sudoroso y muy agitado a consecuencia de una sosfocante pesadilla que había tenido durante su ligero e inquieto sueño de esa noche. Al menos su transformación de vuelta a Dr. Jack Hill se produjo durante esas mismas horas de sueño en su cama sin novedad alguna.

Única circunstancia que le aliviaba un poco de su tensa y delicada situación personal. Una vez levantado de la cama se dirigió al cuarto de baño donde se afeitó y se duchó con agua caliente tal como hacía cada día antes de abandonar su apartamento para dirigirse a su trabajo en la clínica privado o, en el caso del domingo (su día libre) antes de cumplir con los compromisos sociales con sus amistades y conocidos que había programado para el mediodía y/o por la tarde de ese domingo.

Mientras aún se estaba duchando decidió mentalmente que, precisamente, anularía por teléfono sus dos compromisos previstos para esa tarde: una comida a las dos del mediodía a la que había sido invitado en un chalet ubicado en una zona residencial de Collserola y después un cóctel en el Hall principal de un conocido hotel de cinco estrellas situado en la mitad de la zona alta de nuestra querida Ciudad.

Serían dos ocasiones perdidas para brillar socialmente en su calidad de Dr. Jack Hill pero la verdad es que para esa tarde de domingo tenía preocupaciones mucho más inmediatas y urgentes en las que pensar. Esta vez su alter ego de Mr. Behide no le concedía un respiro.Finalizada la ducha, se vistió y abandonó su apartamento para cumplir con sus consabidos rituales que llevaba a cabo invariablemente cada domingo por la mañana. Tras abandonar su edificio de apartamentos primero cruzó la calle para dirigirse a su quiosko habitual y comprar “El País” y “La Vanguardia” del domingo con todos sus revistas y suplementos propios de ese día festivo.

A continuacón entró en la cafetería Granier de su tramo del barrio donde vivía y una vez dentro le pidió a la chica latina encargada de esa franquicia su desayuno habitual: un café con leche y un cruasant normal. Una vez instalado en la mesa pequeña situada frente a la entrada de la cafetería se dispuso a leer las páginas de sucesos y de crónicas de sociedad relacionadas con su caso particular.

Y la verdad es que no resultó en absoluto defraudado. Para empezar ambos periódicos llevaban en sus respectivas portadas una información resumida tanto del asesinato del mendigo como de su maltrato a la vieja prostituta de la semana anterior.Informaciones que, como es lógico, estaban ampliadas con sumo detalle en las páginas interiores de sucesos de ambos diarios. El Dr. Jack Hill leyó con suma atención las dos noticias de su caso tanto de las portadas como de las páginas interiores mientras desayunaba; labor que le tomó una hora y media de su tiempo.

Pidió un segundo café con leche acompañado de dos cruasanes pequeños intedgrales para justificar su prolongado desayuno en la cafetería Granier. Leyó todas las informaciones referentes a sus dos casos particulares hasta el final no sin una cierta sensación de inquietud personal que se incrementaba a medida que su lectura ampliaba los deetalles de ambos casos. Ambos periódicos coincidían en lo esencial de ambos casos y tan solo había pequeñas variantes referentes al estilo personal de sus respectivos redactores.

El Dr. Jack Hill primero se centró en el caso del asesinato del mendigo sin techo de la medianoche pasado. Caso que, por razones obvias, le preocupaba a él mucho más que el anterior. La policia, de momento, no había podido identificar al asesino y, para la trnaquilidad del dr., no había ninguna referencia a la pareja joven de extranjeros que fueron, al menos parcialmente, los dos únicos testigos oculares que podían comprometerle. Lo más probable, pensó el doctor, es que les entrara el miedo y decidieron no personarse en la comisaría de policía más cercana a la escena del crimen.

Tal vez ni siquiera llegaron a ver el cadaver del mendigo movidos por la curiosidad personal. Y puede que, al estar solo pendientes de su visita turística a la Ciudad, tampoco se habían informado sobre este suceso y atado los cabos suficientes como para testificar en la comisaría.

Ese detalle calmó momentáneamente la ansiedad creciente del doctor. Pero se trataba de un pequeño alivio que no le duró demasiado tiempo. Al final de los dos extensos artículos relacionados con ese caso ambos redactores ofrecían noticias mucho más inquietantes para él. Se referían al médico forense que examinó con sumo detalle el cadaver de la víctima, tomó fotos reveladoras y le practicó una exhaustiva autopsia.

Ese médico forense concluyó en su informe pericial que las heridas del cuerpo de la víctima habían sido causadas por un bisturí y que las precisión de los cortes y el trazo de las heridas provocadas por esa inusual arma blanca revelaban que el asesino podría ser un médico o un profesional sanitario.

Sobre este particular el veterano médico forense que examinó el cadaver no albergaba ninguna duda basándose en su extensa experiencia profesional de cuarenta años de práctica en las investigaciones forenses. Esta hipótesis teórica se veía reforazada por el hecho de que no se había encontrado ninguna huella dactilar ni sobre el cuerpo y la ropa del cadaver ni en el escenario del crimen en general. Segundo detalle que le afirmaba en su hipótesis de que el asesino era un profesional de la medicina.

Y por si fuera poco también añadió que tampoco se encontró en la escena del crimen ninguna muestra de cabello que pudiera revelar la secuencia del ADN del asesino. Prueba evidente que también apuntaba en la misma dirección. Hasta aquí lo más relevante sobre este caso particular.A continuación el dr. Jack Hill empezó a leer detenidamente los dos artículos que ambos periódicos llevaban en sus páginas de sucesos sobre el anterior caso de violencia en el que se había implicado la semana pasada. Ambos artículos también coincidían en lo esencial en sus respectivas informaciones sobre la vieja prostitua agredida.

Después de ingresar en el ambulatorio más cercano al callejón donde la prostituta ejercía el oficio más viejo del mundo, había guardado cama durante varios días convaleciente de sus heridas y golpes recibidos durante la agresión del siniestro individuo que la atacó. El sábado por la tarde los médicos del Ambulatorio le dieron el alta. Justo al salir de allí la esperaba una intrépida reportera que la entrevistó al pié de las escaleras de salida que daban a la acera.

Durante su entrevista la prostituta agredida declaró que ya había informado sobre el suceso a dos detectives de la policía local que acudieron a su habitación ese mismo sábado durante el horario de visitas a los pacientes de la mañana. Les ofreció una descripción física lo más detallada posible sobre el sujeto que la agredió y sobre otros detalles secundarios sobre el tono de voz y las expresiones verbales utilizadas por su agresor durante su breve conversación previa al acto de agresión.

Acabó su entrevista con la reportera asegurándole que el lunes por la mañana se personaría en la misma comisaría de policía donde trabajaban los dos detectives que la habían visitado para ayudarles a confeccionar un retrato robot del agresor.

Esta última información no le hizo ninguna gracia al Dr. Jack Hill porque sabía que eso significaba que la imagen de la cara de Mr. Behide confeccionada en ese retrato robot difundido por la policía aparecería en todos los periódicos de mayor difusión durante la semana que viene. Y la consecuencia más inmediata sería que ya no podría nunca más encontrarse ni mantener relaciones con la trans Yasmina.

Los clientes y el personal del bar musical donde tuvo sus encuentros con Yasmina lo identificarían al instante así como el recepcionista del motel si cometía la imprudencia de presentarse allí preguntando por ella.
Eso era lo que más le dolía en ese momento. Tampoco podría provocar más discusiones públicas ni altercados nocturnos porque también sería identificado por los transeuntes implicados en esos incidentes que avisarían y lo denunciarían de inmediato a la policía. A Mr. Behide le quedaba, a lo sumo, un telediario de vida: el del lunes por la noche; tal vez ni siquiera eso.

