150 aniversario de Hans Christian Andersen

Durante el presente año 2025 se cumple el 150 Aniversario de la muerte del gran autor de cuentos del siglo XIX Hans Christian Andersen (1805-75). Este aniversario de su muerte constituye una gran ocasión para valorar la obra del autor de cuentos danés. Adquirió fama gracias a sus cuentos de hadas que tienen profundo significado tanto para niños como adultos. Nació el 2 de abril de 1.805 en Odensee. Hijo de un zapatero enfermizo, al morir su padre (1.816) y casarse de nuevo su madre en 1.819, marcha a Copenhague a los 14 años. Tras un fracaso inicial obtiene una beca en 1.822 gracias al director del Teatro Real Jonas Collin. Acaba el bachiller e ingresa en la Universidad de Copenhague en 1.828. Publica sus primeros relatos en 1.830. Apoyado por J. Collin obtiene una beca de viaje. Entre 1.833-34 visita Francia e Italia. País que le inspira su primera novela: El improvisador. Al volver (1.835) publica Cuentos contados a los niños, colección de gran éxito. A partir de 1.838 ya era un escritor reconocido. Reparte su tiempo entre sus ediciones y viajes por Europa. También escribirá teatro, poemas, novelas y relatos de viajes. Fue muy innovador en el estilo y contenido de sus obras. Utilizó construcciones de la lengua danesa de forma nueva y original.

Ilustración del artista danés Kay Nielsen para “El soldadito de plomo (1924).

Sus cuentos ofrecen un punto de ambigüedad, lejos de la corriente didáctica imperante en su época. Fue una celebridad en toda Europa y sus obras ya eran traducidas al francés, al inglés y al alemán. En 1.847 visitó por primera vez Inglaterra. Viaje de gran éxito. Charles Dickens lo acompaño en su partida. En vida recibió muchos honores. En 1.866 el rey de Dinamarca le concedió el título honorífico de Consejero de Estado y en 1.867 fue proclamado Ciudadano ilustre de su ciudad natal. Sus cuentos para niños aparecen hasta 1.872, sus últimas historias en Navidad. Murió el 4 de agosto de 1.875 en la casa llamada Rolighed, cerca de Copenhague. Entre todos los géneros literarios que cultivó en vida destacó por sus célebres cuentos de hadas que le proporcionaron el reconocimiento mundial. Andersen se inspiró en los relatos populares. Aunque reelabora la trama y el contenido de la mayoría de ellos, siendo algo más que un mero transmisor del folklore y las leyendas populares de su tierra.

Escribió 164 cuentos para los que tomó prestados personajes y argumentos del mundo de la leyenda, la Historia y la vida. Sus cuatro primeros fueron publicados en el año 1.835. Pese a su inicial destino para los niños, también son atractivos para adultos por su imaginación poética y su sentido moral y filosófico que se oculta tras cada anécdota. Sus cuentos están muy influidos por la religión. Su importancia se debe al dominio que, junto con la literatura, este tema ejercía en la sociedad danesa de su época. En la mayoría de sus cuentos observamos referencias a la religión: oraciones, la misa, la confirmación, la Biblia, ángeles, la muerte y Dios.
Cita con frecuencia la figura de Dios en sus relatos. Le representa como al Todopoderoso contra cuya voluntad no se puede luchar. Pero esta voluntad siempre es favorable a los hombres y les sirve de guía. La muerte también está presente en la mayoría de sus cuentos. Pero no como algo negativo o hecho nefasto. La describe como una prolongación de la vida y tránsito a la vida eterna. Con frecuencia es un alivio y liberación. Por ejemplo, en los cuentos La pequeña vendedora de fósforos (1.845) o en Bajo el sauce (1.853).

Ilustración de Arthur Rackham (1932).

Desmitifica la muerte como la lógica y normal continuación de la vida terrenal. Bajo la luz de Dios no es horrorosa. También es importante el conflicto entre razón y sentimiento. Varios de sus personajes tendrán que elegir. Pero su autor no se decanta por ninguno de los dos. En algunos relatos el protagonista obra según la razón y en otros según los sentimientos. A menudo el sentimiento domina a la razón. Los personajes triunfan bajo el dictado de la naturaleza, siendo sinceros y puros. En varios cuentos el protagonista es un personaje incómodo en el mundo que le ha tocado vivir. El ejemplo más sintomático es El patito feo (1.842). Su protagonista es rechazado por todos por su físico. Así se siente obligado a marcharse para evitar las burlas y la crueldad de los demás.

A veces el autor nos ofrece el caso contrario. La historia de alguien integrado a la sociedad y que lo tiene todo para ser feliz en ella. Es el argumento de La pequeña Ondine (1.835): princesa de un reino submarino en el que ella es la más hermosa de las 6 sirenitas y tiene la mejor voz. Pero ella desea algo más y hará lo imposible por conseguirlo. Otro tema sería el del joven sin posibilidad de éxito al que la suerte acaba sonriendo. Los protagonistas son a imagen y semejanza del creador: parten de recursos muy limitados y acaban elegidos por el destino y la suerte. El joven rechazado aparece como otro tema. Estas historias siguen un patrón común: un niño y una niña crecen juntos y se quieren como hermanos hasta que son separados. Tiempo después se encuentran y el joven se declara a la chica. Esta prefiere a otro. Él emprende un viaje para olvidar. Ejemplos de este argumento: Bajo el sauce (1.853) e Ib. y Christine (1.855).

Ilustración del cuento “La sirenita” de Hans Christian Andersen.

Al autor le gusta escribir la historia de una vida, la de un ser humano, una leyenda, un animal, un vegetal o la de un objeto. Da vida y dota de lenguaje y sentimientos a objetos y animales, como en las clásicas fábulas. A veces describe la vida entera de un personaje y en otras ocasiones solo un período concreto de ésta. Ejemplos: Bajo el sauce (1.853) y La virgen de los hielos (1.863). Andersen da gran importancia a las mujeres en sus cuentos hasta el punto de que en algunos no encontramos presencia masculina. Ellas juegan a menudo papeles tradicionalmente masculinos: tienen fuerza y el poder y socorren a los hombres. Citemos a modo de ilustración de lo dicho a La pequeña Online (1.835) y La Pulgarcita (1.836) y La Reina de las Nieves (1.844). En sus relatos es muy sensible a la belleza y se la otorga a personajes, cosas y a la naturaleza. Su gran sentido de la observación ofrece finas y precisas descripciones. Y sus viajes dotan a sus historias escenarios ricos y variados. La naturaleza tiene forma poética y posee un toque de lirismo romántico con imágenes evocadoras. A veces sus personajes son artistas que saben de belleza. También juegan un papel importante los objetos mágicos, capaces de cambiar la vida del protagonista. Estos objetos son el motor del cuento. Aunque no siempre aportan algo positivo y un final feliz. Veamos como ejemplos: El baúl volador (1.839), Le briquet (1.835) y Las zapatillas rojas (1.845).

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