El misionero

Serrano es un misionero español, devoto y confesor, al servicio de Dios y también pecador. Un buen día decide probar la aventura de establecer una estancia de cinco años como misionero, un trabajo que él siempre ha querido practicar. Su destino es América latina y voluntariamente decide emigrar al norte de Chile, de donde tiene buenas referencias.

Serrano se va tan lejos para predicar con el ejemplo, la voluntad de nuestro Señor Misericordioso Dios. El ama su trabajo, el ama a Dios. Serrano no tiene familia ni ataduras en España, pero afirma estar casado con Dios y con la Iglesia que lo representa. Se considera católico apostólico romano y practicante, claro. Él se somete a la voluntad del Señor que es la suya, es un siervo de Dios y por tanto va predicando su palabra a sus humildes y fieles seguidores.

Serrano llegó a Copiapó, se instaló en una humilde pensión junto con otros siervos con los que entabló una conversación austera pero agradable, la semana siguiente ya se encontraba en la iglesia junto a sus files a los que se dirigía con vehemencia, humidad y sabiduría.

Serrano estudió teología y tiene conocimientos sobre la historia de toda religión. Le gustó conocer la época de la inquisición donde quemaban vivos a los herejes, a las brujas y a los falsos predicadores. Para él no era posible creer algo bueno en quemar a alguien. Pues bien, los tiempos han cambiado, ahora todo el mundo expresa una idea religiosa de una forma deliberada, abierta y justa. Si ahora en Chile o España, alguien afirma que no cree en Dios, o que Dios no existe, o que es malo, o que no es justo, no lo queman en la hoguera. Pero entonces sí que tendría una conversación interesante con el misionero Serrano.


Autor: Oriol Mestres Camps
Del libro: Historias para no olvidar
Edita: Creatius SE7
ISBN: 9781446732

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