En esta segunda parte del ensayo titulado “Falun Dafa / Falun Gong” nos vamos a referir en concreto a cual es la difícil situación de esta práctica en China durante nuestros días. Al principio el Gobierno chino aceptó la práctica y la difusión del Falun Gong pero, a mediados de los años noventa, cambiaron de idea y comenzaron a prohibir su práctica y a perseguir y represaliar a sus seguidores y practicantes. De toda esta compleja y peligrosa situación vamos a hablar durante esta segunda parte del ensayo dedicado a la divulgación del Falun Dafa / Falun Gong. Dedicado a nuestros lectores de la revista cultural de aparición trimestral Prometeo 21 en cuya edición del mes de Abril de 2025 aparece este impactante ensayo.
Organización dentro de China
Tras su partida del SIQC en 1996, Falun Gong fue objeto de un mayor escrutinio por parte de las autoridades y respondió adoptando una estructura organizativa más descentralizada y flexible. En 1997, la Sociedad de Investigación de Falun Dafa se disolvió formalmente, junto con las «estaciones principales» regionales. Sin embargo, los practicantes continuaron organizándose a nivel local, conectándose a través de comunicaciones electrónicas, redes interpersonales y sitios de ejercicios grupales. Tanto las fuentes de Falun Gong como las fuentes del gobierno chino afirmaron que había unas 1900 «estaciones de orientación» y 28 263 sitios de ejercicio locales de Falun Gong en todo el país en 1999, aunque no están de acuerdo sobre el alcance de la coordinación vertical entre estas unidades organizativas. En respuesta a la persecución que comenzó en 1999, Falun Gong fue conducido a la clandestinidad, la estructura organizativa se volvió aún más informal dentro de China e Internet tuvo prioridad como medio para conectar a los practicantes. En 1993, la Sociedad de Investigación de Falun Dafa, con sede en Beijing, fue aceptada como una rama de la Sociedad de Investigación de Qigong de China (SIQC), que supervisaba la administración de las diversas escuelas de qigong del país y patrocinó actividades y seminarios. Según los requisitos del SIQC, Falun Gong se organizó en una red nacional de centros de asistencia, «estaciones principales», «sucursales», «estaciones de orientación» y sitios de práctica locales, que reflejan la estructura de la sociedad de qigong o incluso del Partido comunista en sí. Los asistentes de Falun Gong fueron voluntarios autoseleccionados que enseñaron los ejercicios, organizaron eventos y difundieron nuevos escritos de Li Hongzhi. La Sociedad de Investigación de Falun Dafa brindó asesoramiento a los estudiantes sobre técnicas de meditación, servicios de traducción y coordinación para la práctica en todo el país.
Tras la persecución de Falun Gong en 1999, las autoridades chinas trataron de presentar a Falun Gong como una organización jerárquica y bien financiada. James Tong escribe que al gobierno le interesaba representar a Falun Gong como altamente organizado para justificar su represión del grupo: «Cuanto más organizado se pueda demostrar que es Falun Gong, más justificada será la represión del régimen en el nombre de orden social». Llegó a la conclusión de que las afirmaciones del Partido carecían de «pruebas sustanciales internas y externas», y que a pesar de los arrestos y el escrutinio, las autoridades «nunca contrarrestaron de manera creíble las refutaciones de Falun Gong».
Demografía.
Antes de julio de 1999, las estimaciones oficiales ubicaban el número de practicantes de Falun Gong en setenta millones en todo el país, rivalizando con la membresía en el Partido Comunista. En el momento de la persecución el 22 de julio de 1999, la mayoría de los números del gobierno chino dijeron que la población de Falun Gong era de entre dos y tres millones, algunas publicaciones mantienen una estimación de cuarenta millones. La mayoría de las estimaciones de Falun Gong en el mismo período colocaron el número total de practicantes en China en setenta a ochenta millones. Otras fuentes han estimado que la población de Falun Gong en China alcanzó un pico entre diez y setenta millones de practicantes. El número de practicantes de Falun Gong que todavía practican en China hoy en día es difícil de confirmar, aunque algunas fuentes estiman que decenas de millones continúan practicando en privado.
Las encuestas demográficas realizadas en China en 1998 encontraron una población mayoritariamente femenina y de ancianos. De los 34 351 practicantes de Falun Gong encuestados, el 27% eran hombres y el 73% mujeres. Solo el 38% tenía menos de cincuenta años. Falun Gong atrajo a una variedad de otras personas, desde jóvenes universitarios hasta burócratas, intelectuales y funcionarios del partido. Las encuestas en China a partir de la década de 1990 descubrieron que entre el 23% y el 40% de los practicantes tenían títulos universitarios a nivel universitario o de posgrado, varias veces más que la población general.