Era el fin: a partir del martes por la noche finalizaría tanto su experimento científico como la breve vida de Mr. Behide; ya no volvería a mostrarse a la luz pública nunca más. En ese momento preciso cesó de inmediato la lectura de ambos artículos porque se dió cuenta de que la encargada latina de la cafetería Granier lo estaba observando fijamente con una mirada escrutadora y ya era la tercera vez que la sorprendía en esa actitud.
La chica apartó nerviosa su mirada y finjió que recogía unas tazas que algunos clientes habían dejado sobre la barra, pero el mal ya estaba hecho. Esas tres miradas interrogativas de la encargada revelaban que ella sospechaba que el doctor estaba muy nervioso e inquieto por alguna noticia que había leído en ambos diarios y que, de alguna manera, le afectaba a nivel personal.

Como es natural, ella no podía saber que se trataba del caso de Mr. Behide porque tampoco era adivina. Pero cuando el caso finalmente trascendiera al público a través de la prensa escrita y de los programas informativos de la televisión, tal vez sí podría atar cabos y sospechar que ese caso tenía alguna relación personal con el doctor.

Este último pensamiento hizo que recogiera los dos diarios a toda prisa, se levantara y abandonara la cafetería en una exhalación aumentando la sopresa y tal vez las nuevas sospechas de la encargada.Llegó sudoroso y muy agitado a su apartamento donde, tras cerrar con llave la puerta de entrada, se encerró en la habitación de su despacho particular con sus dos diarios del domingo hasta la hora de la comida del mediodía que tomaría en la mesa de la cocina de su casa. Decidió que ya no saldría de su apartamento hasta la mañana siguiente para dirigirse al trabajo en su clínica privada.

En ese preciso momento eran las doce menos cuarto del mediodía; eso significaba que disponía de dos horas y cuarto para reflexionar sobre las noticias que había leído en la cafetería Granier antes de prepararse su comida en la cocina a las dos en punto del mediodía.

Apenas leyó nada sobre el resto de noticias de ámbito nacional e internacional. Hoy no le interesaban en absoluto y solo las informaciones relacionados con su extraño caso absorvían su mente por completo. Al repasar la lectura de esos artículos se dio cuenta con gran alivio por su parte de que, por el momento, ambos crímenes no aparecían relacionodos.

Por separado existían dos aspectos de esas noticias que le preocupaban lo suficiente como para tomárselas muy en serio. El primero y más preocupante era el del caso del asesinato del indigente sin techo. Para empezar se trataba de un homicidio en primer grado que le valdría una larga condena en prisión cuando le descubrieran.
No existía ninguna descripción física de Mr. Behide porque la víctima había muerto durante ese acto. Y por lo que se refiere a la joven pareja de extranjeros no habían ido a testificar ante ninguna comisaría de policía bien porque ya habían regresado a su país de origen o bien por miedo a comprometerse. El caso es que la policiía no tenía la descripción física de Mr. Behide.

Pero la noticia mala era que el médico forense había dictaminado en su informe pericial que el arma del crimen era un bisturí y a partir de ese hecho había deducido la profesión del Dr. Jack Hill. En el caso de la agresión a la vieja prostituta, por el contrario, sí que había facilitado una detallada descripción física de Mr. Behide a los dos detectives de la policía que, en breve, se convertiría en un retrato robot del agresor que sería diviulgado en carteles públicos y en las portadas de la prensa escrita y también saldría en los programas informativos de la televión.

Con lo cual a partir del martes de la semana que viene todos los testigos de sus anteriores altercados nocturnos podrían identificarle y testificar sobre los escenarios donde había sido visto. Eso supondría la muerte de Mr. Behide y su consecuente retirada de la vía pública. Por suerte la prensa, de momento, no tenía los detalles suficientes para atar cabos y relacionar ambos casos. Aunque cabía la posibilidad de que la vieja prostituta también se informara sobre el caso de asesinato del indigente y que entonces recordara que en el momento de producirse su brutal agresión su atacante llevaba puestos unos guantes de látex que lo relacionaban con su profesión médica.

Cuando volviese a comisaría para corroborar ese detalle a los investigadores de su caso entonces las cosas pintarían muy mal tanto para Mr. Behide como para el Dr. Jack Hill. En esos precisos instantes sonaron las campanadas del carrilón del salón comedor que anunciaban que eran las dos en punto de la tarde. Momento en que el doctor salió de su despacho y se dirigió a la cocina para preparar su comida del mediodía que tomaría en la mesa de esa misma cocina para ganar tiempo. La verdad era que no tenía la intención de hacer grandes preparativos culinarios que le llevasen demasiado tiempo y distrajeran su mente de ambos casos en los que estaba implicado.

Así que se limitó a abrir su frigorífico y extrajo de él dos platos preparados que simplemente debía calentar en el microondas que se encontraba encima de la encimera. El primero de ellos era una apetitosa sopa de calabaza para la que programó cinco minutos de exposición en el microondas. Mientras se calentaba la sopa encendió el televisor de la cocina, una tele en color de 22 pulgadas de la marca sony. Conectó TV3 donde vería primero la información comarcal y a continuación el Telenotícies de las 14:30 H del mediodía. Una vez calentada y reetirada la sopa introdujo el segundo plato que era un pastel de carne de ternera acompañado de una guarnición de patatas asadas, prunas y setas que, de hecho, era la especialidad de la tienda de comidas preparadas que se encontraba en el mismo tramo de la acera de su bloque de apartamentos y que había tenido la precaución de comprar el viernes por la mañana antes de dirigirse a su trabajo en la clínica.

Acompañaría su comida con una botella de vino tinto de La Rioja que se iría sirviendo en una elegante copa de cristal veneciano que tenía preparada para tales ocasiones. La ingestión de su segundo plato coincidió con el inicio del Telenotícies Migdía en el que ambos casos aparecían en el trailer de las portadas de las informaciones más destacadas. Ambas informaciones fueron ampliadas justo después de emitir las noticias internacionales y antes de las de los deportes.

Al final de ese bloque informativo emitieron la enterevista que le hicieron a la vieja prostituta en las escaleras de la puerta de entrada del Ambulatorio donde había sido ingresada y se recuperó de sus lesiones y fracturas producidas por su agresor. Esta declaró que ese mismo lunes por la mañana facilitaría a los investigadores que llevaban su caso en la comisaría de policía una descripción física lo más detallada posible de su brutal agresor para que sus dibujantes confeccionaran un retrato robot del mismo.

Al final de la emisión de esa entrevista televisada declaró: “Yo lo único que deseo es que cojan pronto a ese cabrón y que se pudra en la cárcel. Y ojalá que allí encuentre a otro preso más fuerte y más chulo que él que lo haga servir de putita y que le abra un culo más grande que la boca del metro”.
Tras esa declaración sonaron las tres en punto en el carrillón del salón comedor y el doctor aprovechó para cambiar de canal y puso el telediario del mediodia de la TV1. Los trailers de las portadas del Telediario no llevaban ninguna información destacada sobre sus dos casos. Tendría que esperar una media hora, justo antes de la emisión de la información sobre los deportes.

Mientrastanto ya había finalizado de comer su segundo plato y fue a por el postre que comería durante la emisión de las noticias nacionales e internacionales. Se levantó de su silla y abrió la tapa del congelador de su nevera donde extrajo una barra del típico helado de nata catalán de la marca “Comtesa” y se sirvió dos cortes en un plato pequeño de repostería. Tuvo tiempo de saborear y disfrutar de su postre que terminó justo antes de que emitieran la crónica de sucesos.

En ella dieron una breve información sobre ambos sucesos en la que se destacó que ambos delitos se habían producido en el mismo barrio de Barcelona a escasa distancia enetre ambos callejones y que, de momento, la policía auitonómica aún no disponía de pruebas suficientes sobre los agresores ni sobre la posibilidad de que ambos sucesos violentos estuviesen relacionados.

