Ensayo sobre la Muerte (II)

29/04/09.

El ser humano tiene unas características específicas que lo hacen bastante diferente al resto de los seres vivos. Mata por diversión, mata por negocio, utiliza partes de animales para necesidades superfluas (aletas de tiburón, cuerno de rinoceronte, pieles específicas, etc.) y además nos matamos entre nosotros por motivos diversos siempre innecesarios, para ser más ricos o sencillamente por motivos sentimentales. Es evidente que muchos humanos todavía mueren víctimas de ataques de otros animales en lugares recónditos o con animales salvajes del planeta.

También las máquinas que construimos provocan accidentes que son mortales (coches, trenes, etc.…). Los fenómenos naturales también pueden matar (riadas, relámpagos, terremotos, etc.), pero los depredadores más importantes del hombre son quizá los seres vivos más pequeños, microscópicos (virus, bacterias) nocivas para nuestra salud que nos deterioran por dentro creando estados de enfermedad y haciendo parar órganos vitales que provocan el final de la muerte. Todo eso y muchas más realidades hacen de la muerte un acto cotidiano, un acto que vemos constantemente en la naturaleza, pero no obstante sigue siendo el gran enigma, la gran paradoja de la vida para el Ser Humano.

El acto de la muerte de un ser vivo de nuestro entorno que nos ha demostrado algún tipo de sentimiento nos crea a nosotros un sufrimiento, un dolor y sobre todo el pensar que nosotros también pasaremos por ese momento.

01/05/09

Y además que este ser querido no lo volveremos a ver nunca más, desaparece. El hombre religioso de siempre ha utilizado este sentimiento para hacer sus interpretaciones, sus rituales, sus ofrendas. Durante la historia del ser humano hay muchos tipos de rituales para el acto de la muerte.

La tendencia es hacer desaparecer el cuerpo muerto de nuestro entorno, la presencia de un cuerpo muerto nos provoca mal estar, la descomposición y la falta de respuesta a nuestras peticiones de despertar, dar seguridad, todos los sentimientos no están, no tienen respuesta queremos dejarlo descansar, sacarlo de nuestro entorno.

Devolverlo a la Naturaleza, enterrarlo, devolverlo al espacio, quemarlo, devolverlo a la vida, dejar que se lo coman otros animales vivos, exposición de los muertos.


Del libro “Mi bitácora” (Una forma de ver la vida).
Autor: Enric Fons Simó. Editado por Creatius SE7.

Sobre l'autor

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Index