Falun Gong es practicado por decenas, y posiblemente cientos de miles fuera de China, con las comunidades más grandes que se encuentran en Taiwán y ciudades de América del Norte con grandes poblaciones chinas, como Nueva York y Toronto. Las encuestas demográficas realizadas por Palmer y Ownby en estas comunidades encontraron que el 90% de los practicantes son de etnia china. La edad promedio fue de aproximadamente cuarenta años. Entre los encuestados, 56% eran mujeres y 44% hombres; El 80% estaban casados. Las encuestas revelaron que los encuestados eran altamente educados: el 9% tenía doctorados, el 34% tenía maestrías y el 24% tenía una licenciatura.
Las razones más comúnmente reportadas para sentirse atraído por Falun Gong fueron el contenido intelectual, los ejercicios de cultivo y los beneficios para la salud. Los practicantes de Falun Gong no chinos tienden a encajar en el perfil de «buscadores espirituales», personas que habían probado una variedad de qigong, yoga o prácticas religiosas antes de encontrar Falun Gong. Según Richard Madsen, Los científicos chinos con doctorados de prestigiosas universidades estadounidenses que practican Falun Gong afirman que la física moderna (por ejemplo, la teoría de supercuerdas) y la biología (específicamente la función de la glándula pineal proporcionan una base científica para sus creencias. Desde su punto de vista, «Falun Dafa es conocimiento más que religión, una nueva forma de ciencia más que fe».

Historia dentro de China. 1992–1996
Li Hongzhi introdujo Falun Gong al público el 13 de mayo de 1992, en Changchun, provincia de Jilin. Algunos meses más tarde, en septiembre de 1992, Falun Gong fue admitido como una rama del qigong bajo la administración de la Asociación de Estudio de la Ciencia del Qigong de China (CQRS). Li Hongzhi fue reconocido como maestro de qigong, y fue autorizado a enseñar su práctica por toda China. Como muchos maestros de qigong de aquel entonces, Li Hongzhi recorrió las ciudades principales en China desde 1992 hasta 1994 para enseñar la práctica. Se le confirieron un número de premios por parte de las organizaciones gubernamentales de la República Popular China.
Según David Ownby, catedrático de Historia y director del Centro de Estudios Asiáticos de la Université de Montréal, Li Hongzhi se convirtió en una «estrella instantánea del movimiento del qigong», y Falun Gong fue recibido con los brazos abiertos por el gobierno como un medio efectivo de reducción de gastos en sanidad, promoción de la cultura china, y mejora de la moralidad pública. En diciembre de 1992, por ejemplo, Li Hongzhi y varios estudiantes de Falun Gong participaron en la Exposición Oriental de la Salud en Pekín, donde él, según consta, «recibió la máxima felicitación [de entre cualquier escuela de qigong] de la feria, y consiguió muy buenos resultados terapéuticos», según el organizador de la feria. El evento ayudó a cimentar la popularidad de Li Hongzhi, y se difundieron reportajes periodísticos sobre los poderes curativos de Falun Gong. En 1993, una publicación del Ministerio de Seguridad Pública alabó a Li Hongzhi por su labor «en la promoción de las virtudes tradicionales antiviolencia del pueblo chino, en la protección del orden y la seguridad social, y en la promoción de la rectitud en la sociedad».
Falun Gong en sí mismo se había diferenciado de otros grupos de qigong por su énfasis en la moralidad, coste reducido, y beneficios para la salud. Se extendió rápidamente por el boca a boca, atrayendo a un amplio número de practicantes de todos los niveles sociales, incluyendo numerosos miembros del Partido Comunista Chino.
Desde 1992 a 1994, Li Hongzhi de hecho cobró tarifas para sus seminarios y lecciones que estaba dando en China, aunque las tarifas eran considerablemente menores que aquellas de las prácticas de qigong que rivalizaban con Falun Gong, y las asociaciones de qigong locales recibían una parte substancial de dichas tarifas. Li Hongzhi justificó el cobro de tarifas por ser necesarias para cubrir los gastos de viaje y otras expensas, y en algunas ocasiones, donó el dinero recaudado a causas benéficas. En 1994, Li Hongzhi dejó de cobrar tarifas por completo, estipulando que en adelante Falun Gong debe ser siempre enseñado de forma gratuita, y sus enseñanzas puestas a disposición sin cargo adicional (incluyendo de forma en línea). Aunque algunos observadores creen que Li Hongzhi continuó ganando un ingreso substancial por medio de la venta de libros de Falun Gong, otros lo refutan, asegurando que la mayoría de libros de Falun Gong en circulación eran copias pirata.