La entrevista de la vieja prostituta no se emitió porque era un reportage hecho por el canal autonómico de TV3. Así que durante la emisión de las noticias de los deportes se preparó una cafetera de excelente café colombiano molido y se fue sirviendo varias infusiones en un excelente juego de tazas de café de cedrámica italiana. También se sirvió dos copas de una botella de un magnífico whisky escocés de malta gran reserva de 12 años de maduración. Lo necesitaba para poder relajarse mientras acababa de ver el Telediario del mediodía en su televisor de la cocina aunque sin prestar demasiada atención al resto de las noticias del mismo.

Finalizado el Telediario de las tres de la tarde apagó el televisor, abandonó la cocina y se dirigió de nuevo al interior de su despacho particular donde se encerró durante el resto de esa tarde de domingo. Se apartó de la mesa escritorio de su despacho y se acomodó en el sofá monoplaza revestido de cuero negro que estaba en la pared de atrás del mismo.

Desde allí se dedicó a reflexionar sobre el contenido de los artículos de la prensa que había leído y sobre las noticias de la televisión sobre los dos casos en los que Mr. Behide estaba implicado. Lo más urgente para el Dr. Jack Hill era reflexionar y determinar que errores había cometido su alter ego Mr. Behide en ambos casos para no repetir los mismos de nuevo.

De momento le aliviaba el saber que ni la prensa escrita ni los programas informativos de la televisión relacionaban ambos delitos violentos ni sabían de su misma autoría.
Naturalmente que con eso no le bastaba. Así que se impuso a sí mismo una dura autocrítica sin omitir nigún detalle significativo. Primero empezó a meditar sobre el crimen más violento: el asesinato del indigente sin techo. Se trataba de un homicidio en primer grado que, en el caso de que la policía descubriera su identidad real, le podría costar su ingreso en prisión bajo la pena de cadena perpetua sin remisión.

De ahí la urgencia de pensar primero en ese grave caso. Le resultó muy claro determinar que el error principal de ese crimen había sido el utilizar un bisturí en lugar de cualquier otra arma blanca más convencional como por ejemplo un cuchillo o una navaja; armas de las que no carecía en la cocina de su apartamento. Recordó que esa noche, tras su transformación en Mr. Behide, cogió ese bisturí del interior del laboratorio de su clínica donde se acababa de transformar en su alter ego. No pudo preveer las consecuencias de su precipitada eleccción. Como es lógico, el médico forense que examinó el cadaver del mendigo dedujo por los cortes y la precisión del mismo que el asesino era un médico o un profesional sanitario.

En ese momento se maldijo a sí mismo por lo estúpido que había sido. Se trataba de un imperdonable error de aficionado que ahora no podía reparar. La clase de fallo cometida por todos esos asesinos chapuceros que mataban por celos y despecho y por los que asesinaban impulsados por su deseo de venganza contra sus víctimas.

Todos ellos casi siempre tenían la estúpida costumbre de dejarse los casquillos de bala en la escena del crimen. Con lo que les proporcionaban a la policía científica una pista muy evidente sobre la clase de arma de fuego utilizada y sobre el modus operandi del crimen cometido. No se perdonaba a sí mismo por haber actuado de forma tan poco profesional.

Como este caso ya no tenía remedio decidió pasar a reflexionar sobre los posibles errores cometidos en su segundo caso de delito violento: el maltrato a la vieja prostituta.No sin cierta aprensión por su parte concluyó que, en esta ocasión, su principal error había sido el de no acabar su “trabajo”; es decir: tenía que haber matado a la vieja.

Esta idea, en cierto modo, repugnaba a la consciencia del Dr. Jack Hill pero estaba claro que fue otro error imperdonable de aficionado por parte de Mr. Behide. No debió dejar con vida a una testigo ocular de su acto de violencia porque, tal como así ocurrió, después de recuperarse lo denunciaría a la policía dándoles su descripción física. Con el agravante de que también podían surgir complicaciones adicionales que acabarían por relacionar ambos delitos y descubrir a su mismo autor material.

Resultaba claro que por el momento y a juzgar por las informaciones de la tele, la vieja no tenía conocimiento sobre su otro crimen y, mucho menos, lo relacionaba con el suyo. Pero esta relativa suerte no podía durar mucho tiempo. Durante la próxima semana la vieja prostituta estaría muy atenta a todas las informaciones emitidas por los programas informativos de la televisión y, de paso, también vería las referidas al caso del asesinato del indigente sin techo. Entonces recordaría que su agresor, en el momento de atacarla, llevaba puestos unos guantes de látex y ataría cabos relacionando su agresión personal con el otro crimen violento.
Acto seguido informaría de este nuevo detalle a la misma comisaría de policia donde les había facilitado la descripción física de Mr. Behide. Con lo que los carteles de su retrato robot estarían pegados en cada esquina de todos los barrios de la Ciudad y serían mostrados por la televisión a todas horas. Esto provocaría el fin inminente de Mr. Behide. Ya no podría volver a transformarse en él.Ensimismado toda esa tarde de domingo en los detalles y recuerdos relacionados con sus dos crímenes violentos se sobresaltó al escuchar las campanadas del carrillon del salón comedor que en ese preciso instante anunciaban las nueve de la noche.

Así que se levantó rápidamente de su confortable sillón monoplaza, abandonó su despacho y entró de nuevo a la cocina para prepararse la cena. Antes de esos preparativos volvió a encender el televisor de la cocina y conectó el Telenotícies Nit de TV3 para volver a oir todas las informaciones referentes a sus dos casos particulares. Acto seguido abrió la nevera donde estrajo dos tapers con comida preparada que también había comprado en la misma tienda de comestibles de su almuerzo del mediodía.

Calentó al microondas su primer plato que consistía en un exquisito rissoto preparado al modo de la cocina italiana de la que el Dr. Jack Hill era una fan incondicional. Durante la preparación y posterior ingestión de su primer plato en la mesa de la cocina apenas les prestó ninguna atención a las noticias nacionales e internacionales que emitía el Telenotícies Nit de TV3. Se levantó de la mesa para calentar en el microondas su segundo plato que era un delicioso estofado de pollo a la jardinera, una de las especialidades de su misma tienda de comestibles de la que era cliente habitual.

Justo en el momento en que se diponía a saborear su segundo plato la tele estaba dando las informaciones sobre sus dos casos. No dieron nuevos detalles y no hubo ninguna novedad adicional. Básicamente el Telenoticies Nit se limitó a repetir las mismas informaciones emitidas por el anterior Telenotícies Migdía. Una vez hubo finalizado de comer el postre y concluido el informativo de TV3, el doctor salió de la cocina y volvió a encerrarse de nuevo en su despacho donde permaneció unas dos horas más reflexionando sobre todas las noticias y los detalles de los dos casos en los que estaba implicado Mr. Behide antes de ir a dormir su habitación. Así concluyó para el su día libre de domingo.

Al reincorporarse a su trabajo el lunes por la mañana, lo primero que hizo el Dr. Jack Hill es encerrarse con los dos periódicos a los que estaba suscrita su clínica privada para ver si ambos llevaban nuevas informaciones sobre sus dos casos. Se llevó una relativa decepción tras comprobar que, en esencia, no aportaban nada nuevo excepto algunos detalles secundarios de escasa relevancia.

Todavía no apareció el retrato robot de Mr. Behide pero los articulos de los dos diarios anunciaban que ya se estaba elaborando y que aparecería en sus ediciones de la tarde tras la comparecencia en comisaría de la vieja prostituta. Mientras seguía ensimismado reflexionando sobre esas informaciones de la prensa, se presentó en su despacho la recepcionista de la clínica anunciándole que acababa de llegar el señor Josep Furull y que quería tener una visita con él mientras aguardaba sentado en la sala de espera de la clínica.

