Hoy hablaremos del noble arte de la Arquitectura. Hay dos maneras diferentes de construir un edificio grande y majestuoso. La primera y mejor es esforzarse en construir un edificio alto y hermoso con los mejores materiales, los mejores planos y diseños y bellos adornos en su exterior. El segundo método es construir un edificio mediocre de mediana estatura y colocar cargas de dinamita activando la voladura controlada de todos los edificios que sobresalen alrededor. Así, una vez derruidos todos los otros, ese edificio mediocre y de mediana estatura parece un edificio mucho más grande y majestuoso de lo que en realidad es. La primera técnica de construcción es la propia de las personas creativas con talento. La segunda es el modo de los políticos. Existen tres verdades fundamentales sobre nuestros políticos. Primera y más evidente: su habilidad más destacada es su innegable capacidad de mentir. Los políticos mienten más que hablan.
De cada tres palabras que pronuncian cuatro son mentira. La segunda es que la actividad práctica que mejor se les da es robar. Los políticos roban a manos llenas con totalidad impunidad abusando de sus cargos públicos. La tercera verdad fundamental consiste en que su único talento demostrable es su gran capacidad de manipulación. Nadie mejor que ellos te hará creer que lo blanco es negro y que lo negro es blanco. De hecho se mantienen en el poder gracias a una eficaz utilización de la propaganda y a la manipulación de los medios de comunicación tanto prensa escrita como medios audiovisuales. El máximo deseo de los políticos es destruir toda forma de cultura (especialmente la cultura crítica) y amañar a su gusto toda clase de informaciones. Apare-ciendo así ante el público como la única y verdadera fuente de toda sabiduría. Y cada vez que abriesen la boca nos parecería que la abre el mismísimo Oraculo de Delfos.
La animaversión hacia nuestra clase política también se traduce a nivel popular. Como ejemplo vemos en muchas cartas de menús de bares y restaurantes en el espacio del plato “Pies de cerdo” lo han rebautizado como “Pies de político” o “Pies de Ministro”. Sus clientes habituales no necesitan aclaraciones y comprenden en el acto la indirecta. Leer artículos y crónicas de política en la prensa escrita y ver informativos y debates políticos en la televisión son el más notable ejercicio de intoxicación mental y la más inutil manera de perder el tiempo. Las coberturas informativas sobre políticos y sus declaraciónes públicas no aportan nada a nivel mental ni humano. Se hallan justo por debajo del Sálvame Naranja, programa de referencia de la televisión española. Si alguien anotara, grabara y transcribiera todas las tonterías que dicen los políticos en una sola sesión del Congreso de los diputados y las publicara en un documento escrito, podría editar un libro del tamaño del El Quijote. Las declaraciones públicas de los políticos estan impregnado de mediocridad, superficialidad e insolvencia intelectual. Ningun político es ni filósofo ni pensador.
La gran mayoría de las ideas sociales, políticas y datos económicos con los que se llenan la boca y tratan de impresionar a la opinión pública las obtienen de segundas y terceras fuentes. Eso si: se apropian indebidamente de esas ideas para colocarse todas las medallas de forma miserable y rastrera. Por suerte los actos y declaraciones de los políticos tienen un impacto efímero y una fecha de caducidad muy corta. Compre hoy cualquier periódico generalista y tirelo mañana a la papelera porque todas sus “informaciones” están desactualizadas. Aparte de el hecho evidente que a lo largo del día de hoy a nuestros “brillantes” políticos les da tiempo de decir nuevas tonterías con las que llenar los titulares y artículos de la prensa de mañana. Y seguirán vociferando sus mentiras oficiales, fomentando el malestar y la división entre la ciudadanía que acaba pagando sus errores y afrontando los problemas que ellos mismos provocan.
En los últimos días hemos disfrutado del dudoso privilegio de escuchar y ver en la televisión diversas tertulias de análisis de actualiudad política y ver Debates electorales protagonizados por algun@s de nuestr@s “memorables” líderes políticos. En ellos solo se oyen frases huecas del tipo: “Solo yo tengo razón en términos absolutos y solo yo soy el único y verdadero líder indiscutible”. “Solo mi Partido político tiene la capacidad de resolver todos los problemas de nuestro país”. Dan ganas de llorar. Los programas informativos que retransmiten esas tertulias y debates más que darnos las noticias parece que las vomiten. Nauseabundo espectáculo el de los políticos en su único papel que interpretan a la perfección. Pero ninguno tiene la voluntad de cambiar nada ni de mejorar las cosas de interés para la mayoría de la población. No nos consideran como personas humanas y/o ciudadanos libres con derechos inalienables. Para ellos somos un granero de votos que les permite justificar su acceso al poder demostrando su inutilidad e inoperancia. Ningún partido político lleva en su Programa electoral cómo desarrollar la personalidad, incrementar el rendimiento intelectual y desarrollar todas las potencialidades de la mente humana. Al contrario, ello les causa un terror cerval temiendo que la gran mayoría de personas piensen por sí mismas de forma crítica y analítica. Porque cuando eso ocurre la peña se cuestriona todos los poderes establecidos que los políticos también forman parte. Al Poder le gusta mucho más ser obedecido que cuestionado por todos los ciudadanos a los que se dirige y a quienes dirige. Poco añadiremos sobre nuestros “queridos” políticos.