Con la publicación de los libros Falun Gong y Zhuan Falun, Li Hongzhi hizo que sus enseñanzas fueran más ampliamente accesibles. Zhuan Falun, publicado en enero de 1995 en una ceremonia de inauguración celebrada en el auditorio del Ministerio de Seguridad Pública, se convirtió en un best seller en China.
En 1995, las autoridades chinas comenzaron a inspeccionar a Falun Gong para solidificar su estructura organizativa y lazos con el Partido y el Estado. El Comité Nacional de Deportes de China, el Ministerio de Salud Pública y la Asociación de Estudio de la Ciencia del Qigong de China (CQRS) propusieron a Li Hongzhi establecer conjuntamente una asociación de Falun Gong. Li Hongzhi declinó la oferta. El mismo año, la CQRS emitió una nueva regulación requiriendo que todas las denominaciones de qigong establecieran una delegación del Partido Comunista. Li Hongzhi se negó de nuevo.
Las tensiones continuaron acumulándose entre Li Hongzhi y la CQRS en 1996. Ante el hecho del incremento de la popularidad de Falun Gong—atribuida en gran medida a su bajo coste—maestros de qigong que rivalizaban con Falun Gong acusaron a Li Hongzhi de ofrecer clases más baratas que las suyas. Según Schechter, la sociedad de qigong a la cual Li Hongzhi y otros maestros de qigong pertenecían pidió a Li Hongzhi que aumentara sus tarifas, pero Li Hongzhi enfatizó la necesidad de que las enseñanzas fueran gratuitas.
En marzo de 1996, en respuesta a los cada vez mayores desacuerdos, Falun Gong se retiró de la CQRS, tras lo cual operó fuera de la sanción oficial del estado. Los anteriores administradores de la Asociación del Estudio de Falun Gong en China trataron de registrarse en otras entidades gubernamentales, pero fueron rechazados. Li Hongzhi y Falun Gong quedaron entonces fuera del círculo de relaciones personales e intercambios financieros a través del cual los maestros y sus organizaciones de qigong podían encontrar un espacio dentro del sistema estatal, y también las protecciones que ello garantizaba.

1996–1999.
La salida de Falun Gong de la CQRS, controlada por el estado, se correspondió con un mayor cambio en las actitudes del gobierno hacia las prácticas de qigong. Al tiempo que los detractores del qigong en el gobierno se hicieron más influyentes, las autoridades comenzaron a tratar de controlar el crecimiento e influencia de estos grupos, algunos de los cuales habían reunido decenas de millones de seguidores. A mediados de los 90 los medios de comunicación controlados por el estado comenzaron a publicar artículos críticos con el qigong.
Falun Gong estaba inicialmente protegido frente a críticas, pero tras retirarse de la CQRS en marzo de 1996, perdió esta protección. El 17 de junio de 1996, el Diario de Guangming, un influyente periódico controlado por el estado, publicó una polémica contra Falun Gong donde su libro principal, Zhuan Falun, fue descrito como un ejemplo de «superstición feudal». El autor escribió que la historia de la humanidad es una «lucha entre la ciencia y la superstición», e hizo un llamamiento a las editoriales chinas para que no publicaran «libros pseudocientíficos de timadores». Al artículo le siguieron por lo menos veinte más en periódicos a lo largo del país. Poco después, el 24 de julio, un departamento del Ministerio de Propaganda prohibió la publicación de todos los libros de Falun Gong (aunque la prohibición no se ejecutó de forma consistente). La Asociación Budista de China administrada por el estado también comenzó a emitir críticas a Falun Gong, instando a los budistas laicos a que no se iniciaran en la práctica.
Según David Ownby, los eventos supusieron un reto importante para Falun Gong y los practicantes no lo tomaron ligeramente. Miles de seguidores de Falun Gong escribieron al Diario de Guangming y a la CQRS para apelar contra las medidas, asegurando que estas entidades habían violado la directiva del «Triple No» de 1982 de Hu Yaobang que prohibía a los medios de comunicación promocionar o criticar a las prácticas de qigong. En otras instancias, practicantes de Falun Gong mantuvieron concentraciones pacíficas en el exterior de las oficinas de los medios de comunicación o del gobierno municipal para solicitar correcciones en la cobertura que se percibía injusta.