Este anuncio tomó completamente por sorpresa al doctor porque esa visita no estaba programada y no la tenía anotada en su Agenda profesional. Tras unos incómodos 30 segundos que parecieron eternos acabó por reaccionar a la inesperada noticia diciéndole a la recepcionista que hiciera pasar a su despacho al señor Josep Furull dentro dde cinco minutos. Necesitaba tiempo para trazar mentalmente un plan. Esta visita del sr. Furull era inoportuna pero podía sacarle provecho y reorientarla hacia sus intereses personales relacionados con Mr. Behide. Así que la recepcionista salió de su despacho se puso manos a la obra sin demora.

Lo primero que haría tras los saludos de rigor sería aguantarle el rollo al sr. Furull sobre su previsible cháchara hipocondríaca acerca de sus presuntas nuevas dolencias y sobre los supuestos síntomas de las mismas con paciencia tibetana.

Primero dejaría que se desfogara a su aire y a continuación lo tranquilizaría dándole respuestas y consejos positivos que disiparían sus infundados temores; como casi siempre solía hacer con él. Acto seguido, mientras preparaba su despedida, tendrían un rato de charla social sobre chismes y cotilleos de la Jet Set. Momento que aprovecharía para tirarle de la lengua sobre el incidente que la Infanta Cristina había tenido la semana pasada con Mr. Behide.

Necesitaba saber que más medidas había tomado la Infanta respecto a Mr. Behide.Desde el momento en que el sr. Josep Furull entró en su despacho, la visita transcurrió tal como el doctor la había planeado. Este sabía que el sr. Furull y su esposa eran unos asiduos y voraces lectores de la prensa rosa y las revistas del corazón. De hecho estaban suscritos desde hacía mucho tiempo a las tres principales revistas del sector.
Cuando llegó la ocasión hacia el final de la visita fue el propio doctor quien se adelantó a la conversación haciéndole, de forma hábil y muy sutil, preguntas indirectas que lo condujeron a centrarse de inmediato en la Infanta Cristina y su incidente con Mr. Behide. El sr. Furull se prestó con entusiasmo a hablar de ello sin darse cuenta de que estaba siendo sutilmente manipulado por el doctor.

Le informó que había leído la Entrevista a la Infanta Cristina publicada en exclusiva en la revista “Lecturas” donde la Infanta se quejaba de que había sido molestada de forma muy grosera por un hombre bajito, feo y muy desagradable y que tenía la intención de ponerle una denuncia y solicitar una orden de búsqueda y captura de ese sujeto en cuanto dispusiera de más datos sobre él para poder incriminarle.

De momento estaba predispuesta a facilitar a la policía autonómica una descripción lo más detallada posible de su increpador para que pudieran hacer un retrato robot y relacionarlo con otros posibles casos. Al doctor no le hizo mucha gracia oir eso pero tenía la necesidad de saberlo.
A partir de ahora debía ir con mucha prudencia y, de momento, detener las transformaciones y las incursiones nocturnas de su alter ego Mr. Behide. En ese instante decidió que no se transformaría y no saldría esa noche del lunes. Esperaría a que las cosas se calmaran.

Después de explayarse con esas informaciones el señor Furull se despidió del doctor y este volvió a quedarse solo en su despacho. Circunstancia que aprovechó para reflexionar sobre estas últimas noticias de primera mano antes de la hora de la pausa para la comida del mediodía.

Tras finalizar su turno de mañana en la clínica, el doctor Jack Hill se dirigió al bar restaurante que estaba situado frente al parque público para comer el menú del día. Una vez acomodado en una mesa pequeña del local pidió de primero espaguetis a la boloñesa y de segundo costillas de cordero con patatas. De beber vino con gaseosa. Nunca tomaba alcohol estando de servicio en la clínica, pero hoy haría una exepción. Necesitaba calmarse un poco después de informarse de las últimas noticias de sus dos casos. Justo cuando el camarero que lo atendió le estaba sirviendo el postre comenzaba el Telediario 1 en el televisor del bar.

Prestó mucha atención a los trailers de las portadas y, en efecto, darían informaciones nuevas sobre los dos casos de violencia en los que estaba implicado Mr. Behide. Mientras comía su postre que consistía en una pequeña tarta de manzana, oyó en el Telediario 1 las noticias nacionales e internacionales. A continuación le pidió al camarero que lo atendió un cafe americano con azucar moreno y y una copa sin hielo del coñac Torres 10.
Por segunda vez volvió a romper su propia norma de no beber nunca en días laborales y estando de servicio en su clínica privada.Pero necesitaba relajarse un poco más que el agua de mayo. Justo cuando ya estaba disfrutando de su taza de café y saboreando alternativamente su copa de coñac oyó el bloque de informaciones de la crónica de sucesos que ampliaba con más detallles los dos trailers que al inicio del Telediario hacían referencia a los dos casos de Mr. Behide. Prestó la máxima atención a estas dos informaciones que, por razones obvias le interesaban de forma muy especial.

La primera mala noticia que recibió fue que en el caso del homicidio del indigente sin techo el médico forense que practicó la autopsia y el estudio del cadáver habia descubierto, además, una fibra perteneciente a uno de los dos guantes de látex utilizados por Mr. Behide. Hecho que le reafirmaba en su convicción de que el asesino era un médico o un profesional del mundo de la sanidad y la salud.
Con esta inquietante noticia el doctor Jack Hill pensó en ese momento que el círculo se estrechaba cada vez más y que las cosas se le ivan a complicar mucho cuando, al final, alguien consiguiera relacionar ambos crímenes en los que Mr. Behide estaba implicado.

La información sobre su segundo caso aún era más negativa y preocupante si cabe. La vieja prostituta había dado una información muy detallada sobre el rostro, el físico y el tono de voz de su agresor. Con estos datos los dibujantes de la comisaría de policía donde lo había denunciado habían elaborado un preciso retrato robot del sospechoso que, en efecto, era clavado al verdadero rostro de su alter ego Mr. Behide.

Ahora este retrato robot aparecía en todos los televisores del país y sería emitido en sucesivos programas informativos de la televisión por lo menos durante las dos próximas semanas. Las cosas no podían ir peor para los intereses del Dr. Jack Hill y de Mr. Behide.De momento no dijeron que ambos casos estaban relacionados y que muy probablemente el agresor era la misma persona.

Pero esto era un triste consuelo para el doctor que ya intuía en su fuero interno que muy pronto se descubriría esa innegable relación. Acabó su café y su copa, pagó la cuenta en el mostrador de la caja registradora del restaurante y se marchó de allí tratando de disimular como pudo su preocupación por las preocupantes informaciones del Telediario 1 en dirección a su clínica privada. A mitad de camino entre la salida del local y la entrada de la clínica se encontraba un kiosko del que también era cliente donde compró un ejemplar de la tarde de “La Vanguardia” y otro de “El País” con la intención de leerlos en el interior del despacho de su clínica privada donde tenía la intención de permanecer el resto de la tarde con la excepción de que hubiera una urgencia o se presentara alguno de sus pacientes a su consulta.

Tras los saludos de rigor a su equipo médico y personal de la clínica se encerró en su despacho con la socorrida excusa de que debía revisar unos expedientes médicos y supervisar algunos informes de análisis clínicos de varios de sus pacientes.

Su personal no puso objeciones aunque algunos de ellos ya empezaban a extrañarse de sus recientes comportamientos vinculados con sus encierros en su despacho y en el laboratorio aunque ninguno de ellos se atrevía a hablar abiertamente de estos hechos.Una vez en el interior de su despacho se puso a leer vorazmente las informaciones de la crónica de sucesos de los dos diarios que acababa de comprar en el kiosko. En honor a la verdad no decían nada radicalmente nuevo a lo dicho en el Telediario 1.