Aparte la evidencia que son la mayor colección de basura humana que el mundo ha visto jamás. Establezcamos una comparación con dos grandes ejemplos históricos muy diferentes al de nuestros políticos. Pensemos primero en Leonardo da Vinci (1452-1519) que en 2019 cumple el V Centenario de su muerte. El genio de la Toscana pintó maravillosos cuadros que todavía se exponen en importantes museos y galerías de arte de todo el mundo más de quinientos años después de ser ejecutados. Nos legó, además, una colección de manuscritos de medicina, anatomía e ingeniería tanto civil como militar. Todos los inventos que propuso se hicieron realidad 400 o 500 años más tarde y sus intuiciones aún asombran al mundo. De segundo ejemplo las obras del gran dramaturgo inglés de la era isabelina William Shakespeare (1564-1616). Escribió todas sus tragedias y comedias hace más de cuatrocientos años. Pero todavía se representan en directo en los teatros, se adaptan sus obras al cine y la televisión y se editan y publican en libros tanto en formato papel como digital hoy en día. Ahora hagámonos la siguiente pregunta: ¿quién se acordará de nuestros “queridos” políticos dentro de 400 o 500 años?. ¡Ojalá que no se acuerde nadie!. Tengo la inmensa confianza de que las personas del futuro seguirán, por contra, viendo los cuadros y estudiando los manuscritos de Leonardo y representarán las obras de Shakespeare.
Ahora analizamos y desmitificamos algunos de los argumentos con los que se justifican y se perpetuan en el poder. Nuestra clase política tiene un morro que se lo pisan y una cara tan dura que la llevan a prueba de bombas. Incluso han llegado a decir que es gracias a ellos que hemos recuperado todas nuestras libertades y que disfrutamos de esta “maravillosa” democracia. Claro que, si de verdad se lo creen, entonces están mucho más mal de la cabeza de lo que nos pensábamos, ¡pobrecillos!. También han afirmado que ellos constituyen la única y verdadera línea de defensa posible frente a la posibilidad de un golpe de Estado y la consolidación una nueva dictadura. Hagamos un poco de Historia con mayúsculas. Recordemos, en primer lugar, tanto Hitler como Mussolini antes de alcanzar el poder y convertirse en grandes dictadores también fueron líderes políticos. Fue precisamente el Gobierno democrático italiano quien autorizó y permitió a Mussolini y sus camisas negras la “marcha sobre Roma” a fines de octubre de 1922. También fueron esos mismo políticos del Gobierno Liberal de entonces quienes les abrieron las puertas del Parlamento italiano para que formaran gobierno. Contando con la complicidad del Jefe de Estado de Italia: el Rey Victor Manuel III. El segundo gran ejemplo histórico es el triunfo del Partido Nacionalsocialista alemán y el consecuente acceso al poder de Hitler al Reichstag. Fueron los políticos conservadores de los partidos de derecha tradicional de la entonces República de Weimar quienes le abrieron las puertas del Parlamento de Berlín y le nombraron Canciller a finales de enero de 1933. Contaron con la complicidad y beneplácito del Jefe de Estado: el Mariscal Paul von Hindenburg. Valgan estos dos ejemplos históricos para rebatir los falsos argumentos con los que se llenan la boca nuestros “queridos” políticos. Finalicemos este ensayo diciendo que ningún partido ni dirigente político tiene interés en promocionar la cultura crítica ni en desarrollar y ampliar las mentes de los ciudadanos. Tal posibilidad les causa verdadero “horror vacui”. Lo que pretenden (y están consiguiendo) es convertir toda forma de cultura en mero entretenimiento y espectáculo de masas. Con unos contenidos no mucho más elevados que el fútbol y la televisión, los fieles aliados de los políticos que se turnan en el acceso y ejercicio del poder. Como reflexión final preguntémonos:¿cuál es el gran enigma de los políticos?, ¿qué es lo que en realidad quieren de nosotros?. La respuesta más evidente: lo que más desean es conseguir y afianzarse en el poder con nuestros votos y silenciosa complicidad. Si uno de los partidos mayoritarios que concurren a las elecciones lograra afianzarse en el Poder durante 40 años seguidos, en esencia, harían dos cosas. La primera sería asaltar y saquear todas los hemerotecas y redacciones de los periódicos para poder reescribir todas las noticias políticas del pasado. Modidficarían la información a conveniencia para que parezca que se han cumplido todas las “predicciones” del Partido del Gobierno. En segundo lugar, reescribirían a su gusto todos los libros de Historia. Así podrían decir que el actual Partido del Gobierno fué el inventor del submarino, el avión, el teléfono, la televisión, los ordenadores, Internet, la telefonía móvil y las redes sociales. En ausencia de cualquier otra información veraz y contrastable los ciudadanos del futuro se lo acabarían creyendo asumiéndolo como verdades absolutas e incontestables. El Partido del Gobierno ejercería una Autoridad única e indiscutible e impondría su Despotismo (escasamente) ilustrado al resto de la población. Que se conformaría pensando que, en ausencia de todo lo demás, estarían sabiamente dirigidos por una élite política genial y benéfica para todos ellos.Así gobernaría la clase política del futuro sobre las grandes masas previamente idiotizadas gracias a las técnicas de manipulación social, la persuasión psicológica y la influencia lobotomizadora de los medios de comunicación de masas. Estableciendo el reino de la absoluta mediocridad y el conformismo autocomplaciente reinarían por siempre en esa nueva edición del Mundo feliz de Aldous Huxley.
Del libro: Entrevistas y Ensayos.
Autor: César Augusto Álvarez Lapuednte.
Edita: Creatius SE7. Barcelona.