Las polémicas contra Falun Gong formaban parte de un movimiento más extenso que se oponía a las organizaciones de qigong en los medios de comunicación controlados por el estado. Aunque Falun Gong no era el único objeto de las críticas de los medios de comunicación, o el único grupo en apelar, sus apelaciones fueron las que obtuvieron mayor movilización y una firme respuesta. Muchas de las acciones de Falun Gong contrarias a las reseñas negativas en la prensa tuvieron éxito, generando en varios periódicos la retractación de historias críticas con la práctica. Ello contribuyó a la creencia de los practicantes de que las afirmaciones de los medios de comunicación contra ellos eran falsas o exageradas, y que su postura estaba justificada.
En junio de 1998, He Zuoxiu, un crítico constante del qigong y acérrimo defensor del marxismo, apareció en una tertulia en la Televisión de Pekín y abiertamente denigró los grupos de qigong, haciendo mención particular a Falun Gong. Practicantes de Falun Gong respondieron con concentraciones pacíficas en la sede de la televisión para pedir una retractación. Según queda constancia, el periodista responsable del programa fue despedido, y un programa favorable a Falun Gong fue emitido algunos días más tarde. Practicantes de Falun Gong también organizaron concentraciones en otras catorce sucursales de medios de comunicación.
En 1997, el Ministerio de Seguridad Pública inició una investigación para determinar si Falun Gong debería ser considerado xie jiao (邪教, ‘enseñanza herética’). El informe concluyó que «hasta ahora no tenemos evidencia». Sin embargo, al año siguiente, el 21 de julio de 1998, el Ministerio de Seguridad Pública emitió el Documento N.º 555, «Noticia sobre la investigación a Falun Gong». El documento declaraba que Falun Gong era una «enseñanza herética», y el ministerio ordenó abrir otra investigación para buscar evidencias que avalaran tal conclusión. Practicantes de Falun Gong informaron que sus líneas de teléfono fueron intervenidas y sus moradas allanadas y saqueadas, y que los sitios de práctica de los ejercicios de Falun Gong fueron interferidos por agentes de seguridad pública.
Durante este periodo de tiempo, aunque en algunos círculos se incrementaban las críticas hacia el qigong y Falun Gong, la práctica mantuvo un número de simpatizantes pertenecientes a la alta sociedad. En 1998, Qiao Shi, poco después de retirarse de su cargo como presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, inició su propia investigación sobre Falun Gong. Tras meses de investigación, su grupo concluyó que «Falun Gong tiene cientos de beneficios para el pueblo chino y la nación, y no produce ningún daño». En mayo del mismo año, la Comisión Nacional de Deportes de China comenzó su propio estudio sobre Falun Gong. Basados en las entrevistas a más de doce mil practicantes de Falun Gong en la Provincia de Cantón, declararon que estaban «convencidos de que los ejercicios y los efectos de Falun Gong son excelentes. Ha hecho un extraordinario esfuerzo por mejorar la estabilidad y la ética de la sociedad. Esto debe afirmarse debidamente».
El fundador de la práctica, Li Hongzhi, estuvo ausente del país la mayor parte del periodo que vio incrementadas las tensiones con el gobierno. En marzo de 1995, Li Hongzhi dejó China para enseñar por primera vez su práctica en Francia y después en otros países, y en 1998 obtuvo la residencia permanente en Estados Unidos.
En ese año, las estadísticas facilitadas por la Comisión Nacional de Deportes sugerían que había setenta millones de practicantes de Falun Gong en China. Un funcionario de la Comisión Nacional de Deportes de China, fue citado en este tiempo en conversación con News & World Report de Estados Unidos, estimando que si unos cien millones de personas se habían iniciado en el Falun Gong y otras formas de qigong, habría una reducción dramática de los gastos del sistema sanitario y que «el primer ministro Zhu Rongji está muy feliz por esto».

Manifestaciones en Tianjin y Zhongnanhai.