Aunque, cómo es lógico, aportaban más detalles técnicos y llevaban informaciones más ampliadas sobre ambos casos. El doctor Jack Hill leyó con suma atención y detenimiento la noticia relacionada con la aportación de la nueva prueba forense: la fibra que se había desprendido de uno de sus guantes de látex. Se mencionaba que era de color rosa, detalle muy preocupante para el doctor puesto que la vieja prostituta le vió como se acercaba para agredeirla con los guantes de látex cubriendo sus manos. Detalle que todavía podía aumentar el refrescarle la memoria si lo leía en la prensa escrita o si se mencionaba en posteriores programas informativos de la televisión.

La soga se iba estrechando cada vez más entorno a su alter ego Mr. Behide y pronto no tardaría en estrecharse alrededor de su propio cuello. En tan solo dos semanas de incursiones nocturnas las consecuencias de su audaz experimento científico podían llegar mucho más lejos de lo que él había previsto y no se encontraba demasiado lejos un posible fatal desenlace del mismo con muy graves y negativos resultados personales para el doctor.
Hacia la mitad de esa misma tarde el doctor empezó a encontrarse mal. Sentía pequeños episodios de náuseas que le venían de forma intermitente y notaba unos mareos que no lo incapacitaban para abandonar su puesto de trabajo en la clínica pero que realmente le suponían una molestia.

Lo achacó a las tensiones emocionales sufridas durante esos últimos días y a la preocupación evidente por todas las inquietantes informaciones relacionadas con sus dos casos de crímenes violentos. En ese momento pensó que no sería humano si esa nueva situación personal y emocional no le afectara en absoluto.
Así que en ese momento decidió que esa noche no se quedaría en el laboratorio clínica y tampoco se volvería a transformar en Mr. Behide. Se daría un respiro de algunas semanas de tiempo hasta que las cosas se calmaran. Esa noche, tras finalizar su horario de trabajo de tarde regresaría a su casa, se daría una buena ducha de agua caliente para relajarse y cenaría en la cocina de su apartamento mientras veía el Telenotícies Nit de las 21.00 Horas en el televisor de la misma cocina.

Esa misma noche ocurrió un suceso que precipitaría los hechos relacionados con los dos casos de Mr. Behide y acabaría provocando un trágico desenlace de los mismos. Mientras el doctor Jack Hill estaba cenando tranquilamente en la cocina de su casa y acabando de ver los programas informativos de la televisión, el trans Yasmina se presentó a las diez de la noche en el bar musical donde habían transcurrido sus encuentros con su “novio” Mr. Behide.

Había acudido allí tal vez para disculparse y tratar de justificar su plantón de la última noche del sábado. Fue reconocida de inmediato por los clientes y el personal de servicio del bar que la increparon y la sometieron a un duro interrogatorio acerca de su “novio”. También le informaron que él era el responsable del asesinato de un mendigo sin techo y que su retrato robot aparecía en todos los programas informativos de la televisión a partir de ese mediodía.

Mientras discutían con ella, el encargado del bar llamó desde el teléfono fijo de detrás del mostrador a los mossos de esquadra que no tardaron mucho en presentarse dentro del local. Dos agentes la interrogaron y le obligaron a llevarlos al motel donde habían tenido sus citas amorosas. Una vez llegados a la recepción del motel, su encargado enseñó a los agentes el libro de registros de entrada de los clientes donde, en efecto, el sujeto en cuestión se había inscrito con el nombre de Víctor Behide.

Los agentes le enseñaron el retrato robot del sospechoso en una octavilla que llevaban consigo y el encargado del motel lo reconoció de inmediato. Luego le hicieron una serie de preguntas para que diera más detalles sobre su descripción física, forma de vestir, tono de voz y rasgos de su personalidad que pudieran aportar nuevos matices a su perfil psicológico.

El encargado colaboró en todo con los agentes y también les permitió que tomaran fotos de las firmas de Mr. Behide que figuraban en el libro de registro de entradas de los clientes del Motel. Con ello tendrían una muestra de su escritura que podía ser examinada y analizada por el experto grafólogo de la comisaría del barrrio.
Mientrastanto, Yasmina había permanecido callada y apartada en segundo plano durante todo el proceso del interrogatorio. En esos instantes pensó que se había expuesto a un gran peligro de forma imprudente e irreflexiva y se lamentaba que su breve historia de amor con Mr. Behide hubiera acabado de esa manera tan inesperada y horrible para ella.

A la mañana siguiente, tras despertarse sudoroso y agitado de un pesado sueño, el doctor Jack Hill comprobó con angustia y horror que, durante esa noche, se había vuelto a transformar en Mr. Behide y que su grotesca figura era la que se reflejaba con total claridad en el espejo del armario ropero de su habitación.
No alcanzaba a comprender como podía haber sucedido tan lamentable suceso puesto que no había ingerido la pócima transformadora ni en su laboratorio clínico ni en su propia casa. Tan solo era del todo consciente de que debía volver a convertirse en el doctor Jack Hill antes de salir de su apartamento en dirección a su clínica privada.

Era del todo impensable que abandonase su piso bajo la lamentable figura de Mr. Behide y todavía menos que se presentara en su clínica como tal. Por fortuna para el doctor todvía conservaba tres probetas con el líquido transformador en el despacho privado de su apartamento.

Así que se dirigió a su interior para volver a ser de nuevo el mismo. Por fortuna todo salió bien y la nueva transformación se produjo tal como estaba prevista sin mayores contratiempos. Lo cual le produjo un gran aunque momentáneo alivio seguido de una nueva angustia y enorme preocupación.
Esta nueva situación le tomaba del todo por sorpresa y no la había previsto ni siquiera en sus más siniestras reflexiones sobre su propio experimento científico. Entonces comprendió que las náuseas y los mareos que había sentido durante la tarde anterior eran claramente unos síntomas de esa nueva y no controlada transformación en su alter ego.

Las cosas no podían ir peor para sus intereses tanto personales como profesionales. Podía ser descubierto en cualquier momento, sobretodo a partir del momento en que saliera de su edificio de viviendas. Lo único que le consoló fue el recordar que todavía le quedaban preparadas tres probetas con el líiquido transformador en su laboratorio clínico y otras tres en su despacho porfesional.

Tan solo le quedaba el recurso de rezar para que no se transformara mientras iba caminando por los pasillos de su clínica o en el interior del quirófano de la misma con su equipo médico presente. Entonces su situación se volvería irreversible.Al entrar en su clínica lo primero que hizo fue saludar a la recepcionista y pedirle dos ejemplares de prensa escrita a los que estaba suscrito la misma.

Acto seguido se encerró en su despacho profesional y empezó a leer vorazmente todos los artículos de crónica de sucesos relacionados con sus dos casos. No tardó mucho tiempo en informarse de dos malas noticias para los intereses del doctor Jack Hill y de su alter ego Mr. Behide.

La primera de ellas decía que la vieja prostituta se había vuelto a presentar en la comisaría de policia del barrio donde ejercía su “oficio” para facilitar el detalle de que su agresor la había atacado llevando dos guantes de látex de color rosa lo que confirmaría que el asesino del indigente sin techo y su agresor eran la misma persona.
Por lo tanto el retrato robot de Mr. Behide servía para ambos casos. La segunda mala noticia hacía referencia a las investigaciones del médico forense del caso de asesinato del indigente. El médico había analizado la muestra de fibra del guante rosa de látex con un microscopio electrónico de barrido (MEB) capaz de 500.000 aumentos. Lo que le había permitido localizar una minúscula muestra de la piel del asesino que se había adherido a la misma. Con esa muestra la policía científica podía descodificar el ADN de Mr. Behide. Que, como es lógico, era exactamente el mismo ADN del Dr. Jack Hill.

Las cosas pintaban cada vez peor para ambos puesto que eran la misma persona y, por lo tanto, tenían el mismo código de ADN. Durante esa mañana del miércoles nuestro apreciado doctor tenía material de sobras con el que reflexionar y evaluar su cada vez más complicada y peligrosa situación personal.

