Written by El carácter de un personaje máquina se corresponde con el de un ser procreado a partir de una mortal inteligencia emocional, cósmica, e impasible, que no padece. Se trata de una inteligencia basada en el comportamiento rítmico, espacial y privado, de auto defensa, donde cada movimiento es una orden de rechazo o adoración desde el punto de vista destructivo o instructivo hacia el otro. Aquí interviene la elección el individuo, que se elige para estar reunidos, y que tienen alguna característica en común.
Cada hombre en sí mismo es un universo que lucha por alcanzar un estado último de perfección individual ante mecanismos de misantropía, actitud propia de una persona que siente aversión hacia los demás, y que se revela al compartir diálogos únicos, matemáticos y detectivescos que despliegan y descubren tras de sí la individualidad del sujeto inmutable, que no se altera o impresiona de forma visible.
Marcado por la diferencia entre uno y otro, durante los encuentros entre desconocidos pueden aparecer infrecuentes anomalías, diferencias que hay que discutir. Lo complicado es establecer estas diferencias, anomalías para ser discutidas entre los que dialogan. Pues debe existir un orden que las establezca, tanto de los rasgos, las características o las cualidades distintivas.
Hay entonces que barajar el motivo de desacuerdo o de disputa, dejando claras las diferencias. Ya estamos aquí, en esta civilización noctámbula con la tendencia a practicar salidas nocturnas para la búsqueda noctambula. Merecemos pertenecer al ideal mundo del Eros. Buscamos construir una cabeza fría y calculadora, un cuerpo ambicioso, una conciencia sin escrúpulos. Pero lo que nos define es que somos seres unidos por el encuentro y necesitamos aprender a buscar la marca que nos distingue al uno del otro, la marca que nos empuje, en continuos intentos, a conocernos a lo largo del tiempo, para que perdure la presencia conjunta.
Se continúa formulando un nuevo presente continuo, manteniendo la discreción de los transparentes seres seleccionados que nos acompañan marcando su presencia espacial, emitiendo sonidos emanados al espacio exterior, en este planeta donde los grandes seres míticos marcan historia para dejar mensajes en la memoria de otros seres desconocidos. El sonido del espacio exterior. Esta es nuestra oportunidad. Despertemos con ideas nuevas e inmortáles. Como hicieron las antiguas generaciones.
Formemos parte de la fantasía de renovación, preparándonos para conocer ese otro lugar nuevo y desconocido. Nos encontraremos con sujetos gracias al pronóstico de un calendario cósmico basado en el encuentro espacio temporal concreto. Entraremos en trance, encontraremos el delirio. Nos induciremos hacia la hipnosis, apareceremos dando las coordenadas de un arsenal de realismo sucio, y cada presente juntos será una sección transversal.
Por Esther Jiménez Sánchez
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