A finales de la década de 1990, la relación entre el Partido Comunista y el movimiento en crecimiento Falun Gong había llegado a tensarse cada vez más. Los informes de discriminación y vigilancia por parte de la oficina de Seguridad Pública se estaban intensificando, y los practicantes de Falun Gong organizaban rutinariamente sentadas para reaccionar ante los artículos en los medios de comunicación que se estimaban injustos. Las investigaciones opuestas iniciadas por el Ministerio de Seguridad Pública por un lado y la Comisión Estatal de Deportes y Qiao Shi por otro muestran los desacuerdos entre las elites de China sobre cómo contemplar a la práctica en expansión.
En abril de 1999, un artículo crítico con Falun Gong fue publicado en la revista Joven lector de la Universidad Normal de Tianjin. El artículo fue de la mano del físico He Zuoxiu que, según mencionan Porter y Gutmann, es un familiar del miembro del Politburó y secretario de seguridad pública Luo Gan. El artículo proyecta al qigong, y en particular a Falun Gong, como supersticioso y dañino para la juventud. Los practicantes de Falun Gong respondieron con piquetes en las oficinas del periódico pidiendo una retractación del artículo. A diferencia de instancias pasadas donde las manifestaciones de Falun Gong tuvieron éxito, el 22 de abril la manifestación de Tianjin fue dispersada por la llegada de trescientos policías antidisturbios. Algunos de los practicantes fueron golpeados, y 45 fueron arrestados. Se dijo a otros practicantes de Falun Gong que si deseaban proseguir con la queja, necesitaban iniciar dicho asunto con el Ministerio de Seguridad Pública e ir a Pekín a recurrirlo.
La comunidad de Falun Gong movilizó rápidamente una respuesta, y en la mañana del 25 de abril, más de diez mil practicantes se agruparon cerca de la oficina central de apelaciones para pedir fin a la escalada de acoso contra el movimiento, y solicitar la liberación de los practicantes de Tianjin. Según Benjamin Penny, los practicantes buscaron una rectificación del liderazgo del país yendo hacia ellos y, «si bien muy discreta y educadamente, dejando claro que no fueran tratados tan pobremente». El periodista Ethan Gutmann escribió que los funcionarios de seguridad los habían estado esperando, y los agruparon en la calle Fuyou enfrente del recinto gubernamental de Zhongnanhai. Se sentaron o leyeron silenciosamente en las aceras que rodeaban Zhongnanhai.

Cinco representantes de Falun Gong se reunieron con el primer ministro Zhu Rongji y otros altos cargos para negociar una solución. El régimen aseguró a los representantes de Falun Gong que apoyaba los ejercicios físicos para mejorar la salud y que no consideraba que Falun Gong fuera antigubernamental. En cuanto se alcanzó esta solución, la multitud de manifestantes de Falun Gong se dispersó.
El secretario general del Partido Jiang Zemin fue alertado de la manifestación por el miembro del Politburó Luo Gan, y se enfureció supuestamente por la audacia de la manifestación —la mayor desde las protestas de la Plaza de Tiananmen diez años antes—. Jiang demandó una acción resolutiva para reprimir al grupo, y según consta criticó al primer ministro Zhu por ser «demasiado blando» en su gestión de la situación. Aquella tarde, Jiang elaboró una carta indicando su deseo de ver a Falun Gong «derrotado». En la carta, Jiang expresó sus preocupaciones sobre el tamaño y la popularidad de Falun Gong, y en particular sobre el gran número de altos cargos del Partido Comunista encontrados presentes entre los practicantes de Falun Gong. También dio a entender que la filosofía moral de Falun Gong no concordaba con los valores ateos del marxismo-leninismo y que ,por lo tanto, constituía una forma de rivalidad ideológica.
Jiang es considerado por Falun Gong personalmente responsable por su decisión de perseguir a Falun Gong. Peerman citó motivos como una posible envidia personal hacia Li Hongzhi; Saich señala a la ira de Jiang ante la extensa popularidad de Falun Gong, y a la lucha ideológica como causas de la severa campaña que después se desató. Willy Wo-Lap Lam sugiere que la decisión de Jiang para aplastar a Falun Gong estaba vinculada al deseo de consolidar su poder dentro del Politburó. Según Human Rights Watch, los líderes del Partido Comunista y la élite dominante estaban lejos de estar unidos en su apoyo a la persecución.

Persecución en China.
Aunque la práctica disfrutó inicialmente del apoyo de la burocracia china, para mediados y finales de la década de 1990, el Partido Comunista y los órganos de seguridad pública fueron modificando su punto de vista en relación a Falun Gong considerando que su tamaño y sus enseñanzas espirituales podían suponer un peligro para la supremacía ideológica del Partido. De hecho, en 1999, algunas estimaciones situaban el número de miembros de Falun Gong en más de setenta millones, excediendo el total de miembros del Partido Comunista Chino.