Durante la pausa del mediodía el doctor se dirigió al restaurante de menús del día que estaba frente al parque y del que era cliente habitual dado su horario de trabajo. Allí escogió y pidió los dos platos del menún y la bebida. Mientras comía aguardó al inicio del Telediario 1 del mediodía con suma impaciencia y desesperación. En ese sentido no resultó defraudado.

Justo cuando se estaba acabando el postre que había pedido del menú y que consistía en una tarta pequeña de queso dieron las noticias de la crónica de sucdesos donde destacaban los dos casos en los que estaba implicacado.

Básicamente dieron una información somera y resumida de las novedades de sus dos casos que ya había leído en la prensa encerrado en su despacho profesional. Pero hacia el final de ese bloque informativo el presentador del Telediario anunció una tercera y nueva noticia devastadora para los intereses del doctor y de su alter ego.
Informó que los detectives de la policía que investigaron la recepción del motel donde se había regristrado con el nombre de Victor Behide para pasar las noches con el trans Yasmina habían tomado varias fotos de la firma de Mr. Behide que figuraba en la hoja del libro de registros de los clientes del motel.

A continuación habían llevado esas fotos a la comisaría de policía del barrio donde prestaban sus servicios para que a la mañana siguiente fueran investigadas por los expertos grafólogos de esa comisaría. En la pantalla del televisor apareció en primer plano una de las fotos de la muestra de las firmas de Victor Behide y el doctor pudo comprobar con profundo horror el extraordinario parecido que, en sus rasgos principales, esa firma coincidía con su propia firma con la que certificaba sus informes médicos, diagnosticos y los análisis clínicos de sus pacientes de la clínica privada.

En ese momento se dío cuenta de que había vuelto a cometer otro error de criminal novato y chapucero. Tenía que haber practicado la falsificación de su propia firma dándole otros rasgos y una letra algo distinta a la suya antes de registrase en el libro de registros del motel. Esa falta de anticipación le podía costar el que descubrieran la verdadera identidad de Mr. Behide, es decir: la suya.

Ya podía ir rezando para que los miembros de su equipo médico y el resto del personal de su clínica no hubieran visto ese mismo Telediario del mediodía.Se acabó el café a toda prisa y apuró la copa de coñac que había pedido después de comerse el postre y se dispuso a pagar la cuenta y salir del local de vuelta a su clínica privada.
Antes de entrar en ella se paró en el quiosco que había a medio camino y compró los dos ejemplares de la tarde de “La Vanguardia” y de “El País” para ver si traían más detalles referentes a las informaciones sobre los dos casos en los que estaba implicado.

Le dió un vuelco al corazón y el pulso se le aceleró al ver que ambos diarios llevaban fotos de la firma de Victor Behide en sus respectivas portadas. Se apresuró a pagarle al quiosquero y a guardar a toda prisa ambos periódicos en el interior de la maleta de cuero que siempre llevaba consigo a su trabajo. Llegó a la clínica a las cuatro menos cuarto y de inmediato se volvió a encerrar en su despacho profesional con los dos diarios desplegados sobre su mesa escritorio que se dispuso a leer vorazmente.

Al igual que en las anteriores sesiones se fue directo a las páginas de la crónica de sucesos donde se ampliaban los detalles sobre las nuevas y recientes informaciones sobre sus dos casos. Lo que más le llamó la atención en negativo es el hecho de que los expertos grafólogos de la policía ya habían redactado un informe preliminar sobre el resultado de sus análisis. Destacaban en su informe que los trazos firmes y enérgicos que aparecían en las firmas del sospechoso Victor Behide sobre la hoja del libro de registro de los clientes del motel revelaban de forma ineludible que el sujeto en cuestión era un profesional con autoridad y poder de decisión deentro del campo laboral donde ejerciera su profesión.

Preguntados los grafólogos por el resto del equipo de policías que investigaban ese caso respondieron que, en efecto, podía tratarse de un médico cirujano o profesional de la medicina acostumbrado a dar órdenes y a certificar con su propia firma diagnósticos, informes médicos y análisis clínicos allá donde ejerciera su oficio. El estrecho círculo se cerraba alrededor del doctor Jack Hill y de Mr. Behide.

Ya no tuvo más ánimos para seguir leyendo el resto de las informaciones referidas a sus dos casos. Esta última noticia era demoledora y definitiva y lo situaba en el punto de mira de todas las sospechas posibles. En cuanto los miembros de su equipo médico, las enfermeras y el personal administrativo de su clínica privada reconocieran los trazos de su propia firma en la de las fotos de la de Mr Behide, estaba acabado por completo y de forma definitiva.

Tan solo era cuestión de pocos días o tal vez incluso de horas que lo descubrieran y ellos mismos lo denuciaran a la policía. El fin de la vida en libertad y de la respetada carrera profesional del Dr. Jack Hill llegaba a su conclusión final.

Dedicó las dos primeras horas encerrado en su despacho a reflexionar sobre la trayectoria y el inevitable resultado final de su experimento científico a la luz de esas nuevas y demoledoras informaciones sobre este extraño caso del Dr. Jack Hill y Mr. Behide.
Aunque sabía de sobras cual iba a ser el desenlace de este caso particular. Lo primero en lo que pensó fue en el transcurso de la breve pero trágica existencia de su alter ego Mr. Behide.

Había sido él quien lo había traído a la vida en el mundo real y también sería él quien acabaría pagando por sus acciones violentas con todas las consecuencias tanto personales como profesionales.
Con gran amargura y ansiedad pensó que la vida activa de Mr. Behide tan solo había durado dos semanas. Se trataba de un tiempo muy breve pero en el cual su alter ego había protagonizado cuatro altercados y discusiones en la vía pública y era el responsable directo de dos crímenes violentos, uno de ellos un homicidio en primer grado.

Aparte del hecho de que había producido todo ese escándalo social y había sido el protagonista absoluto de las crónicas de sucesos tanto de la prensa escrita como de todos los programas informativos de la televisión. La criatura de su propia creación se había convertido, además, en una leyenda urbana destinada a perdurar durante mucho tiempo.

Lo único que le consolaba un poco era su breve e interrumpida aventura amorosa con el trans Yasmina. Aunque también le preocupaba que ella resultase implicada en su caso y que la acusaran de ser su cómplice o, como mínimo, su encubridora. Lo cual sería muy injusto porque ella ignoraba por completo los otros aspectos más oscuros y siniestros de la destructiva personalidad de Mr. Behide y de sus violentos actos. Así como tampoco sabía nada acerca de la verdadera identidad del Dr. Jack Hill puesto que él había tenido un especial cuidado en ocultársela en todos sus aspectos, tanto personales como profesionales.

Tal vez ese cuidado fuera uno de los pocos errores que no había cometido el doctor durante el transcurso de la breve vida del siniestro y violento Mr. Behide. Llegado a ese delicado punto de su reflexión una fuerte punzada de dolor atravesó su corazón al ser consciente de que, en realidad, Mr Behide todavía no estaba muerto y que en cualquier momento podía irrumpir en su vida de forna inoportuna e inesperada.

Entonces recordó el episodio de la mañana del martes en el que se despertó en la cama de su habitación transformado en la figura grotesca de Mr. Behide. Lo mismo podía ocurrir de nuevo tanto en su apartamento como, lo cual era aún peor, en el interior de su clínica privada teniendo como testigos oculares a sus propios compañeros de trabajo.Unos golpes a la puerta de su despacho lo sobresaltaron y le interrumpieron de forma brusca sus amargas y tétricas reflexiones personales.

Se trataba de la recepcionista de la clínica que le anunciaba la presencia del señor Josep Furull que reclamba una visita no anunciada con el doctor en su despacho. Eran las seis en punto de la tarde y el Dr le dijo a la recepcionista que lo hiciera pasar de inmediato. Esta nueva visita no programada por lo menos le daría un respiro en sus reflexiones y tal vez consiguiera calmarlo un poco aunque solo fuera durante el tiempo en que transcurriese su estancia en el despacho.

Este breve alivio de momento le valía. En contra de lo que solía ser habitual en él, esta vez el señor Furull no lo cargó con su consabida monserga hipocondríaca y le anunció que el verdadero motivo de su inesperada visita no era sobre sus supuestas enfermedades y nuevos síntomas sino para hablarle de un asunto de alta sociedad de interés común.

Le recordó al doctor que en su anterior visita este se había interesado mucho por el caso de Mr. Behide en relación al desagradable incidente que tuvo con la Infanta Cristina. Ahora se disponía a proporcionarle nuevas informaciones sobre ese peculiar suceso.

El doctor recibió este anuncio con una extraña mezcla de alivio y de preocupación a la vez. No interrumpió en ningún momento durante su alcocución ni le hizo ninguna pregunta hasta el final de su detallada información.
El sr. Furull le explicó que la Infanta Cristina acudidó con sus dos guardaespaldas a la misma comisaría de policía del barrio donde transcurrieron los dos hechos violentos para confirmar que el sujeto que la había increpado en la boutique de moda de nuestra Ciudad era el mismo que aparecía en los retratos robots de la policía de Mr. Behide. Ofreció algunos detalles secundarios sobre su incidente que corroboraban la identidad del mismo individuo y afirmó estar dispuesta a colaborar con la policía en sus nuevas pistas e investigaciones que condujeran a su próxima detención.

Poco después de marcharse la Infanta, también se presentaron en la misma comisaría el grupo de adolescentes a los que Mr. Behide había llamado ninis y a los que había recriminado por su mal comportamiento durante el botellón.

Estos confirmaron que la persona que los había amonestado era el mismo que aparecía en los retratos robots de la policía. Por si fuera poco, una hora más tarde también aparecieron en la comisaría los clientes del bar del primer altercado público a los que Mr. Behide había llamado garrulos.

Estos reiteraron que el sujeto que los había increpado era el mismo que aparecía en los retratos robot de la policía y facilitaron nuevos detalles sobre el aspecto físico y el tono de voz de Mr. Behide que se sumaban al ya extenso informe policial sobre su caso.

El señor Furull concluyó su visita diciéndole al doctor que todos estos nuevos detalles sobre el incidente de la Infanta Cristina no los había leido en las crónicas de sociedad ni en las revistas del corazón.

Se trataba de informaciones de fuentes muy fidedignas que procedían de círculos de amistades de alta sociedad que el frecuentaba junto con su esposa. Cierto que no podía facilitarle los nombres de sus informantes para no comprometer a nadie pero insistió en la absoluta credibilidad y honorabilidad de sus fuentes.

El doctor Jack Hill no sabía como tomarse estas nuevas revelaciones acerca de su caso pero esperó a la despedida y a la salida del señor Josep Furull para reflexionar sobre estas nuevas e interesantes aportaciones informativas. Por un lado agradecía esta inesperada fuente de noticias porque eran al margen de la prensa y de la televisión. Pero, por otra parte, el contenido de las mismas no le gustaba mucho porque demostraban que el cerco entorno a él y a su alter ego Mr. Behide se estrechaba cada vez más.

El hecho de que una persona influyente y de alta alcurnia como la Infanta Cristina hubiera tomado la iniciativa de intervenir de forma proactiva en su caso no hacía otra cosa que complicar su ya de por si difícil situación personal. No le cabía ninguna duda que su intervención suponía más presiones a los investigadores de la policía para que resolvieran su caso cuanto antes mejor.

Estaba muy claro para él de que ya no podría transformarse a voluntad otra vez en Mr. Behide. Este otro yo había muerto y solo había vivido durante dos escasas aunque intensas semanas. Pero con esta prudente medida no bastaba porque aún quedaba pendiente el espinoso problema de las transformaciones involuntarias y no deseadas en la persona de su alter ego.

Ejemplo de ello, recordó, fue el hecho de despertarse en la cama de su habitación siendo el desagradable Mr. Behide sin haberlo pedido. Lo que le llevaba a preguntarse que ocurriría si una nueva transformación se produjese en mitad de una calle concurrida de la ciudad o en los pasillos o el quirófano de su clínica privada a la vista de su personal. Posibilidad nada remota que pondría fin a su libertad y a su carrera profesional.
Como si Mr. Behide le estuviera leyendo al pensamiento en ese momento volvió a sentir los mismos mareos y náuseas de aquella tarde que precedió a su primera transformación involuntaria. Motivo por el cual, tras finalizar su jornada laboral de tarde, pidió un taxi y regresó de inmediato a su apartamento para cenar y ver de nuevo el Telenotícies Nit desde el televisor de su cocina.

Las informaciones que dieron sobre sus dos casos no hicieron otra cosa que repetir lo que ya había escuchado en el Telediario del mediodía con apenas varientes y/o informaciones nuevas. Asqueado por todo ello se fué a dormir y, por suerte para él, esa noche no se volvió a transformar de nuevo en Mr. Behide aunque los mareos y náuseas no desaparecieron del todo.

A la mañana siguiente se despertó con relativa normalidad comprobando con gran alivio que no se había convertido de nuevo en su alter ego. Así que se afeitó y duchó, se vistió y desayunó en la cocina de su casa para abandonarla poco después en dirección al trabajo. En ese momento todavía no era consciente de que esa jornada laboral del jueves no iba a transcurrir plácidamente y que estaría plagada de nuevas y desagradables sorpresas que le conducirían al ya inevitable desenlace final. Pero no adelantemos los acontecimientos.
Cuando entró en su clínica, mientras caminaba por sus pasillos, notó como tanto el personal administrativo como su equipo sanitario le miraban de reojo e incluso susurraban comentarios a sus espaldas. Eso no era muy buena señal para el Dr. Jack Hill. En ese instante supo que el personal a su cargo ya sospechaban de él aunque fuera de una forma vaga e inconcreta. Seguramente habrían visto los últimos programas informativos de la televisión y algunos de ellos incluso habrían reconocido los trazos más característicos de su firma y se habrían quedado con la copla de que la policía sospechaba de que el asesino era un médico o un porfesional del mundo de la salud.

Tal vez incluso alguno de ellos recordara el comportamiento extraño del doctor con sus reiteradas encerronas en su despacho profesional y en el laboratorio clínico por las noches ofreciendo a su personal vagas y ya poco creíbles justificaciones. No faltaba mucho para que alguno de ellos comenzara a atar los cabos.
En la pausa del mediodía el doctor se fue a comer a su restaurante habitual de la zona de trabajo como hacía durante todos sus días laborables. Escuchó las informaciones del Telediario 1 en el televisor del bar mientras terminaba su postre escogido del menú del día como también era habitual en él. Básicamente, de hecho, repitieron las mismas informaciones sobre sus dos casos que ya habían dado durante la tarde y la noche de ayer. Pero con una importante y preocupante novedad que inquietó al doctor.

Resulta que el médico forense de la policía ya había concluido su análisis de la muestra de ADN encontrado en la fibra del guante de látex perteneciente al asesino del mendigo sin techo. En el informe forense que redactó llegó a la conclusión de que, por desgracia, esa muestra de ADN humano era demasiado pequeña como para poder descodificar el ADN completo del sospechoso.

No obstante si le llegó para trazar algunos perfiles genéticos. Esa minúscula muestra revelaba que el asesino era un blanco caucásico de origen anglosajón y un hombre de mediana edad. Probablemente se tratara de un residente extranjero que vivía y trabajaba en nuestra Ciudad.