En julio de 1999, la cúpula del Partido Comunista de China (PCCh) decidió que Falun Gong era una secta nociva para el Estado, la sociedad y sus practicantes, dando lugar a una ofensiva a escala nacional para erradicar su práctica. Según Yiyang Xia, desde una perspectiva legal, Falun Gong nunca ha estado prohibido en China. Grupos de derechos humanos han informado que los practicantes de Falun Gong en China se encuentran sometidos a una amplia gama de abusos de los derechos humanos. Se cree que cientos de miles han sido encarcelados extrajudicialmente, y los practicantes detenidos son sometidos a trabajos forzados, abuso psíquico, tortura severa y otros métodos coercitivos de reforma de pensamiento a manos de las autoridades chinas. El Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Comisión Ejecutiva del Congreso sobre China estima que la mitad de la población en los campos de la reeducación por trabajo en China está constituida por practicantes de Falun Gong.
El investigador Ethan Gutmann estima que Falun Gong representa un porcentaje del 15 al 20 por ciento de la población total de los laogai, lo cual incluye campos de reeducación por trabajo así como también prisiones y otras formas de detención administrativa. Ex prisioneros del sistema de trabajo forzado han reportado que los practicantes de Falun Gong se encuentran entre los grupos de prisioneros más grandes; en algunos complejos de prisiones y campos de trabajo forzado, constituyen la mayoría de los detenidos, y se dice que reciben las sentencias más largas y el peor trato. Un reporte del año 2013 de Amnistía Internacional sobre campos de reeducación por trabajo descubrió que los practicantes de Falun Gong «constituían un promedio de un tercio y en algunos casos cien por ciento de la población total» de ciertos campos.
Según Johnson, la campaña contra Falun Gong se extiende a muchos aspectos de la sociedad, incluyendo el aparato mediático, el cuerpo de policía, el ejército, el sistema educativo y los lugares de trabajo. Una institución fuera del sistema, la Oficina 610, se creó para «supervisar» tal esfuerzo. Dicha oficina creó y dirige la página web anti-Falun Gong Kaiwind en nombre de una organización civil, cuyos artículos negativos sobre Falun Gong de más de quinientas palabras son recompensados con 500 yuanes por parte del Comité de Asuntos Políticos y Legislativos del Partido Comunista de China. El 30 de noviembre de 1999, Li Lanqing, en aquel entonces máximo responsable de la Oficina 610, transmitió en el Gran Salón del Pueblo la política a seguir a partir de entonces con los practicantes de Falun Gong: «Difamar su reputación, arruinarles económicamente y destruirles físicamente».
En 2002 Human Rights Watch constató que familias y lugares de trabajo fueron urgidos a cooperar con el gobierno. En este sentido, en el mismo año la cámara baja del Congreso de los Estados Unidos concluyó que la persecución generada por el gobierno chino «es acatada por funcionarios gubernamentales y policiales a todos los niveles, y que se ha extendido a cada segmento de la sociedad y a cada nivel del gobierno en la República Popular China». Aun así, algunas fuentes estiman que decenas de millones siguen practicando Falun Gong a pesar de las actuaciones de las autoridades chinas y de su insistencia en considerarla como una secta.
Especulación sobre las razones de la persecución.
Willy Wo-Lap Lam menciona que la campaña de Jjiang Zemin contra Falun Gong puede haber sido usada para promover la lealtad hacia él; Lam cita a un veterano del partido al decir «al dar rienda suelta a un movimiento de estilo maoísta [contra Falun Gong], Jiang está forzando a los cuadros superiores a que se comprometan a ser leales a su línea de pensamiento». The Washington Post informó que fuentes indicaban que no todo el comité permanente del Politburó compartía la opinión de Jiang de que Falun Gong debía ser erradicado, pero James Tong sugiere que no hubo resistencia sustancial desde el Politburó.
Human Rights Watch menciona que la enérgica campaña contra Falun Gong refleja los esfuerzos históricos para erradicar la religión por parte del Partido Comunista Chino, la cual el gobierno cree que es intrínsecamente subversiva. El Gobierno chino protege a los cinco «patrióticos», grupos religiosos sancionados por el Partido Comunista. Las religiones no registradas que quedan fuera de las organizaciones sancionadas por el estado, quedan de este modo vulnerables a la represión.