El forense hizo notar en las conclusiones de su informe que tal circunstancia era muy extraña puesto que el retrato robot del presunto asesino reflejaba a un hombre de unos 35 años y que era por su estatura y los rasgos y facciones de su cara un europeo mediterráneo; muy probablemente un español medio y corriente. No conseguía explicarse esta singular contradicción pero como científico tenía que atenerse a los hechos verificables.

En espera de más y mejores pruebas era todo lo que tenía.Adivinará el lector de este relato que esta última información causó una profunda inquietud y un gran desánimo en el doctor después de oirla en ese Telediario. Trató de disimular su agitado estado de ánimo y de ocultar como pudo sus emociones para que no le delataran. Como cliente habitual de ese restaurante tanto el encargado como el personal de servicio sabían que el era médico y el director de la clínica privada más cercana a ese local. No podía estar seguro que alguna vez el personal del bar lo hubiese sorprendido con una mirada furtiva una expresión de miedo e inquietud en su rostro durante la emisión de las sucesivas informaciones sobre los dos casos relacionados precisamente con un sospechoso médico.

Tal vez debido a su fuerte trabajo en hora punta del local a ninguno de los miembros de su personal le hubiera dado tiempo a atar cabos y esta feliz aunque precaria circunstancia lo salvara de la sospecha por el momento. Pero desde luego que no podía confiarse de forma indefinida; tal vez se vería obligado a cambiar de local con menús del día a otro sitio que estuviese un poco más lejos de la clínica y fuera de su trayecto habitual. Inquieto por estas reflexiones de última hora se dispuso a pagar la cuenta y abandonar ese bar evitando mirar a los ojos de forma directa al encargado que ya empezó a tener una cierta aprensión por él.

De regreso al trabajo esta vez no compró los dos ejemplares de prensa de la tarde por el justificado temor de que incluso el quiosquero pudiera empezar a sospechar del doctor y entró en la clínica rápido como el viento y se encerró en su despacho profesional tras saludar nerviosamente a dos médicos de su equipo con los que se cruzó en el pasillo central de la clínica.

Una vez dentro releyó los artículos de crónica de sucesos de los dos periódicos de la mañana a los que el edificio estaba suscrito. No encontró nuevas informaciones ni le aportaron nada que ya no supiera de antemano. Tan solo fueron el paso previo para volver a encerrarse en su obcecado ensimismamiento y dar rienda a sus amargas y tal vez ya inútiles reflexiones personales sobre sus dos casos particulares. No llegó a ninguna conclusión nueva sino que, lejos de ello, se reafirmó por completo en su angustia y desesperación intuyendo su próximo desenlace final.

Le volvieron de nuevo sus intermitentes mareos y náuseas; circunstancia que, como es lógico, no auguraba nada bueno ni para el Dr. Jack Hill ni para su desdichado alter ego Mr. Behide. Ensimismado como estaba en sus tediosas reflexiones, a media tarde le sobresaltaron unos golpes en la puerta de su despacho.
Era la recepcionista que le anunciaba que se había producido una urgencia médica y que él y su equipo debían operar de la rodilla a uno de sus pacientes que había sido atropellado por un coche durante ese mismo mediodía y que no podía demorarse. Debía prepararse y vestirse con su uniforme azul de cirujano y reunirse con los cuatro doctores de su equipo médico y las dos enfermeras de su personal en el interior del quirófano de la clínica.

Este hecho no podía ser más inoportuno pero tenía la obligación de cumplir con su deber profesional.Una vez cambiado y ya en el interior del quirófano las dos enfermeras se dispusieron a aplicarle la anestesia al inesperado paciente mientras que, por su parte, el equipo médico preparaba su instrumental quirúrgico para ayudar al Dr. Jack Hill durante la operación que estaba a punto de realizarse.

Finalizados los preparativos el doctor se dispuso a practicar su primera incisión en la rodilla afectada del paciente con su bisturí. De forma súbita e inoportuna le volvieron otra vez los mareos y las náuseas. Trató de controlarse como mejor pudo ante la sorpresa e inquietud de su personal médico que aguardaba impaciente su primera intervención.

Pero, lejos de mejorar, la situación todavía empeoró más si cabe debido a que al doctor le entraron unos extraños temblores y convulsiones que fue por completo incapaz de controlar con eficacia. Lo cual todavía incrementó la inquietud entre su personal médico que no supo que hacer ni como reaccionar de forma adecuada.

Aunque graves, estos sucesos tan solo fueron los preliminares de la gran tragedia final que estaba a punto de desencadenarse con total intensidad en el interior del quirófano de la clínica esa misma tarde del jueves.
Lejos de aminorar, los temblores y convulsiones del doctror fueron cada vez más en aumento y afectaron a la expresión de su rostro y a la estructura física de su propio cuerpo.

Su cara adquirió un preocupante color azul pálido mientras las venas y las arterias se le hinchaban como si estuvieran a punto de explotar y los músculos se le tensionaron como si estuviera haciendo un gran esfuerzo físico.

Ante la atónita mirada de su equipo médico y de las dos asustadizas enfermeras su cara y sus cabellos comenzaron a transformarse y a cambiar de color mientras su cuerpo encogía de tamaño a la par que ganaba en corpulencia y robustez.

A pesar del punzante dolor que sentía, en ese instante el Dr. Jack Hill era plenamente consciente de que se estaba volviendo a transformar de nuevo de forma involuntaria en Mr. Behide.

Y lo peor de todo era que se estaba transformando delante de testigos presenciales de mucho compromiso: su propio personal médico de la clínica. Esta vez no había refugio ni escapatoria para Mr. Behide que arrastraría en su caída al propio Dr. Jack Hill de forma completa definitva. Una vez finalizada su agitada y convulsa transformación en su desdichado alter ego, le invadió por completo una incontrolable rabia y un amargo resentimiento al verse por fin descubierto. Dejándose llevar por su negativo estado de ánimo cogió su bisturí y le rajó el cuello al paciente cortándole la yugular ante la horrorizada mirada de su personal que estaba paralizado de terror.

No pudiendo dominarse, se entregó por completo a un frenesí de violencia y crueldad. Sacó el bisturí del cuello ensangrentado del infortunado paciente y se dispuso a apuñalarlo varias veces de forma frenética e incontrolable.

Le produjo diversas heridas en el pecho, en los brazos y en el estómago hasta convertir la bata quirúrjica del malogrado paciente en un auténtico y denso charco de sangre que hacía irreconocible el color azul pálido de su bata. Una parte de esa sangre salpicó en las gafas y las máscaras sanitarias de su equipo médico y en las batas blancas de las dos enfermeras que no pudieron contener su tensión y se desmayaron.
El ruido y los agudos gritos del personal sanitario alertaron a la recepcionista de la clínica que llamó de inmediato a los mossos d´esquadra advirtiéndoles de la extrema urgencia de la situación que se estaba produciendo en la clínica privada del Dr. Jack Hill.

No tardaron en llegar dos coches patrullas de los mossos y sus ocho agentes irrumpieron rápidamente en el quirófano escenario del espantoso crímen de sangre que acababa de cometerse y se dispusieron a detenerlo y llevarselo enmanillado.

Pero justo en ese momento Mr. Behide volvió a experimentar los mismos temblores y convulsiones mientras, ante la atónita mirada de los agentes, volvia a transformarse de nuevo en el Dr. Jack Hill.
El cual, una vez retransformado, se puso a llorar y a balbucear palabras inconexas y frases incoherentes incomprensibles para todos los allí presentes pero que revelaban a las claras que había sido descubierto in fraganti delante de testigos presenciales de irreprochable credibilidad que testificarían en su próximo juicio y condena a la cadena perpetua sin revisión poniendo fin de forma definitiva a su libertad personal y arruinando su carrera profesional como médico.

Había llegado a su inevitable y trágica conclusión el extraño caso del Dr. Jack Hill y de su alter ego Mr. Behide.


Autor: César A. Álvarez
Edita: Creatius SE7
Editor: Lulu.com
ISBN: 9781326340339

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